LOS “DUEÑOS” DEL TRANSPORTE
CUADERNOS DE LAS COIMAS
La caída de los “zares” y el fin de una
época: arrepentidos o procesados, los dueños del transporte de la era K
desfilan por tribunales
Con llegada a
la política, se hicieron con negocios multimillonarios a fuerza de maniobras
que hoy estallan en la Justicia.
Perfil de estos “peso pesados”
Por Patricio Eleisegui
27.08.2018
Supieron
controlar la actividad del transporte a fuerza de acuerdos, silencios, arreglos
y manejos poco claros.
Y todo eso ahora se les están viniendo en contra.
El beneficio
obtenido tras largos años de privilegios se destapó a través de los cuadernos
de Centeno.
Sea a través de los arrepentidos que ante la Justicia decidieron
blanquear cómo se manejaba el negocio, o directamente a fuerza de detenciones y
procesamientos, lo cierto es que buena parte del grupo de empesarios (sic) que
supieron dominar el transporte durante el kirchnerismo hoy pasan sus días en
tribunales.
Sergio
y Alberto Taselli, Néstor Otero, Gabriel Romero y Aldo Roggio,
forman parte del círculo que tenía conocimiento –y en algunos casos,
participación directa– sobre la cadena de recaudación ilegal de fondos
establecida durante la gestión anterior.
A esa nómina hay que añadir a los hermanos Claudio y Mario
Cirigliano, que aún no visitaron los despachos judiciales pero todo indica que
sus respectivas citaciones están al caer.
Cada
uno de estos casos encarna un modo de hacer negocios con el Estado que, a lo
largo de los años, les permitió quedarse con contratos jugosos.
“Son jugadores de toda la cancha. Roggio, Taselli, Romero, en
cada caso han sabido maniobrar en tiempos del alfonsinismo, se afianzaron con
Menem y despegaron con el matrimonio Kirchner en el poder”, sostuvo ante iProfesional un analista que
sigue de cerca el proceso que encabeza el juez Claudio Bonadío.
“Estos mismos actores son los que quieren seguir marcando
tendencia con el gobierno actual. Es probable que continúen cerrando negocios, pero
ya no podrán moverse con la complicidad política o, si se
comprueba finalmente, la impunidad de los años anteriores”, añadió.
El holding Roggio es propietario de Metrovías, que desde 1994
administra el subte de Buenos Aires, con un promedio anual de pasajeros
transportados cercano a los 325 millones.
La misma compañía también tiene a su
cargo el manejo del Premetro y la línea ferroviaria Urquiza.
Hace escasos días, Roggio admitió haberle pagado 5% de los subsidios correspondientes
al Ferrocarril Urquiza al ex secretario de Transporte Ricardo Jaime y también
por la explotación del subte.
En este último caso, directamente para continuar
al frente de la administración del servicio.
Ahora, el mencionado empresario se encuentra entre quienes
apuntan a quedarse con la concesión por 15 años.
El holding que Roggio lideró
hasta la semana pasada hubiese quedado fuera de competencia si directivo era
procesado por la Justicia cuando todavía cumplía funciones al frente del
conglomerado.
Es
por eso que su
renuncia “liberó” al grupo, que continuará en competencia más
allá de lo que se resuelva en la causa que encabeza Bonadio.
Los
Taselli, detenidos
En el último tramo de esta semana, los hermanos Sergio y Alberto
Taselli pasaron a integrar la nómina de los detenidos por el pago de sobornos
para quedarse con contratos de obra pública.
El primero en quedar bajo custodia policial fue Sergio, señalado
por el ex chofer Oscar Centeno como el empresario que entregó bolsos con
$170.000 y u$s200.000 durante agosto de 2013 a Roberto Baratta.
Ambos empresarios acumulan un largo derrotero de negocios en
vínculo con el Estado.
En 1999 los Taselli asumieron el control de
Metropolitano, consorcio que les garantizó la explotación de las líneas de
trenes Roca, San Martín y Belgrano Sur.
En 2004, los reiterados incumplimientos en las pautas de la
concesión, sumado a una sucesión de accidentes y denuncias de inseguridad,
derivaron en la quita de la explotación del San Martín al dúo empresarial.
Las
otras dos líneas dejaron de estar en poder de los Taselli en 2007.
Claro que eso no impidió que cobren suculentos subsidios más
allá de las críticas al servicio.
Se estima que sólo en el mencionado 2007, los Taselli
recibieron hasta $30 millones por mes para garantizar la operatividad del Roca
y el Belgrano Sur.
Ninguno de estos desembolsos redundó en una
mejora significativa de la prestación.
Ex dueños de la filial local de la láctea Parmalat, los hermanos
también controlaron el molino harinero Bruning y el exfrigorífico Santa Elena.
En estos casos, sin contratos probados con el Estado.
El binomio alcanzó su
mayor potencia comercial entre finales de los 90 y finales de 2001.
En ese
lapso, también supieron explotar la fábrica de jugos SACIC.
Por fuera del negocio de los alimentos, los Taselli todavía son
dueños de la metalúrgica Aceros Zapla y de Materfer, compañía cordobesa
dedicada a la fabricación de vagones de trenes y ónmibus.
