Además de saber que esté medio lleno o medio vacío, hay que conocer que contiene. Sócrates
4 ene 2016
DOÑA HEBE
“DOÑA” HEBE Y
…
SUEÑOS COM…/PARTIDOS
{¿Desde donde nos habla la Señora Hebe de Bonafini?}
foto: Wikipedia
M / Madres
Concluía junio de
2010 cuando dos diputadas de la Coalición Cívica radicaron una denuncia
incómoda.
Era por lavado de
dinero y era contra el parricida convicto Sergio Schoklender, pero en relación
con su labor como apoderado de uno de los íconos de la Argentina más valiosos y
más respetados alrededor del mundo durante los últimos 40 años: las Madres de
Plaza de Mayo.
Era en suma,
meterse con un elefante blanco.
Imagen: urban-networks.blospot.com
.Pero la denuncia
era fuerte: acusaban a Schoklender de comprar dos predios en José C. Paz, a
través de una sociedad con varios flancos débiles, Antártida Argentina, para
reintroducir en el circuito lega parte de dinero que el Estado giraba a las
Madres para fines sociales, pero que se robaba el hombre barbudo y vestido de
negro.
Era una bomba.
Pero nadie quiso
escuchar.
Eran las Madres.
No importaba que
una de las que presentaron la denuncia ante la unidad anti lavado (Unidad de
Información Financiera, UIF) fuera Elsa Quiroz, detenida por la dictadura en
1976 y excarcelada recién en 1983.
Eran las Madres.
Un predio abarcaba
4 hectáreas; el otro, una finca de 12.000 metros cuadrados con residencias de
alto nivel, pileta, quincho, vestuarios, canchas de fútbol y tenis, una
vivienda para el casero, y hasta una discoteca, entre José C. Paz y
Tortuguitas, que Schoklender pagó con U$S 5000 al contado y otros U$S 60.000 en
tres cuotas que incumplió.
Consultado por este
autor en aquel momento, Schoklender calificó de “disparate” la denuncia. Dijo
que el primer predio lo ocupaban 70 familias que estaban por ser desalojados y
que las Madres lo adquirieron para evitarlo; y que el segundo predio es una
quinta que planea transformar en un centro de rehabilitación para adictos, algo
que el gobierno bonaerense negó en cuestión de horas.
Pero nada pasó.
Eran las Madres.
Tampoco tomaron
vuelo los reclamos y las acusaciones por desvío de fondos que llegaron desde
una cooperativa de viviendas de Chaco, bajo el liderazgo del piquetero
Emerenciano Sena, complementadas por otras denuncias por “competencia desleal”
de la filial chaqueña de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC).
Eran las Madres.
La UIF ya contaba
para entonces con el reporte de operación sospechosa (ROS) 6441/2010 que le
había enviado el Nuevo Banco de Santiago del Estero (BSE). Fue el 19 de marzo
de 2010, después de corroborar movimientos cuestionables en una cuenta abierta
a nombre de la Fundación de las Madres, pero con Schoklender como protagonista.
Porque no hay dos
sin tres, al ROS del banco santiagueño y a la denuncia de la diputada Quiroz se
sumó luego otro alerta, también en forma de ROS, que llegó a la UIF el 22 de
setiembre de ese año.
foto: "esnoticia!co" Lo envió la
sucursal Villa Crespo de banco Supervielle, por una cuenta de Antártida
Argentina SA., en la que pronto aparecieron Pablo Schoklender y el socio de su
hermano en la firma Meldorek SA., Alejandro Gotkin. También, la Fundación de
las Madres, el Instituto de Vivienda porteño, cheques endosados y montañas de
dinero en efectivo.
Pero aún eran las
Madres.
Hasta que 8 meses
después se desencadenó la tormenta.
Schoklender dice
que se marchó de Madres para seguir sus propios proyectos personales, harto del
Gobierno y con su relación con Hebe de Bonafini muy degastada.
Se habían conocido
en febrero de 1983, en la cárcel, con Schoklender acusado por el asesinato de
sus padres, mientras Bonafini visitaba los presos políticos. Volvieron a verse
recién 10 años después y forjaron una relación materno-filial que perduró hasta
abril de 2011.
Junto a la titular
de Madres juran que Bonafini lo echó, aunque ella optó primero por no hablar
sobre eso. “Ya
hay demasiada sangre vertida para perder el tiempo en pelotudeces”,
dijo, fiel a su estilo, durante la tradicional ronda de los jueves en Plaza de
Mayo.
