23 sept 2016

SAN JUAN JACHAL Y EL PROGRESO






SAN JUAN: JACHAL Y EL PROGRESO





  • Viernes, 23 de septiembre de 2016




Jáchal y el progreso que nunca llegó




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Ernesto Mancinelli - Senador (LDS), Presidente de la Comisión de Hidrocarburos, Energía y Minería



Desde el momento en que comenzó la explotación minera en Veladero, Jáchal padece no solamente contaminación, también atraso y olvido, un estancamiento en el tiempo que muy lejos está del “desarrollo” que venden quienes promueven la minería como una actividad generadora de trabajo y progreso.


Con cierta preocupación analizamos el documento planteado por el Consejo Empresario Mendocino (CEM) en el que se sugiere la posibilidad de una “minería responsable para el crecimiento sustentable con equidad”. 


Los argumentos que allí esgrimen son los mismos que se escuchan una y otra vez sin conocimiento in situ del estado de cosas. 


Según el informe del CEM, el desarrollo de la minería en Argentina implicó: 1) Cambios en la estructura productiva en provincias mineras como San Juan y Catamarca; 2) Nuevas oportunidades de empleo; 3) Mayor afluencia de recursos fiscales y divisas.

Nada más alejado de la realidad que viven los pobladores de Jáchal, lo que se percibe a simple vista recorriendo la localidad: calles y caminos rotos o en mal estado, inmuebles derruidos, falta de infraestructura básica y de canales para aumentar la zona cultivable, pésimos servicios de salud, etc. 



Hace muy poco realizamos una visita junto a otras autoridades, y pudimos analizar en primera persona esas implicancias que enumera el CEM:


1. La estructura productiva del distrito sin dudas cambió, pero cambió para mal. Ya no son productores de cebolla como fueron tradicionalmente, y las aguas de la cuenca que irriga Jáchal, contaminadas por la Barrick, dieron producciones defectuosas que generaron dudas a sus clientes. Esto llegó al punto que en 2015 el Iscamen estudió la realización de un protocolo para determinar si las cebollas que provenían de Jáchal estaban “inocuas” (léase: libres de cianuro).

2. Sobre las nuevas oportunidades de empleo, en San Juan reconocen que durante la construcción de Veladero se tomaron cerca de 3.000 empleados que mantuvieron sus puestos de trabajo mientras duró la obra. Hoy -nos comentan los vecinos de Jáchal- solamente 50 personas del pueblo trabajan en la mina. Las recientes cifras del Indec sobre desempleo indican que San Juan sigue registrando mayor desempleo que Mendoza (7,8 % vs 4,4 %). Siguiendo la comparación, el reimpulso a la construcción de Portezuelo del Viento que ha anunciado el gobernador Cornejo empleará la misma cantidad de personas que Veladero, pero para generar energías limpias.


3. Respecto de la mayor afluencia de recursos fiscales y divisas, es de público conocimiento que las inversiones mineras han sido absurdamente beneficiadas con rebajas impositivas, y peor aún, el gobierno de Macri acaba de quitarle las retenciones. Como si esto fuera poco, el Estado nacional continúa sosteniendo económicamente a las provincias mineras, lo cual se ve reflejado en las transferencias automáticas (por coparticipación federal y otras) que indican que Catamarca recibe el triple que Mendoza per cápita, y San Juan el doble (Indec, agosto 2015 - julio 2016).


Dicho esto, me parece importante detener la mirada sobre algunos puntos clave que nos deja el caso de Jáchal como legado para analizar.


En primer lugar, la falta de acceso a la información pública y de mecanismos transparentes en la que estamos inmersos incrementa la incertidumbre de la población ante hechos como el derrame, y en general ante cualquier situación que esté vinculada con la actividad productiva. 



Nos comentaban algunos integrantes de la Asamblea de Jáchal su preocupación ante la suba de temperaturas y las posibilidades de un nuevo derrame al ceder los glaciares sobre los que se asienta parte de la explotación. 



Algo que lamentablemente sucedió hace unos días. 



Esta vulnerabilidad en la que están inmersos, deja en evidencia la falta de información clara, accesible y suficiente para los ciudadanos.

En segundo lugar, la contaminación ambiental que genera la Barrick ya es un hecho probado por organismos competentes como la UNCuyo, la ONU y el Departamento de Delitos Ambientales de la Policía Federal. 


Los peligros que acarrean este tipo de mega-emprendimientos en provincias como la nuestra son muy grandes, por su nivel de impacto (explosiones, extracción de grandes cantidades de agua, utilización de sustancias tóxicas, etc) y también por los pasivos ambientales que dejan una vez que la actividad de las empresas ha terminado. 



El déficit institucional en este sentido es evidente, y está más que probado que los organismos de control de la actividad minera no han actuado debidamente.


Por último, queda claro que las provincias argentinas no obtienen ningún beneficio con el desembarco de la explotación minera a cielo abierto, y que la “estrategia de desarrollo” como tal es un conjunto de frases vacías de contenido. 


Las cargas impositivas y transferencias hacia las arcas públicas son mínimas. 



Se extraen recursos en detrimento y perjuicio de otras economías regionales que generan más trabajo sostenido, como las agrícolas. 



El empleo generado es temporario como el de cualquier gran obra, pero la contaminación ambiental es irreversible. 


Así, el desembarco de la megaminería sólo se entiende pensando que existen beneficios para determinados sectores económicos minoritarios.

A modo de cierre, me gustaría dejar claro que cuestionar la megaminería no implica “minería cero”. 


El desarrollo de la producción minera a pequeña escala, o la llamada minería de tercera generación, cuyo impacto es menor y puede ser más controlado, es un camino efectivo que, con los controles suficientes, puede ser una alternativa viable para ampliar la matriz productiva.


En los tiempos que corren, es crucial el sostenimiento y defensa de la Ley 7722, ante la preocupación que nos genera el discurso de algunos sectores empresariales que argumentan el potencial de la minería “responsable” como “motor de crecimiento con equidad”. 


La experiencia de Jáchal lo refuta; con sólo caminar por las calles del pueblo se lo puede comprobar.


fuente
"Los Andes", 23.09.2016












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Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.

La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.

Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.

El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.

Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.

De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.

A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).

¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.

¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?

¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!

El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.

Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio


Mendoza, 11 de noviembre de 2009.