Esta es, la entrada con más secciones relacionadas. Evidentemente el retorno del tema, a 30 años de distancia; la puja larga, renovada, entre el gobierno y la oposición por el pago de una millonaria indemnización.
La actual cobertura periodística, en mi opinión, limitada a las repercusiones y protagonista actuales, hace que sobre todos los más jóvenes no tenga toda la información necesaria para poder evaluar un proceso, que entiendo representa ‘un continuo’, que pone en evidencia problemas que viene de lejos y aún hoy traba la marcha de la Nación.
En principio y desde la actualidad solo se aprecian tres actores: un grupo empresario fallido, el gobierno dispuesto a pagar y la oposición, sobre todo de dos senadores de la Unión Cívica Radical, que cuestionan el pago. También debe destacarse que ante los cuestionamientos iniciales, el gobierno “huye despavorido” y en mi fue el disparador de una salida poco digna y mucho menos clara de la ministra Felisa Miceli.
Intento acercar, recurriendo al archivo, una visión más completa, la que de ninguna manera agota el tema, pero permite afinar un acercamiento al tema.
Por lo anterior y tratando de mantener a la vista, la vinculación entre la disputa del siglo XXI con lo que sucedió en el siglo XX, debe destacarse que es un proceso que se da en el marco de un gobierno de facto; que no fue un caso aislado ya que se trata de una crisis de un sistema perverso; que las empresas caídas fueron “seleccionadas”; si se considera los protagonistas: Trozzo, Greco, Oddone, Piñero Pacheco se advierte que todos ellos eran “nuevos ricos”, intrusos en el orden establecido por una seudo aristocracia/oligárquica; que se trata del enfrentamiento entre “aventureros” y los gerentes locales”.
Desde el unto de vista del ciudadano común, perjudicado por unos y por otros; en los testimonios – de una y otra parte – surgen “vacíos”, verdades a medias (mentiras enteras). De los que se enfrentaron a ninguno le cabe el título de victima
Mi papá trabajó desde que el Banco de Los Andes era una financiera en la calle Avellaneda, de la ciudad de San Martín, hasta que se convirtió en lo que era en el año 1979. Comenzó como ordenanza y en el año 1979 era Tesorero, todo por propio mérito, fruto de esfuerzo y sacrificio personal. Finalmente en el año 1988, cuando se venden los últimos edificios, pasaron al Banco de Mendoza. Eran 18 personas las que quedaron. Me gustaría poder contar todo lo que ví y me contó mi papá. Tengo mucho para decir. Gracias.
ResponderEliminarEstaria bueno que lo cuentes, como dice la cancion "Si la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia: la verdadera historia, quien quiera oir que oiga."
EliminarSaludos
a mi viejo lo estafo el gerente del banco libertador de san martin, un tal negri, en 1980 aprox. mi pobre padre no recuerda el nombre. si lo tuviera enfrente mio me gustaria contarle lo que padecio mi familia, nos tuvimos que ir por culpa de los usureros llamados bancos.
ResponderEliminarotra estafa fue el banco de previsión social. aca no doy nombres (los cuales recuerdo muy nítidamente) porque se que sus hijos no tenian nada que ver con la mierda de los padres. hubo gente que trabajaba en estos bancos que de la noche a la mañana quedaron en la quiebra, menos algunos gerentes que supieron aprovechar la situacion, mientras se quedaban con un vuelto.
Cuánta gente quedó en la calle, se que les hacian pagar dos veces los créditos... una mentira de la década del 80. Que historia negra tuvo Mendoza en esa época. Cuánta gente trabajadora vi desfallecer, qué lágrima era mi querida San Martín, todos se fundian, todos lloraban.