Pronto quedó claro
que todos, Schoklender, Bonafini, y el Gobierno ocultaban información y
tergiversaban lo que sí salía a la luz.
Y de por medio
había una piñata de entre$ 750 millones y $
1300 millones que salieron del Estado nacional para construir viviendas y otros
proyectos sociales, pero cuyo destino era incierto. Lo mismo que los aportes
jubilatorios de cientos de trabajadores, según denunciaron desde la Unión
Obrera de la Construcción (Uocra).
Y comenzaron las
mentiras.
Schoklender dijo
que no era el dueño de Meldorek, la firma a cargo de construir esas viviendas
para las Madres. Mintió. Los papeles demostraron que controlaba el 90% de las
acciones mientras que el 10% figuraba a nombre de su piloto particular, Gustavo
Serventich.
Bonafini pasó a
acusar a los Schoklender de “traidores y estafadores”, y afirmó que no era
suya la firma que aparecía en unos documentos comprometedores.
Pero cuatro de 5
peritos que analizaron la rúbrica coincidieron en que sí era su firma. Y el quinto
perito, el oficial, era un gendarme que no estaba especializado en caligrafía.
En rigor, ni
siquiera era la primera luz de alarma que se encendió alrededor de Schoklender
con las Madres.
Ya en 2003, el
poeta, periodista, filósofo y militante de derechos humanos Vicente Zito Lema
había renunciado como rector de la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo
por desavenencias con el ex convicto.
“Yo nunca entendí por qué no me tomaban en
serio cuando conté las amenazas mafiosas que sufría por parte de señor. Quizá
porque la figura de las Madres era muy fuerte, muy sagrada, y para mí lo sigue
siendo”,se lamentó cuando al fin se desató el escándalo, ocho
años después de su renuncia.
Durante sus
primeros años, la Universidad afrontaba muchos y serios problemas de dinero.
“No teníamos un peso. Yo, a veces, salía a
leer poemas para poder conseguir algo de plata para financiarnos”, rememoró Zito Lema.
Hasta eso cambió
cuando un día apareció Schoklender con fabulosas promesas.
-Vos no te
preocupes que a partir de ahora todo se soluciona: nos vamos a mudar a un
edificio de 11 pisos, con cuatro subsuelos– le prometió.
-¿Y de
dónde va a salir ese dinero? – quiso saber Zito
Lema.
Schoklender
no respondió. El rector insistió.
-Necesito
que me digas de dónde vas a sacar la plata. Primero porque soy el rector aquí.
Y en segundo lugar, porque no quiero verme involucrado en nada extraño. Y si
vienen de los medios o de la Justicia a preguntarme, quiero saber que decirles.
-¿Vos no
sos medio cristiano? –lo desafió el apoderado- Y
bueno… Decí que fue un milagro.
Pero milagros no
hubo, sino una relación sin antecedentes entre la Casa Rosada y Madres y
Abuelas de Plaza de Mayo, que al fin sintieron que un presidente, Néstor
Kichner, fijaba la defensa y promoción de los derechos humanos como política de
Estado.
Bonafini decidió
olvidar entonces que los Kirchner prefirieron ignorarla cada vez que había
viajado a Río Gallegos. Y que allá recuerdan muy bien los paseos patagónicos
que “Lupín” compartía con Rodolfo “Fito” Ponce, gremialista de la derecha más
rancia de peronismo, acusado de integrar la Triple A.
Hebe prefirió olvidar para avanzar
con los Kirchner en la Rosada.
El problema es que
la bandera de los derechos humanos se mezcló con cientos de millones de pesos
sin control, como admitió a medias el Ministro de Planificación Federal, Julio
De Vido.
“En su momento vimos esa situación”, afirmó De Vido, que sostuvo que “ahí se cortó el giro que tenía ese hombre y
salta claramente el fraude que ha hecho a la asociación, que fue lamentable”.
¿Cómo debía ser la
operatoria correcta?
El Ministerio
giraba fondos a cada jurisdicción, donde el proyecto “Sueños Compartidos” de
las madres se encargaría de construir viviendas sociales y cobraría las
partidas contra la entrega de los certificados de obra emitidos por el
Instituto de la Vivienda de cada distrito. Así el programa que lideraba
Schoklender –que incluía viviendas y emprendimientos de infraestructura urbana-
abarcó proyectos en la ciudad de Buenos Aires, y las provincias de Río Negro,
Chaco, Santiago del Estero y Misiones, y las municipalidades de Tigre,
Almirante Brown, Rosario y Bariloche.
