LEYENDA NEGRA
HISTORIA, VERDAD...
y LAS PELÍCULAS
La leyenda negra española que ha difundido
Hollywood
El Ministerio de
Defensa premia un libro que analiza cómo el cine y las series anglosajonas
ridiculizan la historia de España
Johnny Depp, en un fotograma de la película 'Piratas del Caribe: en el fin del mundo'. En vídeo, el tráiler de la película.
Al llegar a lo alto de la
colina, Theodore Roosevelt —Medalla de Honor del Congreso de Estados Unidos y
futuro presidente norteamericano— “disparó a los españoles que se retiraban,
viendo caer a uno y, aunque no estaba seguro de si lo había matado, se jactó:
‘Yo maté con mi propia mano a un español como a una liebre".
Atrás quedaba
el hecho que 700 españoles habían resistido el ataque norteamericano de unos
15.000 hombres en la colina de San Juan (Cuba) durante 11 horas y que carecían de las temibles
ametralladoras Maxim.
Roosevelt llegó, además, cuando los Buffalo Soldiers
—militares afroamericanos— habían ganado el altozano y no quedaban sino cuerpos
ametrallados.
Sin embargo, en la miniserie estadounidense Rough Riders (1997) o la
producción de Hollywood Noche
en el museo (Shawn Levy, 2006), Roosevelt es descrito como un héroe
que libera a pueblos oprimidos y que se merece una distinción.
El
capitán e historiador Esteban Vicente Boisseau relata en su obra cómo la
leyenda negra ha sido traspuesta al cine anglosajón y, por motivos
geopolíticos, incorpora estereotipos contra España.
“Sin duda, la población
afroamericana consideraría inadmisible que en los parques Disney hubiese una
atracción, ambientada al son de una alegre música, que mostrase africanos
capturados por piratas”.
“El mensaje transmitido en Piratas del Caribe es
que robar, torturar y matar a españoles, vender, comprar y abusar de mujeres
hispanas y saquear no solo está justificado, sino que es un acontecimiento
alegre, una auténtica diversión”, dice Boisseau.
Dado que la
Inquisición española mató a unas 3.000 personas en tres siglos, según afirma
Vinuesa en su obra, sería de esperar que, puesto que Enrique VIII asesinó a más
de 50.000 católicos, en las películas sobre su reinado se mostrasen continuas
ejecuciones. Pero no.
Años después, Felipe II decidió
invadir Inglaterra por el continuo ataque de los corsarios, la ejecución de
María Estuardo y las persecuciones contra los católicos ingleses.
Organizó una
gran armada que en 1588, tras un encuentro con la flota inglesa, acabó
zozobrando por una tormenta.
La profesora María José Rodríguez Salgado desveló,
además, que "no se perdió ningún barco español como consecuencia del
combate".
En la película británica Elizabeth: la Edad de Oro (Shekhar
Kapur, 2007), se muestra a Walter Raleigh dirigiendo un barco inglés en
llamas contra la flota española, provocando la gigantesca explosión de
numerosas naos enemigas, aunque la realidad es que la armada se hundió varios
días después por el temporal.
Las películas de Hollywood
potencian la imagen de la colonización anglosajona de Norteamérica sin reflejar
su pasado español.
Se muestra el paso de los españoles como un recuerdo que no
dejó huella.
En Bailando con lobos (Kevin Costner, 1990), el
protagonista, un teniente de la Unión, hace amistad con una tribu de sioux en
la que un anciano enseña el casco de un conquistador mientras dice que los que
lo trajeron llegaron en la época del abuelo de su abuelo, y que con el tiempo
los echaron, dando la impresión de que durante dos siglos no hubo una presencia
española continuada en California, Florida, Nuevo México o Texas.
La gesta de Francisco Pizarro, que conquistó con menos de 170 hombres el
imperio inca, es desvirtuada destacando que fue un traidor por matar a
Atahualpa, como en el filme británico La caza real del sol (Irving
Lerner, 1969).
