8 oct 2020

SOLO UNA HOJA EN LA TORMENTA Thathanka Iyotake

 

 

 

        SOLO UNA HOJA EN LA TORMENTA (*)

                                                 Thathanka Iyotake

 

{El tema de esta entrada, no es el que habitualmente trata el blog.

Se describe una trayectoria vital, que en una primera mirada, asombra.

Sin embargo a poco que se la analice, pareciera, que nos conduce a una conclusión, que por inevitable, nos lleva al estoicismo.

Alguien nacido en la elite dirigente de su nación.

Nación que deberá enfrentar en guerra a un enemigo inmensamente superior, por ello están condenados a la derrota.

Nuestro héroe, por su condición social y capacidad, debe hacerse cargo del comando de las tropas.

El transcurso de la guerra iba directamente a su inevitable conclusión, la  única victoria, sobre su poderoso enemigo, fue bajo su comando.

Y fue esta batalla la que alcanzo una fama que llega hasta nuestros días.

Terminada la contienda el Jefe Guerrero queda recluido, con su pueblo, en un determinado territorio a modo de confinamiento.

Hasta allí fue a buscarlo un empresario artístico (un Tinelli de siglo XIX), para incluirlo en un espectáculo, donde debía ser la caricatura de sí mismo, debía ser quien era pero de mentirita.

Vuelto a su confinamiento moriría por mano de alguien de su pueblo captado por el vencedor}

 

 Hombre De Negocios Con Paraguas Durante La Tormenta En El Mar. Concepto De  Protección Del Seguro Fotos, Retratos, Imágenes Y Fotografía De Archivo  Libres De Derecho. Image 83274955.

 

 

Toro Sentado, el último gran jefe de los sioux

El líder de los lakotas aniquiló en una batalla legendaria al Séptimo de Caballería del general Custer, pero terminó recluido en una reserva y participando en el show de Buffalo Bill.

Fernando Martín.

09 de agosto de 2020 

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Esta es su breve cronología: 
1831: Nace Toro Sentado en el territorio del Grand River, en Dakota del Sur, en el seno de la tribu sioux hunkpapa.


1866: Se convierte en el jefe principal de los lakotas y, junto con Nube Roja, combate al ejército estadounidense.


1876: En la batalla de Little Bighorn, los sioux liderados por Caballo Loco y Toro Sentado masacran a las tropas del general Custer.


1881: Tras cuatro años en Canadá, Toro Sentado se instala en una reserva. En 1885 es contratado por Buffalo Bill.


1890: Muere por el disparo de un policía indio de la reserva cuando iba a ser detenido.

En el siglo XVII, los indios lakotas, junto con otras tribus de la familia sioux, se instalaron en las grandes llanuras de lo que hoy es Estados Unidos, en los actuales estados de Dakota del Norte y Dakota del Sur. 

Allí adoptaron una vida nómada, con una economía basada en la caza del bisonte. 

En invierno vivían en pequeños grupos o familias para resistir mejor el frío y encontrar comida y cobijo con más facilidad, mientras que en verano se reunían en las zonas fértiles para cazar búfalos, celebrar ceremonias religiosas y festivas, comerciar y resolver conflictos internos.

A mediados del siglo XIX, este modo de vida se vio amenazado dramáticamente por la imparable expansión de Estados Unidos hacia el oeste. 

Colonos en busca de tierras, ganaderos, soldados y buscadores de oro cambiaron en unos pocos años el paisaje de las Grandes Llanuras, quebrando el frágil equilibrio económico de las tribus indias y poniendo a estas ante un trágico dilema: el de lanzarse a una resistencia armada condenada al fracaso o llegar a acuerdos que suponían su marginación y amenazaban su supervivencia. 

Tal fue el caso de los lakotas. 