Los datos oficiales
del propio Ministerio también mostraban que entre 2008 y febrero de 2011
“Sueños Compartidos” había iniciado la construcción de 4541 casas, de las
cuales había terminado 1432, mientras que otras 3109 registraban una ejecución
del 54% y se planeaban entregar antes de fin de año.
Pero esas
cifras eran falsas, como corroboraría la Auditoría General de la Nación (AGN).
Y De Vido defendió
la decisión de su subalterno, el secretario de Obras Públicas, José López, de
cortarle a Schoklender el flujo de fondos “En mi barrio decían que le cortó el pedal: le dijo basta”.
foto: "Clarin.com"
Pero ante el
escándalo creciente, Aníbal Fernández en su primera etapa como jefe de
Gabinete de la presidenta buscó despegar al Gobierno. “No hay funcionarios en la discusión judicial
ni los va a haber nunca, porque no es un problema de dinero público”,
argumentó, “porque
no son subsidios sino financiamiento. Se paga cuando se certifica la obra: el
dinero es del particular, no son fondos públicos”.
En el Congreso, dos
colaboradores de De Vido ampliaron la versión interesada de Fernández. Abel
Fatala, subsecretario de Obras Públicas, y Luis Bontempo, subsecretario de
Desarrollo Urbano y Viviendas, plantearon que desde el Ministerio no tenían
trato con las Madres, sino con municipios y provincias, y que “la estafa ocurrió
fuera del sistema”. Fatala repitió entonces que “los controles los hace cada jurisdicción”
y despegó a Planificación. “No sé de los manejos de Schoklender, ni sabía que tenía
chequeras. No trabajamos con él, sino con las jurisdicciones”.
MENTIRA
En la práctica, el
Gobierno siempre obligó a las provincias y los municipios a contratar en forma
directa, sin licitación alguna, a la Fundación Madre de Plaza de Mayo si
querían recibir fondos especiales para construir viviendas sociales, según se
estableció por escrito en convenio y contrato de obra. Si así ocurría, ellos
cobrarían sin demora y se construirían las casas. En uno de esos convenios, por
caso, se pagaron $ 463.000 pesos por cada vivienda en Villa Lugano que se
proyectó con 70 metros cuadrados, amueblada y hasta equipada con heladera.
¿Por qué mintieron
Fatala y Bontempo en algo tan fácil de verificar?
Porque ellos y
muchos más sólo trataban de cubrirse del ventilador que encendió Schoklender,
que con verdades, mentiras, medias verdades o todo mezclado comenzó a
acusarlos.
{SCHOKLENDER
DIXIT}
-¿Cuál fue el principio del fin? –le preguntó este
autor, en pleno escándalo.
-Con la
muerte de Néstor, se agudizaron nuestros problemas con los pagos de la
Fundación.Empezaron las
venganzas de De Vido, José López Baratta (Roberto, subsecretario de
Coordinación y Control de Gestión del Ministerio, también implicado en el “caso
Skanka”), Fatala y gente de Economía. Comenzamos a padecer retrasos en la
cadena de pagos de la obra pública.
-¿Por qué?
-Porque la
obra pública tiene rigurosamente un 15% de retorno, que el Estado paga al
principio como “anticipo de obra”. Por eso es que todos los demás
pagos los envía la Nación a cada provincia, pero el anticipo se entrega directo
a cada empresa.
-¿La entrega de la obra pública es tan discrecional como
se sospecha y denuncia?
-Por supuesto.
Se licitan los planes según la cara (del gobernador) y las posibilidades de “retorno”.
Todos los planes de obras se utilizan como herramienta electoral.
-¿Cómo se pagan las coimas?
-¡Cómo va
a ser! ¿Por cheques? Es en efectivo, ahí en las oficinas de los funcionarios.
-Podría ser con una
transferencia en el exterior…
-No, en
efectivo.
-¿Y usted pagó coimas?
-No,
nunca. Ese fue mi primer problema. Pero como yo no pagaba el 15% a nadie, lo
destinaba a obras.
-¿Podía construir en todas las provincias?
-Sí, salvo
en dos lugares, en los que no podía asomar la nariz, Tucumán, porque Alperovich
es dueño de una constructora y Santa cruz.
-Aludió antes a su
“primer” problema. ¿Cuál fue el segundo?
-Que yo
exigía que me pagaran la obra y abría las puertas de los despachos de los
funcionarios a las patadas si era necesario. Pero a veces veía a 20 0 30
intendentes de ciudades importantes de todo el país esperando a que os
atendiera Fatala, por ejemplo, mientras que yo entraba y le decía que iba a
haber quilombo. Entonces, por una orden de Néstor me destrababan los pagos.
