7 feb 2020

SUCEDE EN MÉXICO Y… POR ACÁ TAMBIÉN!!!!












SUCEDE EN MÉXICO Y…
POR ACÁ TAMBIÉN!!!!


Ineptitud que corrompe a México

Miles de millones de pesos se desperdician anualmente por la ineptitud, pero también por ese mal hay inocentes en la cárcel y culpables de delitos en la calle.



jue 06 febrero 2020



corrupción


México sube al lugar 130 en el Índice de Percepción de Corrupción 2019.




Tan lacerante como la corrupción, tan dañina como la impunidad, tan dispendioso como el narcotráfico y tan frustrante como la derrota de la Selección nacional en un mundial, es ese mal endémico que padecemos desde hace muchos años y que no tiene otro nombre que el de ineptitud.

Cientos, miles de millones de pesos se desperdician anualmente por la ineptitud; las más de las veces ocurren enfrente de nuestros ojos todos los días y en cualquier rincón de nuestro México; lo vemos en las calles que se abren y se cierran una y otra vez y otra; en las costosas remodelaciones periódicas de muchas oficinas públicas; en la repavimentación de calles del centro en muchas ciudades de nuestra República; es tal la frivolidad en la que todos hemos caído, que como ciudadanos permitimos, indiferentes o inconscientes, que los gobernadores y presidentes municipales en todo el país gasten millones de pesos solo en pintura para adecuar el color emblemático de su partido en todos los edificios públicos de su territorio.

Pareciera que uno de los atributos de la ineptitud es su omnipresencia, la encontramos en todas partes; en la libertad de peligrosos delincuentes solo porque no se supo integrar adecuadamente la averiguación previa o, por la misma causa, la privación de la libertad de muchos inocentes; la encontramos en carreteras y autopistas mal diseñadas, en puentes que se derrumban o en costosos aeropuertos que están subutilizados; aunque usted no lo crea, en nuestro país se han construido puertos de navegación que hoy están prácticamente abandonados.

A la ineptitud, seguramente, la encontraremos detrás de los cargamentos de armas que entran en el territorio nacional y que sin duda contribuyen a la ola de violencia que, al parecer inevitablemente, se está apoderando de nuestro país, de nuestras instituciones, de nuestra tranquilidad.


Hemos aprendido por tristes experiencias que en México la ineptitud es hija de la corrupción por parte de madre y del poco –muy poco– entendimiento de gobernantes mediocres por parte de padre.

La corrupción e ineptitud de algunos funcionarios públicos a lo largo de la historia de nuestro país, lo mismo que el uso del poder público para obtener beneficios privados, es un enorme lastre con el que tenemos que cargar todos los días y que deriva en una importante pérdida de bienestar y en que la economía mexicana experimente un crecimiento notoriamente mediocre.

México se ubica en el lugar 138 de 180 países del Índice de Percepción de Corrupción y es reflejo de que somos un país de Leyes pero que no se aplican, es lamentable tanta corrupción.

¿Cuál es la solución para combatir la corrupción

Ciertamente, no vamos a hacerlo con campañas de prensa ni tampoco armando escándalos morales. 

Vamos a combatir a la corrupción eficientemente reduciendo el costo de la ley.

 
El alto costo de la legalidad, no es casual.

Responde a condicionamientos políticos, pues es un reflejo de cómo se utiliza el poder legislativo en un Estado. 

Cuando el poder carece de limitaciones, es previsible encontrar un alto costo de la legalidad. 

Es difícil encontrar correlación económica más grande, más significativa en otra relación, causa o efecto en la economía: a mayor libertad económica, menor corrupción

Es urgente la construcción de una cultura de rendición de cuentas que permita la transparencia, abierta y pública del desempeño gubernamental

Lo demás vendrá por añadidura.

Fuente
“Expansión Política”, México, 06.02.2020

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¡BIENVENIDOS, GRACIAS POR ARRIMARSE!

Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.

La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.

Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.

El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.

Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.

De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.

A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).

¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.

¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?

¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!

El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.

Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio


Mendoza, 11 de noviembre de 2009.