En 1865, al término de la guerra de Secesión americana, el jefe Nube Roja (Red Cloud) se dedicó durante varios años a atacar los fuertes del ejército establecidos en la zona, hasta que en 1868 se firmó un tratado por el que se concedía a los indios un vasto territorio al oeste del río Misuri en el que los colonos no tendrían derecho a entrar

Además, se creó «una gran reserva india para los sioux» en el suroeste de Dakota del Sur para aquellos que quisieran abandonar la vida nómada.

Guerra al hombre blanco

La tregua duró muy poco. 

Hacia 1875, los territorios libres de colonos habían ido menguando vertiginosamente, los búfalos eran cada vez más escasos y muchos de los indios que se habían quedado en la reserva veían cómo las tierras que les habían concedido para la agricultura no eran lo bastante fértiles y las provisiones que recibían del gobierno eran cada vez más exiguas

Además, algunos colonos habían encontrado cantidades importantes de oro en las Colinas Negras, un territorio considerado sagrado por los indios, lo que llevó al gobierno estadounidense a crear una comisión para comprar las Colinas Negras a los indios

Cuando estos se negaron se decretó que a partir de enero de 1876 todos los sioux deberían recluirse en la reserva y los que no lo hicieran serían considerados hostiles

Para hacer cumplir la orden marcharon a la zona tres regimientos al mando del general Sheridan.

Fue entonces cuando hizo su entrada en la historia el célebre Toro Sentado (Sitting Bull). 

A sus 35 años, Thathanka Iyotake, como en realidad se llamaba en lengua lakota, era ya un guerrero experimentado. 

Tras hacer sus primeras armas a los 14 años, había destacado en las campañas de Nube Roja entre 1866 y 1868, momento en que se convirtió en jefe principal de los lakotas. 

Su actitud frente a Estados Unidos la resumió él mismo más tarde: «Nunca enseñé a mi pueblo a confiar en los americanos. Les he dicho la verdad, que los americanos son grandes embusteros. Nunca he negociado con los americanos. ¿Por qué debería? La tierra pertenecía a mi pueblo».

Por ello, en 1876, Toro Sentado no dudó en rechazar la orden de reclusión en la reserva y, junto con otros guerreros, como Caballo Loco, declaró la guerra al ejército de Estados Unidos.

En el verano de 1876, Toro Sentado se estableció en una zona fértil junto al río Little Bighorn, donde reunió a unos 7.500 indios. 

Allí ejecutaron la llamada danza del Sol, una ceremonia religiosa compuesta de rituales que duraban varios días. 

En su curso, Toro Sentado comunicó a los demás miembros de la tribu una visión que había tenido (su prestigio como líder se basaba también en sus dotes de profeta): llegarían soldados tan numerosos como saltamontes, con los pies arriba y la cabeza abajo, y la nación sioux acabaría con ellos.

     “Nunca he negociado con los americanos. La tierra pertenece a mi pueblo”, dijo Toro Sentado

 

Efectivamente, a los pocos días apareció frente al campamento indio un regimiento estadounidense: el célebre Séptimo de Caballería, comandado por el general Custer (en realidad teniente coronel), un héroe de la guerra de Secesión americana (1861-1865). 

258 fotos e imágenes de George Armstrong Custer - Getty Images

 

Custer tenía experiencia en la guerra con los indios, a los que siempre había batido fácilmente

Pero en esta ocasión no se percató de la notable superioridad de efectivos de los sioux, que tenían al menos 1.500 guerreros frente a los apenas 630 soldados y oficiales a su mando. 

Además, Custer dividió su regimiento en tres batallones y los lanzó a la carga por puntos diferentes, debilitando así su ofensiva. 

Los indios, que estaban en su terreno y dispuestos a defender a sus familias hasta la muerte y contaban además con rifles de repetición, no sólo repelieron el ataque, sino que lograron acorralar al batallón de Custer y aniquilaron a sus doscientos integrantes tras una encarnizada lucha.