-¿Cuánto dinero movió
con las obras de la Fundación? ¿750 millones de pesos, como dijo el
Gobierno?
-No, más.
Cálculo que unos 1000 millones, como mínimo.
-O sea que, si no pagó
coimas por manejar esos fondos…
-Se
perdieron de cobrar 150 millones, sí.
-¿Se llevaba mal con
José López?
-Me llevo mal es poco. En la
última obra que inauguró Néstor antes de morir, tuve una pelea feroz con López,
al que le dije que era un petiso corrupto delante de Tomada, de Boudou y otros
funcionarios. Me dijo: “Te voy a parar la obra”. Y le contesté: “Esta me vas a
parar”.
-¿Por qué con López?
-Porque
nos frenaba todas las obras de la Fundación. Y después que Néstor murió, nos
paró todos los certificados (de obras), mientras que yo seguía adelante con
nuevas obras, mientras que nos íbamos atrasando con los pagos, lo que generó
discusiones con Pablo, que estaba a cargo de las finanzas en la Fundación y con
Hebe.
-Usted habla de sobornos por todos lados. ¿Era un “robo
para la corona”?
-Cristina
y Néstor sabían. Pero la mecánica es perversa. No es que las coimas se las
quedaran ellos. Sino que era para pagarle los sobresueldos al staff, para
aceitar la maquinaria electoral, para pagarles a los medios. La política es muy
cara.
-¿La Fundación se usó para fines proselitistas?
-Financió
afiches, campañas, micros, caprichos de Hebe y gastos de otras madres.
Alejandra (por la hija de Hebe de Bonafini) nos salió una fortuna. Tuvimos que
comprarle un departamento de 90.000 dólares, una casa de 340.000 dólares, una
computadora, un auto cero kilómetro, después una netbook.
Sistema y Piñata,
en versión explícita.
Durante esa
entrevista, sin embargo, Schoklender calló sobre sus vínculos con otros muchos
funcionarios, como el canciller Héctor Timerman, quien llegó a firmar un
convenio con Madres, en enero de 2011, para que las legaciones diplomáticas
argentinas alrededor del mundo proporcionaran las viviendas Sueños Compartidos.
Acorralada,
Bonafini admitió que desde Madres financiaron afiches electorales, pero buscó
cortar las sospechas. Desde el Gobierno dijo, pedían “algunas cosas a la imprenta de las Madres (…).
Tal vez se encargaron 100 afiches o 200, o volantes, o lo que sea, pero
nosotros no le financiamos la campaña (al kirchnerismo). El Gobierno es el que
nos ayuda a nosotros, no nosotros al Gobierno”.
Pero mientras todo
esto ocurría a lo largo de varios años, ni desde Planificación Federal, ni
desde la unidad anti lavado, ni desde la Sindicatura General de la Nación
(Sigen), ni desde la Inspección General de Justicia (IGJ), entre otras áreas
del Estado, pudieron - o quisieron – controlar a las Madres como debieron
hacerlo.
Porque eran las
Madres.
Hasta que fue
demasiado tarde. Para las familias que soñaban con esas viviendas,
entre ellas la comunidad Qom, para el Estado nacional que perdió
fortunas, y para evitar el daño reputacional a las propias Madres, escindidas
desde hace años entre la Línea Fundadora y las que continuaron con Hebe de
Bonafini.
Para alimentar aún
más las sospechas generales, la investigación penal quedó en manos del juez
federal Norberto Oyarbide, que desplegó su estrategia habitual en las causa de
alto impacto.
Oyarbide suele
iniciar sus causas de manera frenética y espectacular – al punto de recurrir a
un helicóptero para aterrizar en medio de un country para participar de un
operativo, ordenar múltiples allanamientos y acumular montañas de documentación
-, para luego lentificar la pesquisa a medida que mengua el interés mediático.
Durante la “causa
Madres” o “Sueños Compartidos”, que controló durante dos años, Oyarbide ordenó
el arresto, dos veces, de los hermanos Sergio y Pablo Schoklender, a quienes
embargó, imputó a 80 personas y procesó a 44, pero aceptó como querellante a
Hebe de Bonafini, es decir, la excluyó de la lista de acusados, y la citó a
declarar como testigo. Más aún, se involucró de lleno en el peritaje
caligráfico, al punto de participar en una reunión de los peritos en la que de
manera reiterada indujo con comentarios al oficial para que su dictamen
beneficiara a la titular de Madres.
