06 de diciembre de 2017
Dpa ofrece algunas claves:
Está cumpliendo una promesa electoral y volviendo a entusiasmar a sus votantes, pero a cambio se arriesga a provocar una grave escalada de la violencia en la región y además enfadará a muchos e importantes socios de Estados Unidos, y no sólo en el mundo árabe.
En casi todas las partes el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel se equiparará al final del proceso de paz entre israelíes y palestinos, un precio muy alto a pagar.
En la Ciudad Vieja se sitúa el Monte del Templo, que los musulmanes llaman Al Haram Al Sharif (el noble santuario) y que es sagrado para las dos religiones.
Según los musulmanes, el profeta Mahoma ascendió al cielo desde el lugar que ocupa hoy la mezquita de la Cúpula de la Roca, que junto a la Mezquita de Al Aqsa, conforman el tercer lugar sagrado del islam.
El Muro de las Lamentaciones, a los pies del Monte del Templo, se consideran los restos del antiguo muro occidental del segundo templo judío destruido en el año 70 por los romanos.
¿Cuáles serían las primeras reacciones al anuncio del reconocimiento?
Muchos países de Cercano Oriente, pero también países vecinos de la región o europeos han alertado del potencial desestabilizador de la decisión de Trump.
Turquía amenazó a Israel incluso con la ruptura de relaciones diplomáticas y convocó una cumbre extraordinaria de los países islámicos, mientras la Liga Árabe también ha convocado una sesión de emergencia el sábado en El Cairo.
El ministro de Educación israelí, Naftali Bennett, calificó la decisión de "un muy buen paso adelante", pero "natural".
Los palestinos reclaman esa zona de la ciudad como la capital de un futuro Estado palestino que comprenda la Franja de Gaza y Cisjordania.
Israel, sin embargo, quiere la ciudad completa como su capital "eterna e indivisible".
La Ciudad Vieja con el Muro de las Lamentaciones y la Explanada de las Mezquitas se ubica en Jerusalén oriental.
Incluso Estados Unidos alertó a través de su embajada en Israel del peligro de brotes de violencia a consecuencia de la decisión.
También el Gobierno alemán ha alertado del peligro de violencia en Jerusalén, Cisjordania y la Franja de Gaza.
El grupo radical palestino Hamas ya ha llamado a levantarse en la Franja de Gaza.
Pocos temas en Cercano Oriento tienen tanto potencial conflictivo como la cuestión de Jerusalén.
No está claro cuál es el escenario que se ha imaginado o que prevé Washington tras su decisión unilateral.
Más de 3.000 palestinos y unos 1.000 israelíes murieron en las cuatro semanas y media de violencia posteriores.
En el otoño (boreal) de 2015 otra disputa por los derechos de uso y de visita provocada una nueva ola de violencia en la que se conoció como Intifada de los cuchillos, en la que unos 50 israelíes perdieron la vida en ataques de palestinos, la mayoría con arma blanca.
También murieron unos 300 palestinos, la mayoría presuntos atacantes abatidos por la policía.
Además, un palestino apuñaló a tres miembros de una familia israelí en Cisjordania.
¿Qué propuestas de solución se plantearon en el pasado?
En 2000 el entonces presidente estadounidense Bill Clinton propuso también su reparto.
"Lo que es judío seguirá siendo judío y lo que es árabe, será palestino", versaba la fórmula.
De forma similar lo contemplaba la Iniciativa de Ginebra que elaboraron representantes palestinos e israelíes en 2003.
Los barrios judíos en Jerusalén este pasarían a soberanía israelí.
Arabia Saudí propuso recientemente retomar una vieja propuesta de convertir Abu Dis, un lugar situado en el margen oriental de Jerusalén, en capital de un futuro estado palestino, según informó "The New York Times".
Jerusalén oriental es árabe y Jerusalén occidental judío.
En la zona del este se calcula que viven más de 200.00 judíos israelíes y unos 300.000 palestinos.
¿Fue así siempre?
En el pasado llegó a haber incluso 16 al mismo tiempo instaladas de forma temporal, según "Haaretz".
Entre otros países, Kenia, Bolivia, Holanda o Haití abrieron misiones diplomáticas en la ciudad en los años 50.
Sin embargo volvieron a cerrarlas, la mayoría tras la anexión de Jerusalén este en 1980.
En 2006, Costa Rica y El Salvador abandonaron las últimas embajadas, situadas en Jerusalén oeste.
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