Engraving of Custer's Last Stand : Fotografía de noticias

Huida y rendición

La profecía de victoria de Toro Sentado se había hecho realidad, pero en la práctica la batalla de Little Bighorn supuso el final de las tribus sioux.

La derrota de las tropas de Custer conmovió y escandalizó a la opinión pública estadounidense, y el gobierno mandó un ejército mucho más numeroso y mejor pertrechado para aplastar a los rebeldes. 

Toro Sentado no quiso rendirse y en 1877 huyó con los suyos a Canadá. 

Allí permanecieron en paz durante cuatro años, pero los inviernos eran incluso más duros que en los territorios de las dos Dakotas y los cerca de doscientos sioux que habían seguido a su líder necesitaron de la caridad para su supervivencia.

En 1881, Toro Sentado regresó a Estados Unidos para rendirse. 

«Quisiera ser recordado como el último indio de mi tribu que entrega su rifle», declaró.

Junto a sus seguidores, Toro Sentado fijó su residencia en la reserva de Standing Rock, donde se vio sometido a una estrecha vigilancia por parte del oficial al mando del lugar, James McLaughlin, que seguía viéndolo como una amenaza. 

Pese a ello, en varias ocasiones actuó como representante de su pueblo, y aunque no tuvo éxito en sus intentos de impedir la venta de las tierras indias era tratado con el respeto y la admiración que merecía el hombre que habíaderrotado al ejército de Estados Unidos.

En 1885, el célebre Buffalo Bill le ofreció participar en El salvaje Oeste, un espectáculo que incluía toda clase de atracciones relacionadas con las guerras indias y la vida en las praderas. 

El antiguo jefe sioux pasó cuatro meses actuando con Buffalo Bill. 

Debió de ser un período feliz para él: acompañado de cinco hombres y tres mujeres, además de un intérprete, se le pagó bien, entabló amistad con sus compañeros de reparto y pudo apreciar el respeto y la admiración de los espectadores.


Buffalo Bill fue el hombre de las mil vidas

De explorador a showman

Buffalo Bill, el "inventor" del salvaje Oeste en Barcelona

Descrito por los periódicos de la época como un hombre de elevada estatura y musculatura de acero, Buffalo Bill, un mito del lejano Oeste, pasó por Barcelona con su espectáculo generando una expectación que con el tiempo se ha comprobado que no fue tanta.

El final de un gran jefe sioux

De vuelta a la reserva de Standing Rock, Toro Sentado se vio envuelto en un episodio que trastornó de nuevo la vida de los indios. 

Muchos de ellos empezaron a creer que si bailaban correctamente la llamada Danza de los Espíritus conseguirían que los colonos abandonaran sus tierras y los espíritus de los indios más célebres volverían a este mundo para luchar contra el invasor. 

A sus 59 años, Toro Sentado vio una esperanza en este movimiento, lo que puso en alerta a McLaughlin. 

Una mañana, la policía india de la reserva fue a su cabaña para arrestarlo. 

Toro Sentado no opuso resistencia, pero sus amigos y vecinos acudieron a defenderle provocando así una reyerta en la que uno de los policías indios mató al antiguo líder

De este modo se hizo realidad otra de las profecías de Toro Sentado: el jefe indio había anunciado que sería asesinado por indios sioux.

fuente

"NATIONAL GEOGRAPHIC", 09.08.2020


(*)"UNA HOJA EN LA TORMENTA", Original: A leaf in the Storm) es una novela bélica, escrita en inglés por el famoso autor chino Lin Yutang en 1941. Es considerada la secuela de Momento en Pekín, publicado en 1940. La novela describe relatos basados en la Segunda guerra sino-japonesa, antes de que Estados Unidos se incorporara en el conflicto.

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¡BIENVENIDOS, GRACIAS POR ARRIMARSE!

Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.

La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.

Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.

El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.

Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.

De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.

A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).

¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.

¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?

¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!

El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.

Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio


Mendoza, 11 de noviembre de 2009.