Oyarbide logró su
objetivo: el perito oficial fue el único que llegó a la conclusión de que era
falsa la firma de Bonafini en un documento incriminatorio, mientras que los
restantes cuatro coincidieron en que era auténtica. Pero el juez, que recibía
mensajes desde la Casa Rosada, le bastó ese resquicio para salvarla.
El sistema.
La protección de
Oyarbide a las Madres se evidenció en varias ocasiones más. La primera cuando,
en vez de allanar la sede de Madres, le solicitó que remitiera los documentos.
Al cabo de un mes, la entidad sólo le envió algunos y le informó que le habían
robado el resto, por lo que el juez ordenó un allanamiento, que encima fe
inapropiado.
La protección
oficial a la titular de las Madres resultó aún más evidente a mediados de julio
de 2011, cuando la televisación de una protesta por salarios y aportes caídos
de los albañiles de Sueños Compartidos mostró al jefe de Seguridad de Bonafini,
Alberto Brizuela, junto al director de Seguridad Interior de la Secretaría de
Inteligencia (ex SIDE), Fernando Pocino.
Archirrival de
“Jaime Stiuso” – al que pareció derrotar desde la muerte del fiscal Alberto
Nisman -, Pocino sembró vínculos políticos durante los años que prestó
servicios en el Congreso, que a la larga le resultaron muy redituables. Allí
conoció a Cristina Fernández de Kirchner y a su luego ministra de Seguridad,
Nilda Garré.
¿Qué hacía junto a
las Madres uno de los referentes del cuestionado aparato de inteligencia del
Estado nacional? ¿Por qué fisgoneaba a la legión de albañiles que habían sido
librados a su suerte por la red de empresas y cooperativas que Bonafini debió
controlar?
El sistema.
Para muchos
defensores de Madres, la aparición de Pocino fue una señal de alerta que cobró
otra significación cuando Hebe entrevistó, se fotografió y apareció en la tapa
de la revista “Ni un paso atrás”, de
la Asociación Madres, con el jefe del Ejército, César Milani, acusado de
violaciones a los derechos humanos en Tucumán y La Rioja, presunto
enriquecimiento ilícito y de montar un aparato de inteligencia militar
prohibido por la ley.
Hebe de Bonafini entrevistó al jefe del Ejército para "Ni un paso atrás",
la publicación mensual de Madres de Plaza de Mayo. El militar habló de
sus orígenes, el rol de la fuerza y los archivos de la dictadura, entre
otros temas (infobae)
-¿Cómo toman tus hijos las denuncias contra vos? –le
preguntó una muy cordial y relajada Bonafini.
-Por ahí
uno sufre más por ellos que por uno. (…) Jamás, nunca ni torture, ni maté, ni
estuve.
Y como para que
quedara claro el tono exculpatorio de la entrevista que se tituló “La madre y
el General”, continuaron:
-Las
calumnias e injurias vertidas sobre mi persona por parte de medios monopólicos
y dirigentes políticos opositores al Gobierno nacional han buscado
exclusivamente perjudicar a la Presidente y tratar de impedir que el Ejército
participe activamente de un proyecto nacional – afirmó el general.
-Los medios te arman una bola que Dios mío…
-Esta
confrontación de un grupo, de unos medios, que quieren manejar todo. Instalan
historias, fabrican. Si les gusta el gobierno, bueno; si no les gusta más,
bueno, se acabó, que venga otro, tiene que venir otro, que ellos dicen cuál es.
Gracias a Dios, estaba leyendo una encuesta donde Cristina tiene más de un
cincuenta por ciento de imagen positiva. Ella es una militante fuerte y sabe
adónde quiere ir.
Porque la culpa la
tenían los medios… o la justicia, como Bonafini afirmó a fines de junio de
2015, mientras que Milani pasaba a retiro. “Lo voy a defender hasta que esté en la cárcel”,
dijo. “Nilda
Garré y Néstor Kirchner no me hubieran presentado al malo de la película”.
Aunque excluida
Bonafini de la redada, Oyarbide detectó operaciones para desviar fondos que
había recibido Madres. Entre otras derivaciones para adquirir departamentos,
dos aviones privados y un yate. También avanzó sobre las financieras
Monetización y Trade Travel, que cambiaban cheques de la Fundación o entregados
por el Estado que se cambiaban por efectivo.
La Piñata
A esas dos
financieras se sumó Créditos Sur, una cooperativa de crédito que también quedó
bajo la lupa de la Justicia en la causa sobre la llamada “mafia de los
medicamentos”, donde la Justicia estableció que la viuda de Sebastián Forza,
Solange Bellone y Néstor Lorenzo podían resultar socios.
