VENEZUELA: SALUD PÚBLICA – I –
(2014)
Deterioro
general de la salud pública
Diciembre 29, 2014
La salud pública de un país
va más allá del conocimiento, abordaje y tratamiento de las enfermedades
conocidas por los ciudadanos, implica el manejo de toda una estructura sanitaria
organizada y unificada en pro del bienestar colectivo.
Según el doctor Armando Sánchez, especialista en el área,
“gobernar significa administrar la inteligencia humana y los bienes del Estado
para priorizar y resolver las necesidades de los pueblos”.
De allí su consideración de
que en el país existe una “epidemia de desestabilización interna del Gobierno”
basada en tres criterios:
1) Irrespeto del nivel de conocimiento y conciencia social: En
el país no se respeta a los venezolanos competentes, desde el punto de vista
intelectual, en los cargos del Estado.
2) Rotación intempestiva de funcionarios que contribuye a la
desorganización del Ministerio del Poder Popular para la Salud. En el 2014 se
nombraron cuatro ministros y al final fue el Ministro de Educación, Héctor
Rodríguez, quien hizo anuncios importantes sobre la situación del país en
materia de salud. “Pareciera que la ministra, doctora Nancy Pérez no tiene
competencia”.
3) La dispersión del presupuesto del Estado en cientos de
organismos de la salud: el Ministerio del Poder Popular, el Instituto
Venezolano de Seguros Sociales, Sanidad Militar, Barrio Adentro, Ipasme, entre
otros, con un monto en recursos que no se acercan al 10% del presupuesto de la
nación; lo que trae consigo la crisis reflejada en los bajos salarios del
recurso humano, la falta de equipos e insumos necesarios para la atención
médica de la población.
Por otro lado, el doctor Sánchez señala que el 2014 se
caracterizó por ser un año en el que se mantienen las epidemias en el país, con
cifras que no se visualizan debido a la negativa del ejecutivo nacional de
presentar cifras claras y de asumir la realidad.
“El maestro Fayad Camel decía que las ‘estadísticas sirven para
decir la verdad, decir mentiras, medias verdades o medias mentiras’, y este
gobierno utiliza las estadísticas a su conveniencia”, apunta
Focos de malaria
Venezuela, durante más de 60 años registró cerca de 540.000
casos de malaria.
Pero, en los últimos
15 años, la cifra está por encima de los 650.000 casos de esa parasitosis, según datos manejados por el médico
sanitarista.
“Específicamente en los últimos años se han registrado cifras por encima de los
70.000 casos anuales de la enfermedad, que son únicos en la historia sanitaria
del país”.
Detalla que el 90% de los casos se ubican en el estado Bolívar,
“esto significa que 60.000 de los 70.000 casos producidos al año, tienen lugar
en esa región debido a la cantidad de habitantes, que ante la falta de empleos,
van hacia los municipios y sectores donde se da la minería ilegal y es allí
donde, por falta de prevención, son picados por el mosquito Anopheles,
transmisor de la malaria”.
Los municipios más afectados se llaman Sifontes,
Gran Sabana, Angostura, Sucre y Cedeño, y las parroquias son San Isidro, Dalla
Acosta, Ikabarú, Santa Bárbara, Barceloneta, Platanillal y Pedro Cova.
Tras quince días la picadura del mosquito, las personas
afectadas comienzan a padecer los síntomas de fiebre, sudoración, escalofríos,
“pero el parásito tiene un tropismo y migra hacia el bazo, el corazón, riñones
y otros órganos, inclusive puede producir anemia por la destrucción de los
glóbulos rojos, lo que disminuye la disponibilidad de oxígeno en el organismo”.
Sánchez considera que el incremento y recurrencia de los casos
se debe al desmantelamiento oficial del servicio conocido con el nombre de
Malariología y Saneamiento Ambiental, impulsada por Arnoldo Gabaldón, quien dirigió
desde el 2 de diciembre de 1945 una gran campaña nacional en contra de la
enfermedad y logró erradicarla en más de 400.000 kilómetros cuadrados.
Hoy esa
institución fue denominada Salud Ambiental y Contraloría Sanitaria.
En 1936, un tercio de la población venezolana (3 millones de habitantes) tenía
la enfermedad malárica, “Gabaldón, conjuntamente con otros médicos,
epidemiólogos, entomólogos (estudiosos de los insectos), pastilleros (que
entregaban el tratamiento a los pacientes) y fumigadores con DDT, contribuyó
con el saneamiento de gran parte del país; sin embargo, hay áreas que son
difíciles de abordar bien sea por las condiciones climáticas o por las
características del mosquito, como ocurre en Sucre donde los vectores viven en
agua salada”.
Dengue y chikunguña
En el año se registraron más de 75.000 casos de dengue, según
Sánchez, debido a la eliminación del referido organismo y específicamente por
la desaparición de la División de Endemias Rurales y concretamente de la
sección de Control de Vectores.
