El diputado Máximo Kirchner fue papá otra vez.
Su esposa, Rocío García, ministra de Salud de Santa Cruz estaba embarazada de quién será la tercera nieta de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, Emilia, que nació hoy.
Si el dicho popular reza que los bebés vienen con un pan debajo del brazo, en el caso de la familia política del heredero K, las facturas las paga el Estado.
Es que no sólo él y su esposa tienen sueldos públicos: #BORDER pudo constatar que no sólo las tres cuñadas de Máximo trabajan para la provincia que ahora gobierna la tía Alicia Kirchner o que tienen licencia en puesto que obtuvieron en la gestión nacional de Cristina.
También sus respectivos esposos, los concuñados de Máximo, tienen sueldos que se pagan con impuestos.
Y algunos también, tienen peso en el emporio hotelero de Cristina.
En esta nota de #BORDER te contamos, uno a uno, cada caso.
Las hermanas García.
María Rocío García de Kirchner es odontóloga, tiene 40 años y es, desde este año, la actual ministra de Salud de Santa Cruz, en la gestión de la tía de su marido, Alicia Kirchner.
Antes, su suegra Cristina le había creado un puesto a medida en el Ministerio de Salud de la Nación.
Rocìo cobraba del gobierno nacional pero ejercía su cargo a metros de su casa, en el sur.
Su pomposo título era de coordinadora de Articulación Local de Políticas Socio Sanitarias para la ciudad de Río Gallegos y aunque tenía status de subsecretaria de Estado, durante dos años omitió presentar las obligatorias declaraciones juradas de bienes, lo que le traerá un dolor de cabeza judicial, tras una denuncia de la diputada Margarita Stolbizer.
No es el único. La nuera de la ex presidenta estuvo a cargo del plan Argentina Sonríe, ahora dado de baja, y por ello está siendo investigada por un sinnúmero de irregularidades y desmanejos presupuestarios.
Bajo su mando, se rindieron gastos insólitos de caja chica, como la compra de una cartera Prüne. Además, desde el 2014, la esposa de Máximo figura en el directorio de la firma familiar Hotesur, que explota el investigado hotel Alto Calafate.
Por el embarazo de Rocío su suegra Cristina pidió posponer la declaración indagatoria por esa causa ante el juez Ercolini.
La gobernadora Alicia K y su ministra Rocìo García de K.
Virginia María García es abogada, tiene 39 años y fue electa senadora nacional por Santa Cruz en la misma elección y lista por la que su cuñado logró ser diputado.
En 2010, Virginia había sido designada al frente de la regional de la AFIP en Río Gallegos, que se creó luego de que fuera desmantelada la de Comodoro Rivadavia, en Chubut, que investigaba a Lázaro Báez por evasión impositiva.
Por esa razón es que el fiscal Guillermo Marijuán la imputó por presunta protección delictual.
Para asumir en el Senado, Virginia tomó licencia sin goce de sueldo en su cargo de AFIP, según confirmaron fuentes oficiales a #BORDER. Si bien no cobra, podrá acumular años de antigüedad mientras es senadora.
Con otro de sus cuñados, Virginia tiene un estudio jurìdico en Río Gallegos, García, Bersanelli y asociados, que es proveedor del Estado santacruceño desde 2005.
Virginia fue una habitual aportante a las campañas del Frente para la Victoria santacruceño en los últimos años.
Virginia García, senadora y de licencia en AFIP.
La mayor de las cuñadas de Máximo K es María Candela García.
Tiene 43 años y, desde 2013, integra el poder judicial santacruceño.
Es secretaria del Tribunal Oral y Penal provincial de Río Gallegos y como tal marcó posición: en enero de aquel año firmó una solicitada en apoyo a Justicia Legítima.
María Candela García, en la justicia santacruceña.
María Belén García, en cambio, con 31 años, es la más joven y la única que suele sumar el apellido materno, Arana, a su nombre.
En enero ingresó a trabajar a FoMiCruz Sociedad del Estado, la empresa de Fomento Minero de Santa Cruz.
En 2008 era empleada en la Secretaría Legal y Técnica de la Nación, bajo el mando de Carlos Zannini.