Conectores.
Schoklender tampoco
se quedó quieto. Acusó a Hebe de Bonafini de tener cuentas a su nombre en la
Caja de Asturias, en España, con depósitos por unos 2 millones de euros. Las
cuentas, afirmó, estaban también a nombre de Mercedes Meroño, una de las
madres, de 85 años, vice de la entidad.
También denunció
que en los aviones de Meldorek habrían viajado la ministra de Industria Débora
Giorgi, el entonces gobernador del Chaco Jorge Capitanich y Pablo Moyano, uno
de los hijos del líder de la CGT. Desde el Ministerio desmintieron que Giorgi
hubiera volado en uno de esos aviones, pero desde Meldoreck insistieron en que
había sido una de las pasajeras.
Por si esto fuera
poco, también aportó un listado de facturas por $1,5 millón en gastos de
campaña que cubrió Madres para pagar afiches, gastos y consultoras, y solventar
distintas actividades del subsecretario Fatala, en entonces ministro de
Economía Amado Boudou, y hasta de la presidenta Cristina Fernández.
En el caso de
Boudou, Schoklender terminó también por admitir ante otra consulta de este
autor que a mediados de 2010 recibió a un emisario de Nicolás y Héctor Ciccone,
Víctor Pirillo, quien buscó tentarlo para asociar a las Madres con la imprenta
y así reducir la presión oficial sobre los Ciccone.
“Tuvimos una primera reunión, en la que
hablamos sobre que se estaban peleando los grupos de Boudou y de Aníbal por
apropiarse de Ciccone, y luego lo derive a mi hermano Pablo”,rememoró
Schoklender, quien recibió a Pirillo junto con Gregorio Kazi, también de la
Fundación.
Pirillo admitió,
por e-mail, ese encuentro: “Fui a visitar a Schoklender en tres oportunidades–escribió a este autor-. El motivo era que dado el desprestigio de la
empresa Ciccone, era necesario buscar una entidad como Madres de Plaza de Mayo
para poder hacer que intercediera el Gobierno y solucionara el tema de la AFIP,
y así librar los pagos a la empresa para poder mantener la fuente de trabajo de
cientos de familia”.
Pablo Schoklender
tampoco se quedó atrás. Dijo que tras el alejamiento de su hermano, Bonafini
dio instrucciones para pagarle a una experta en comunicaciones Doris Capurro
–que luego desembarcaría en YPF de la mano del Gobierno- y preguntó si era
posible darle a Schoklender un terreno en Barranquera, Chaco, que había
comprado la Fundación por cerca de U$S 1 millón
para que Sergio cerrara su boca y terminara con los escándalos.
A Pablo tampoco le
quedaba cuerda en Madres. “Si cometieron delito, tendrán que pagar. Acabo de separar a
Pablo y otras 16 personas, por las dudas, para que todo quede prolijo”,
afirmó Bonafini en una entrevista con el diario oficialista “Tiempo Argentino”.
Entre las que
salvaron de la primera oleada de despidos, en cambio, estuvo la ex ministra de
Economía Felisa Miceli, quien se refugió en Madres cuando debió renunciar a su
cargo por la bolsa de dinero en su baño privado del Palacio de Hacienda.
Perduró junto a Bonafini hasta que la echó por razones presupuestarias, en
2013.
Pero si Pablo
Schoklender contó sobre un terreno en Barranqueras como prenda de negociación y
silencio, Sergio avanzó otro paso.
Fernández le había
enviado un mensaje a través de un agente de la ex SIDE para que apaciguara sus
ánimos hasta las elecciones, a cambio de prometer impunidad judicial.
Otra vez Pocino.
“Quédate tranquilo, no te preocupes que
Aníbal no se olvida de los amigos… No insistas en que te indaguen. Después del
23 de octubre (día de las elecciones) el caso se pincha”, afirmó Schoklender que le anticipó el agente todo
servicio.
Pero el colaborador
de Bonafini redobló su apuesta: “Oyarbide es un muñequito de Aníbal Fernández”,
lanzó.
A Oyarbide, sin
embargo, le daba igual lo que dijera Schoklender sobre él y anunció sus
primeras conclusiones:
-Acusó a
Sergio Schoklender como ex apoderado de Madres, de desviar $ 280 millones de
los fondos para viviendas sociales que giro el Estado a la fundación.