El virus del dengue, en sus estadios I, II, III y IV, es
transmitido por el vector Aedes aegypti, mosquito conocido entre la
colectividad como ‘patas blancas’ y que en la actualidad también es transmisor
de la chicunguña.
“Lo lógico para que no se den los casos de dengue, es que no
pique el mosquito, pero lamentablemente se observa una alta cantidad de casos
en las comunidades; la idea es que se elimine el vector, pero en la actualidad
no existe el recurso humano apropiado, en cantidad y conocimientos, y tampoco
se cuenta con los equipos y vehículos para cumplir con la fumigación necesaria.
Incluso se ha observado que el personal que realiza algunas fumigaciones, no
porta la vestimenta ni los equipos necesarios para resguardar su propia salud
frente al insecticida utilizado, lo que indica que quien dirige las campañas no
tiene las competencias necesarias para cumplir la misión”.
Los casos oficiales de chikunguña se estiman en unos 36.000 en
el ámbito nacional, pero Sánchez estima que la cifra real debe estar por el
orden de los 4 o 5 millones de casos en el país.
“Lo que sucede es que se oculta información”, sentencia al
señalar que la enfermedad llega al país desde las islas del Caribe y allí llegó
desde África, cuando los ingleses, holandeses y franceses, hace muchos años,
llevaron a muchos negros para convertirlos en esclavos en esas regiones.
“El chikunguña viene de Tanzania. Se describió en 1952 en esas
islas y fue importado a las islas caribeñas. A Venezuela llega a través de los
venezolanos que con frecuencia viajan a esos países”.
El doctor aclara que esta enfermedad es un virus que no se
transmite de persona a persona, es necesaria la picadura del referido vector
cuya picada es prácticamente imperceptible para las personas dado que no duele,
ni deja una estela de sangre, debido al diseño de su aguijón.
“La chikunguña, se diferencia del dengue debido al dolor de las
articulaciones, el resto de los síntomas son muy similares al dengue; estos
virus son menos o más fuertes dependiendo de la carga de infestación que porte
el mosquito”.
Asegura que el país carece de capacidad diagnóstica para abordar el problema.
“Se ha dicho que el acetaminofén es el tratamiento específico para estas
enfermedades, pero se trata de un medicamento que simplemente disminuye la
fiebre”.
Riesgo latente
En Venezuela existen focos endémicos de fiebre amarilla, en
Amazonas, Bolívar, Apure y en el sur del Lago de Maracaibo, que se encuentran
pasivos y “esperamos que así se mantengan”.
De igual manera, hay focos endémicos de encefalitis equina
venezolana en Falcón, Zulia y Apure, que se encuentran “dormidos, pero si se
desata una epizootia (aumento de la enfermedad en los animales), el mismo
mosquito patas blancas estaría en capacidad de transmitir dengue, chicunguña,
fiebre amarilla y encefalitis equina venezolana”.
El médico sanitarista Armando Sánchez, aclara que las
enfermedades como el dengue y la chikunguña presentan una baja mortalidad,
aunque los casos son numerosos.
De allí que destaca la existencia de otras patologías que sí causan muertes.
“El presupuesto del área salud para 2015 disminuyó en
comparación con el 2014, lo que significa que habrá más problemas en el
sector”.
La obesidad es uno de los problemas silenciosos y que no ha sido
abordado, el venezolano en promedio consume 2.700 calorías diarias pero
conformadas principalmente por carbohidratos; la violencia que deja miles de
muertes al año, tampoco ha sido abordada como un problema de salud pública.
Pese a la crisis, Sánchez señala que el país tiene profesionales
en materia de salud con la capacidad y competencia necesaria para impulsar
soluciones.
Prevención como alternativa
Para combatir el dengue, es necesario que el Gobierno cumpla con
los siguientes principios de salud pública:
-Simultaneidad de las actividades.
-Continuidad geográfica.
-Continuidad en el tiempo.
-Participación de lo social del pueblo organizado, con
información y educación.
Las actividades básicas para ellos vienen dadas por la
fumigación y el control de criaderos, mediante elementos físicos y químicos
como el abate, que sirve para eliminar las larvas en los recipientes utilizados
para conservar agua potable, necesaria para los hogares.
De igual forma, se
utiliza el control mecánico que consiste en la colocación de tapas que cubran
los tanques o pipas de agua, a fin de evitar que la hembra deposite en la
superficie entre 300 y 400 huevos.
Sánchez también recomienda la aplicación de un control biológico
dado por la colocación en los recipientes de peces tipo guppy, que se consiguen
en cualquier parte y ayudan a eliminar las larvas porque consumen proteínas.
“Es una práctica que funciona, pese a los cuestionamientos de
ciertos médicos”.
De igual forma se debe eliminar la basura y sitios que sirvan de
criaderos: floreros, botellas, cauchos llenos agua, entre otros.
A las personas se les recomienda el consumo de vitamina B1, cuya
ingesta hace que la piel excrete un olor que resulta repelente al zancudo.
Fuente
“EL IMPULSO”, Lara, Venezuela,
29.12.2017
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