Por el contrario, los ingleses y angloamericanos no
profundizan sobre cómo traicionaron, entre 1787 y 1871, 389 tratados firmados
con los indios, practicando métodos de limpieza étnica.
El asesinato a «bayonetazos» de Caballo Loco, el jefe indio que humilló al 7º de Caballería (ABC.es, 11.06.2018)
El 5 de septiembre de 1877, el jefe indio que venció a los norteamericanos en Little Big Horn fue traicionado y murió a manos del Ejército de los Estados Unidos
GENERAL CUSTER
Los filmes no hacen justicia
nunca al papel protector de los gobernantes españoles, que introdujeron mejoras
en América y pusieron fin a los sacrificios humanos y al canibalismo.
Los
monarcas Isabel I, Carlos I y Felipe II desarrollaron una red de hospitales y
universidades que beneficiaron a todos, fueran españoles o nativos.
El Gobierno
de Estados Unidos no reconoció la ciudadanía a todos los indios hasta 1924, cuatro
siglos después.
Al poco tiempo de su llegada a
Virginia en 1607, los colonos ingleses cometieron crímenes contra los
indígenas.
Si bien el capitán John Smith destacó por su crueldad, aparece como
un personaje amable y bondadoso en Pocahontas (1995).
El profesor estadounidense
Theodore Jojola, de origen indio, comentó que "el gobernador inglés
Ratcliffe es transformado [por Hollywood] en un conquistador español ávido de
oro".
Estas imágenes han sido
utilizadas con una "finalidad política" para justificar la lucha
contra España por la hegemonía en el continente americano.
Una vez que
empezaron las hostilidades en Cuba, surgieron películas que justificaban su
invasión.
La explosión del acorazado Maine, ¿atentado o accidente?
En 1898, el gobierno y la opinión pública de EE. UU. culparon a España de la destrucción del Maine. Hoy muchos piensan que fue un accidente. ¿Qué papel jugó este acontecimiento en la Guerra de Cuba?
El poder de la tergiversación de ficciones como Rough Riders ha tenido el peso suficiente para
que, más de un siglo después de esa guerra, "le fuese concedida al torpe
coronel de voluntarios y luego presidente de Estados Unidos Theodore Roosevelt
una Medalla de Honor del Congreso que los propios mandos militares
estadounidenses de la época consideraron que no se merecía", explica Boisseau.
Mató
por la espalda a un soldado que huía y cuyo destacamento tenía 20 veces menos
hombres que el atacante.
LA
PRIMERA PELÍCULA BÉLICA DE LA HISTORIA FUE ANTIESPAÑOLA
Dos amigos, los estadounidenses J. Stuart
Blackton y Albert E. Smith, rodaron la que está considerada la primera película
bélica de la historia en 1897.
Se llamaba Tearing Down the Spanish Flag (Desgarrando la bandera española)
y mostraba el arriado de la insignia nacional mientras se izaba la de EE UU
sobre el castillo del Morro del puerto de La Habana.
Obtuvo un gran éxito, así como su secuela de 1899, Raising Old Glory Over Morro
Castle (Elevando la vieja gloria sobre el castillo del Morro).
La
revista The Phonoscope hizo
la crítica: “La bandera española baja, y hacia arriba flota la de barras y las
estrellas. Se derrumba el símbolo de la tiranía y la opresión que ha gobernado
en el Nuevo Mundo durante cuatrocientos años, y se alza la bandera de la
libertad. En la distancia están las torres y almenas del Morro, la última
fortaleza de España en América”.
Fuente
“EL PAÍS”, España, 07.05.2019
(*) Un tema que me llevó a la década del '70 en la facultad de Filosofía y Letras, en su biblioteca encontré el libro de Juderias, por mi vocación por una historia basada en documentos, racional, científica, alejada de los alegatos políticos-ideológico presentados como "historia", cuando solo eran relatos parcializados y tendenciosos. La lectura de "La Leyenda Negra" - hacia más de un década que el libro no era consultado - me llevó a una posición "hispanista" sin serlo y larga discusiones con mis condiscípulos.
LA LEYENDA NEGRA
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