Las declaraciones que hizo al periodista Gasulla y publicó Infobae, privilegio de este periodista y ese medio que siempre “lo entrevistan”, con algunos matices por las circunstancias, el lugar y el tiempo, es una copia fiel de las mentiras que dijo dos o tres veces ante los micrófonos de su radio, cuando existía Fm Magna aquí en Río Gallegos y necesitaba “limpiar su imagen”, a medida que la información sobre sus negocios ilícitos ganaba la calle.
Es la misma que le replicó a Alfredo Leuco por radio, donde negaba ser testaferro de Kirchner y se decía un hombre al que “su amigo le había dado trabajo”.
En definitiva, los dichos de Báez no tienen ningún valor, porque no se acercan a la verdad y además, repite lo que son sus clichés argumentativos y si uno repasa aquel monólogo leído el 19 de abril de 2013 en el Hotel Patagonia de Río Gallegos, o cuando en el 2016 (también a Gasulla de Infobae) lo más fuerte que dijo fue “me usaron de forro”, verá que hay muchísimos puntos en común con lo dicho ante la cámara de Infobae.
Pretende mostrarse como un “hombre de trabajo”, amigo de “Néstor” y un poco menos de “Cristina” (pero no dice que durante el gobierno de ésta hizo la mayor diferencia), rechaza las acusaciones sobre la ilicitud de las obras, sostiene que fue “uno más” de los contratistas del Estado, que las obras se terminaron en su mayoría y que solo a él lo investigan; recuerda hasta el hartazgo que no es testaferro y se dice “empresario” y en todo momento se presenta como una víctima de un sistema judicial y político desde donde “para pegarle a Kirchner”, lo usan a él.
Lo que busca hoy Lázaro es mostrarse calmo, entero, estoico, confiado y esperanzado.
Pretende ganar la delantera en materia de comunicación y aventajar a sus pares que aún están sorprendidos y enojados con la cárcel. Él ya pasó ese trance.
No está acostumbrado, más bien está resignado a esperar los tiempos.
Sabe que afuera tiene la invaluable ayuda del Juez Sebastián Casanello que si en abril no lo manda a juicio oral, posiblemente tenga que dejarlo libre.
Es una posibilidad cierta, no irreversible.
Pero los indicios son buenos; de hecho no indagar a CFK, a lo cual se negó el magistrado y mantenerlo alejado del delito madre y de la madre del delito, le da una ventaja exigua, pero ventaja al fin.
Sale a hablar en defensa propia, no hace autocrítica y persiste en la mentira que a estas alturas y desde Santa Cruz, quienes conocemos su andanzas y las de sus hijos, no le creemos ni un ápice, como no le creímos cuando armaba sus entrevistas en su radio, o cuando hizo aquel comunicado en el hotel Patagonia, después de ser denunciado en PPT.
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