23 oct 2017

CIENCIA VS. RELATOS






CIENCIA VS. RELATOS






Caso Maldonado: habló la ciencia y se acabó la ideología

Por Gustavo Noriega 22 de octubre de 2017
Periodista y Licenciado en Ciencias Biologicas (UBA).


Especialistas ingresan a la Morgue Judicial (Guillermo Llamos)


Después de dos meses y medio de especulaciones salvajes y afirmaciones contundentes, habló la ciencia y disipó el peso de la ideología en la evaluación de los hechos. 
Una larga y minuciosa pericia, realizada en presencia de todas las partes y tomando parámetros previamente aceptados por todos, echó luz sobre lo que había pasado el 1 de agosto con Santiago Maldonado
O al menos, sobre lo que no pasó.
La irrupción del método científico en la investigación no comenzó con la autopsia del cuerpo hallado en el río Chubut. 
La prueba de identificación de ADN había descartado antes una hipótesis cara al gobierno nacional: la de que Maldonado había sido apuñalado días antes de los episodios que tuvieron lugar luego del corte de ruta. 
También había señalado que no se encontraron restos del joven en las camionetas de Gendarmería. 
Ciega a los reclamos de uno y otro lado, indiferente a la creciente pérdida de su prestigio en las aulas de las facultades humanistas de la UBA, la ciencia examinaba indicios y descartaba y/o no respaldaba determinadas hipótesis.
La autopsia reveló que el cuerpo no presentaba lesiones y que había pasado mas de 60 días bajo el agua
La precisión sobre la causa de la muerte queda para análisis más elaborados pero la hipótesis más fuerte, la de la desaparición forzada por parte de Gendarmería, se convirtió en tan improbable que apenas vale la pena gastar más energía en discutirla
Lo mismo con la idea de que el cadáver había sido "plantado", algo que, dada la complicadísima logística que implica, podría haber sido rechazado previamente por el sentido común.
La creencia de que algunas discusiones sobre hechos del pasado pueden dirimirse a través de parámetros objetivos, fijados por expertos cuyo conocimiento no está condicionado por la religión o la ideología, es una característica de las sociedades modernas. 
Someterse a ese saber y aceptar sus resultados, aún cuando estos contraríen nuestras presunciones, un rasgo de civilización
El progresismo (y su versión inescrupulosa, el kirchnerismo) suelen contrariar esa sana práctica
Con reflejos pavlovianos (es decir, no racionales), la izquierda convocó a una marcha cuando apareció el cuerpo, cuando se lo identificó y cuando se dio el resultado de la autopsia, manteniendo la convicción de la desaparición forzada en los tres casos. 
Con admirable capacidad de síntesis, Cristina Fernández de Kirchner describió ese tipo de accionar: "No tengo pruebas pero no tengo dudas", probablemente la mejor definición de las antípodas del método científico.

Algo similar había sucedido durante el kirchnerismo y su reclamo de que los hijos adoptados de Ernestina Herrera de Noble en realidad habían sido apropiados a desaparecidos. 
A través de la extracción compulsiva de ADN se comprobó que ninguno de los dos coincidía con el banco nacional de datos genéticos. 
Ni la izquierda, ni los organismos de derechos humanos ni el kirchnerismo tuvieron la nobleza de aceptar mansamente los resultados y pedir disculpas por haber afirmado de manera conclusiva una hipótesis sobre la cual no se tenían suficientes pruebas. 
Lo que se hizo fue cuestionar la conclusión relativizando la exhaustividad posible del banco genético, hablar cada vez menos del tema y pasar al siguiente de manera imperceptible.
Para reconstruir una conversación pública razonable y democrática, la Argentina necesita una pata izquierda. 
Sin embargo, es imposible cumplir con ese rol si no se aceptan las reglas básicas de convivencia. 
Una de esas reglas es confrontar las ideas con los hechos, enfrentarse a la realidad más allá de presunciones previas
Una confusa epistemología aprendida en los primeros cursos del Ciclo Básico expresada en la fórmula "no hay hechos, solo interpretaciones" sirvió como coartada para, entre otras cosas, imaginar que la Argentina no contaba con la obscena proporción de ciudadanos pobres e indigentes que la habitan desde hace años. 
La ciencia, aplicada en este caso a una autopsia, honra la máxima contraria: "Los hechos son sagrados, las opiniones son libres".
El autor es periodista y Licenciado en Ciencias Biológicas (UBA)
Fuente

“infobae”, 22.10.2017

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¡BIENVENIDOS, GRACIAS POR ARRIMARSE!

Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.

La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.

Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.

El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.

Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.

De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.

A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).

¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.

¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?

¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!

El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.

Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio


Mendoza, 11 de noviembre de 2009.