-Acusó a
su hermano Pablo, que manejaba la imprenta de Madres, de retirar dinero de la
Fundación sin justificación y de integrar una asociación ilícita que cometió el
fraude.
-Acusó a
Alejandro Gotkin, contador de Schoklender, de integrar sociedades ligadas a
Schoklender en las que depositaron fondos públicos que se desviaron de Madres.
-Le dictó
la falta de mérito a Alejandra Bonafini, tras investigarla por la presunta
compra de bienes personales con fondos de las Madres.
Sin embargo, Oyarbide nunca completó el cálculo del perjuicio
al Estado. Y terminó por perder el expediente.
La Cámara Federal lo apartó, en agosto de 2013, con duras
críticas a su desempeño y anuló las declaraciones indagatorias de 66 acusados,
incluidos Schoklender y Alejandra Bonafini, además de anular los 44
procedimientos y todos los embargos.
Es decir volvió casi al inicio toda la pesquisa, que
calificó de “defectuosa”, “imprecisa” y “confusa”, y la remitió al juez
Marcelo Martínez de Giorgi, que ya controlaba una investigación paralela sobre
las responsabilidades de los funcionarios que giraron al menos $ 765
millones a la Fundación.
Al cabo de un año de instrucción, sin embargo,
Martínez de Giorgi –subrogante y a la espera de su confirmación como juez- aún
no había llamado a declarar a ningún funcionario, a pesar de las
acusaciones de Schoklender, que repetía ante la prensa que “con la
construcción de viviendas nunca hubo desvío de fondos, el problema fue no haber
pasado por ‘caja’, a través de López y Bontempo”.
El sistema.
De ambos funcionarios, López siempre concentró los peores
dardos del ex apoderado de Madres. “Es un hijo de remilputas y
ladrón”, dijo a la revista “Noticias”.
“Está acusado de enriquecimiento ilícito y este escándalo le sirve
para tapar las causas que tiene abiertas. Que vayan a ver la sociedad anónima
que armó en Tucumán con la esposa y que en realidad fue contratada por el
Estado”.
La pesquisa judicial contra los funcionarios recién ganó
algo de fuerza en febrero de 2014, cuando AGN emitió un lapidario informe sobre
el proyecto de Madres. Verificó:
-Obras inconclusas:
Sueños Compartidos construyó
muchas menos viviendas que las prometidas: se planificaron cerca de 4800
viviendas; sólo se construyeron 822.
-Precios altos: al
comparar el costo de las unidades construidas por Sueños Compartidos, más del
75% de esas viviendas habían costado más que las del programa Techo Digno.
-Organizaciones
implicadas: La Fundación Madres de Plaza de Mayo canalizó fondos millonarios
para las empresas vinculadas con los hermanos Schoklender.
-Deudas previsionales:
según el informe, había una deuda
pendiente con los trabajadores del programa por más de $145 millones.
La AGN detectó algo más: desde Madres habían librado
cheques por $221.600 a Propyme, la mutual o
financiera que logró para un allanamiento, también de Oyharbide pero en otra
causa, gracias a un llamado salvífico de Carlos Liuzzi, el número dos de Carlos
Zannini en la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia.
Cuando comenzaron a arreciar las sospechas, el dueño de Propyme, Guillermo Greppi,
salió al cruce en la prensa y afirmó que no había cambiado cheques de las
Madres porque no quiso verse involucrado en nada que tuviera que ver con
actividades irregulares.
Mentira.
En la lista de cheques de Madres que cotejó la AGN
aparece que Propyme percibió cheques de
la Fundación, que se registraron en la categoría “movimientos agrupados” y se
libraron sobre la cuenta 54.961-3 del Banco de la Provincia de Buenos Aires por
$ 221.600.
El intercambio de cheques por dinero, previo descuento de
una comisión, fue mucho más extensa. Tres empleados de Propyme –Gisela Dertinópulos,
Gabriela Fernández y Gustavo Constantino Tsiaculas- se desempeñaron también en
la Cabaña Agropecuaria de
Zonda, que recibió cheques por $ 52.235.769 de Madres, que apareció así segunda en el ranking de firmas receptoras.
La tercera en ese ranking
fue Agropecuaria
Monte León, con cheques por $ 26.560.986. En esa firma trabajaron Vanesa Noelia Dertinópulos y
Facundo Bogado, que pasaron a trabajar en Propyme.
¿Qué se escondía detrás de la proliferación de tantas
mutuales, financieras oficiosas y “cuevas” alrededor de Propyme?
