El relato del desendeudamiento
Pese a las grandilocuentes afirmaciones de la presidenta de
la Nación y del ministro de Economía, la deuda argentina ha crecido de
una manera vertiginosa a costa del propio sector público.
Sin embargo, como en el caso de la inflación o de la cantidad de familias por debajo de la línea de pobreza, el relato del Gobierno dice una cosa y la realidad demuestra lo contrario.
Según cifras difundidas por el Ministerio de Economía, en 2001 la deuda pública rondaba los 145 mil millones de dólares.
Tras el canje negociado por Néstor Kirchner y Roberto Lavagna en 2005, la deuda disminuyó de modo momentáneo, pero desde entonces no ha dejado de crecer: a diciembre de 2014, orillaba los 222 mil millones de dólares.
A ese monto, hay que sumarle alrededor de 160 mil millones de pesos, por todos los títulos emitidos por Economía a lo largo de 2015, algunos en pesos, otros en dólares. Sólo este año, entonces, la deuda viene creciendo a un ritmo cercano al medio millón de dólares por semana. Se utiliza para financiar el déficit fiscal y tratar de soportar el impacto del atraso cambiario.
Eso no es todo, sino una parte del problema. La deuda que el Gobierno niega con su relato ha puesto en riesgo la supervivencia del Banco Central, encargado de custodiar el valor de nuestra moneda.
Los Kirchner han usado hasta el momento más de 60 mil millones de dólares del Banco Central. A cambio de esos billetes, el Gobierno ha introducido en ese organismo bonos –entiéndase, pagarés– que no son negociables en el mercado ni pagan interés alguno.
De hecho, la primera de esas letras fue por los casi 10 mil millones de dólares con los que Néstor Kirchner le pagó al Fondo Monetario Internacional. Vence el 3 de enero de 2016, pero la actual gestión no ha previsto su pago en el Presupuesto del año próximo, sino su automática refinanciación.
Algo similar sucede con la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses). Sólo este año, por una de las emisiones del bono en dólares Bonar 24, el Gobierno le sacó más de 400 millones de dólares.
En otras palabras, la deuda argentina ha crecido de una manera vertiginosa a costa del propio sector público. El relato oficial, al negarlo, simboliza la irresponsabilidad con que el Gobierno nacional se ha apropiado de todas las “cajas” disponibles bajo su órbita.
FUENTE
"LA VOZ", Córdoba, 12.10.2015
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