Tenía 23 años al ingresar.
Belén García trabaja en FoMiCruz. En la foto, en familia.
Los concuñados de Máximo K.
Diego Fernando Felgueroso tiene 36 años y es el marido de Virginia, la senadora.
Tal vez porque su mujer debió mudarse a la Capital es que logró un cargo en el mismo Congreso: en mayo de este año fue designado como uno de los directores generales operativos de la Secretaría de Coordinación Operativa de la Cámara de Diputados, a cargo de la diputada camporista Luz Alonso.
El cargo es un puesto político de los que se reparten entre los diferentes bloques y, según fuentes del Congreso, para esa categoría lo corresponde un sueldo que ronda los 50 mil pesos.
Alonso accedió al área por elección del bloque del FpV y designó al pariente de Kirchner.
Para ello renunció a fines del 2015 a un puesto en un ente cooperador dependiente de la Dirección Nacional de Registros de Propiedad Automotor, organismo subordinado al Ministerio de Justicia.
Antes, hasta 2011, Felgueroso fue secretario privado de la Dirección de la Casa de la Provincia de Santa Cruz (decreto) y es uno de los pioneros del camporismo santacruceño, según detalló Sandra Russo en su libro oficial sobre la organización liderada por Máximo K.
También fue habitual aportante de campañas electorales.
Marcelo Hugo Bersanelli tiene 47 años y es el esposo de María Candela. Hasta marzo de este año trabajó en la Anses pero desde entonces asumió como subsecretario de Gestión Institucional y Administrativa en el Ministerio de Salud santacruceño, a cargo de su cuñada Rocío, la esposa de Máximo K.
Con otra de sus cuñadas, la senadora Virginia, es socio en el estudio de abogados que también lleva su nombre y que figura como proveedor de la provincia.
Pero no sólo eso. A Bersanelli le da el tiempo para ser el apoderado legal de Los Sauces SA, la empresa de la familia Kirchner que es propietaria del hotel homónimo en Calafate.
Como tal fue quien se sentó a negociar con la familia Relats la devolución de la llave del hotel, cuando decidieron darle a fin a su rol de gerenciadores que se mantenía desde hacía diez años.
El concuñado de Máximo ya era funcionario público cuando en septiembre pasado participó en esa reunión en la que los Relats devolvieron las llaves del hotel y un inventario.
Eso no le impidió bregar por los intereses privados de los Kirchner, cuya línea divisoria entre negocios y Estado siempre se demuestra borrosa.
Marcelo está emparentado con Silvia Laura Bersanelli, quien fuera desde 2013 a 2015 presidenta de la Comisión Nacional Asesora para la Integración de las Personas con Discapacidad (CONADIS), dependiente de la ex , dependiente de la ex agrupación, Kolina, milita.
Los vínculos son aún más enroscados: Silvia fue candidata en la misma lista que desde La Pampa consagró a Luz Alonso diputada, la misma que ubicó a otro concuñado en el Congreso, y es también la madrina de Rocío, la esposa de Máximo.
Silvia Bersanelli, madrina de Rocío García de K.
Bersanelli trabaja con sus cuñadas y más.
Juan Manuel Biott es el más joven de los concuñados de Máximo K.
Con 32 años, está casado con Belén.
Hasta fines del año pasado fue empleado en la entonces Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación.
Ahora sólo mantiene otro sueldo estatal, contratado en la Universidad Nacional de la Patagonia Austral.
La familia de Biott se dedica a la cría de ovino, pero él incursionó en el negocio dilecto de los K: la hotelería.
Con su empresa Tres Amigos Outfitters SA ofrece tours de pesca con mosca y aventura, que incluyen servicios de hospedaje en distintas cabañas en lugares paradisíacos del sur argentino.
Cuando el periodismo abordó a uno de los hijos del ex piquetero Luis D’Elía, luego de conocerse sus sueldos estatales en la ANSES, se le preguntó a uno de ellos si conocían otro caso de una familia con las mismas ventajas para ser contratados: los García, gracias a los Kirchner, pueden dar cuenta de ello.
Biott, esposo de Belèn García, concuñado K
fuente
"#BORDERPERIODISMO", 21.10.2016
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