“Estas sociedades forman parte de un
inframundo por el que circula la plata negra de la corrupción y a través del
cual se comprende, de manera cada vez más clara, el funcionamiento del país”, explicó el
periodista Carlos Pagni en pleno escándalo.
“Las cuevas ofrecen sus servicios a los
funcionarios que quieren percibir los sobornos que han pactado. Es muy habitual
que los contratistas del Estado, sobre todo los de obra pública, sufran demoras
exasperantes para cobrar sus certificados. Cuando lo logran, reciben cheques
posdatados con la indicación de la financiera donde pueden cambiarlos por
efectivo, con una tasa de descuento. Esa tasa no corresponde al riesgo de
incobrabilidad de cheque. El cuevero sabe que le van a pagar. Lo que cobra con
la tasa es la coima del funcionario que le envió el cliente”.
Canales para la Piñata.
En un intento por parar la sangría y proteger a las
Madres, desde el Gobierno anunciaron la creación de un fideicomiso para manejar
los fondos de la Fundación.
Pero eso también quedó envuelto en sombras.
Schoklender acusó al vicepresidente Amado Boudou de
recurrir a testaferros, como Aybar Roberto Domínguez –mencionado en el caso
Ciccone”-, para desviar
hasta $160 millones que debían destinarse a la construcción de viviendas. ¿Por qué? Porque
como administrador y por contrato paso a cobrar el 16% de todo el dinero que
pasaría por el fideicomiso, cuando antes esa comisión era del 1%.
“En la Fundación hubo una maniobra de Boudou
y de Aníbal, y la vaciaron de propiedades de maquinarias”, insistió el ex
apoderado, que volvió a la carga sobre el funcionario de De Vido que más
detesta: “Renegociaron contratos que se transfirieron a empresas vinculadas
con López y los obreros pasaron a Evita”.
Por el contrario, Bonafini defendía a Boudou ante las
sospechas que lo rodeaban desde la llamativa resurrección de la ex Ciccone: “Yo ya no
aguanto más, es una vergüenza, hace dos años que lo están atacando, lo quieren
hacer pedazos pero no van a poder porque es un tipo muy serio. Él está haciendo
las cosas bien”.
La solución más drástica que adoptó entonces el gobierno
fue la misma que ante el escándalo que liquidó las aspiraciones presidenciales
de Boudou para 2015. Y así como estatizó la ex Ciccone Calcográfica, también
impulsó la estatización de la Universidad
de Madres que arrastraba una deuda estimada en $ 200 millones.
La otra gran referente de los derechos humanos en la
Argentina Estela de Carlotto, objetó la estatización y el rol de Bonafini. “No se
sabe que pasó, que responsabilidades hay. Yo ya lo dije y lo sostengo: Yo soy
la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. Tengo la obligación de saber lo que
pasa acá. Y lo que firmó, lo firmó a conciencia. Yo no puedo decir el día de
mañana que Juanita Pérez me robó y yo no lo sabía. Entonces, esas
responsabilidades todavía no están claras y yo creo que poner más plata cuando
no se sabe dónde fue la anterior me parece que…”, planteó, sin cerrar
la idea.
El problema, como comprendió Carlotto, es que el
escándalo manchaba a todos los organismos de derechos humanos. “Por
supuesto, ¡si nos confunden! Nos ponen en la misma bolsa. En algún lugar nos
gritaron ‘ladronas’. No tenemos nada que ver. Se necesita con claridad qué
pasó. Y asumir responsabilidades”, reclamó.
Pero eso no ocurrió, pese a los reclamos de algunos
legisladores a la hora de votar en contra del proyecto de estatización, que se
aprobó igual.
“No estamos discutiendo de derechos humanos
ni de política universitaria. Estamos discutiendo una gran maniobra para tapar
una defraudación al Estado”, afirmó Néstor Pitrola, que lo comparó con el escándalo
alrededor de Boudou. “Estamos ante una estatización de un
instituto que viene a ser un nuevo caso Ciccone. Si Ciccone no garantiza
soberanía monetaria, menos la Universidad de la Madres va a garantizar la
política de derechos humanos”.
Pero la titular del bloque oficialista, Juliana Di
Tullio, jugó la carta política y reputacional. “Tratar de ligar a esta
organización con algún hecho de corrupción es ofensivo, malicioso y mentiroso”, dijo. “Las
Madres de Plaza de Mayo no pueden dar explicaciones en este recinto –agregó-; lo que
han dado es ejemplo con su vida en todos estos años”.
Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.
La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.
Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.
El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.
Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.
De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.
A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).
¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.
¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?
¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!
El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.
Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio
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