Un antecedente pinta de cuerpo entero a los hermanos: la estatal Yacimientos
Carboníferos Fiscales de Río Turbio, privatizada por el menemismo en 1994,
estuvo en manos de Taselli desde ese año hasta el 2002.
En ese
tiempo, y pese a recibir un subsidio anual de u$s25,5 millones por parte del
Estado, además de tener asegurada la venta de toda la producción a la usina
termoeléctrica de San Nicolás (Buenos Aires), ambos desmantelaron la compañía.
El vaciamiento de maquinarias y la falta de mantenimiento de los
sistemas desembocó luego en la tragedia de 2004, que dejó un saldo de 14
mineros muertos.
En una causa que se reabrió en 2013, los Taselli están acusados
de desviar subsidios estatales a otra de sus empresas.
Al mismo tiempo, cargan
con otra denuncia por defraudación a la administración pública debido a
incumplimientos en las prestaciones de servicios en la línea San Martín entre
1994 y el 2005.
A través de esa maniobra, los empresarios se habrían quedado con algo más
de $495 millones.
Romero
y Otero
Gabriel Romero encabeza el holding EMEPA y acaba de
reconocer que desembolsó u$s600.000 para que el gobierno de Cristina Fernández
le renueve la concesión de la Hidrovía.
Precisamente este
activo, junto con Ferrovías, aparece como el negocio que le ha dado mayor
beneficio económico al empresario.
Hidrovía es una compañía que también cuenta con participación de
la europea Jan de Nul y tiene a su cargo el sistema hídrico de transporte
fluvial entre el Paraná-Paraguay con su conexión al océano Atlántico.
En
concreto, el dueño de EMEPA tiene poder sobre el 20% del transporte de cargas
que parte de la Argentina.
Sin embargo, el cúmulo de emprendimientos y ramos en los que
participa Romero no concluye ahí.
A través de EMEPA –adquirida por el inversor
en 1986, con plantas para la fabricación y reparación de vagones– ostenta el control del
ferrocarril Belgrano Norte y el servicio del Mitre en los
tramos Buenos Aires-Córdoba, Rosario, Tucumán y La Banda.
Al mismo tiempo, el empresario supo tener participación en la
explotación de los servicio del Mitre y el Sarmiento en alianza con Metrovías
hasta el año 2013.
Por otro lado, Romero es dueño de la empresa de publicidad
PC Vía Pública y también de varias estancias.
Una de las principales: Santo
Tomás de la Sierra, en Saldungaray, provincia de Buenos Aires. Allí lleva a
cabo la cría de ganado bovino wagyu.
En tanto, Néstor Otero, concesionario de la terminal de
ómnibus de Retiro, quedó detenido después de presentarse
ante las autoridades por estar mencionado en los cuadernos de la corrupción que escribió Centeno.
El empresario se había negado a declarar hasta esta semana,
venía de presentar un escrito y siempre negó la entrega de bolsos con billetes
a Roberto Baratta, número dos del Ministerio de Planificación que Julio De Vido
encabezó durante más de una década.
Su apellido aparece mencionado en varias ocasiones.
En una de
ellas, el ex chofer lo describe entregando un bolso con u$s250.000,
y en otra ocasión expone que Otero le regaló vinos y champagne a su ex jefe.
Otero enfrenta, además, otras investigaciones por lavado de
dinero y evasión.
Cirigliano,
los que faltan
En el ámbito del transporte también hay coincidencias respecto
de quiénes son los que siguen en el proceso que lleva adelante Bonadío: los
hermanos Claudio y Mario Cirigliano.
A principios de 2018, los Cirigliano vendieron al empresario
Marcelo Zbikoski prácticamente la totalidad del grupo Plaza, compañía que
explota las líneas 61 y 62, y con itinerarios que unen las terminales de trenes
Constitución, Retiro y Once.
Plaza también posee el colectivo 143, que va desde
Retiro a Tapiales, con parada en Constitución.
Este mes, Empresa de Transportes Mariano Moreno SA, firma
satélite del grupo Plaza, desactivó recorridos de la línea 36 alegando falta de
fondos para comprar combustible.
Los choferes de la compañía aseguraron que el
holding “quiere
desaparecer la línea 36 como ya hicieron con la 104 y la 142”.
Claudio y Mario Cirigliano fueron artífices funestos de la
tragedia de Once, con comprobada cercanía con Ricardo Jaime, el ex secretario
de Transporte, y Juan Pablo Schiavi, quien también desempeñó esa tarea hasta el
accidente de febrero de 2012, que causó 51 muertos y más de 700 heridos.
El tribunal que llevó la causa entendió que TBA (del
grupo Plaza) prestaba el servicio del Sarmiento con material rodante "en
un deplorable estado de mantenimiento" y que eso le
permitió pedir reconstruirlo con fondos del erario público en beneficio de
Cometrans, también de los Cirigliano.
En la causa se determinó que los empresarios “habrían
desviado fondos provenientes indistintamente de las tarifas o los subsidios
percibidos, hacia terceras personas físicas y jurídicas”.
Más allá de lo ocurrido en Once, lo cierto es que en 2015 los
hermanos siguieron alzándose con contratos derivados de sus vínculos con el
poder político.
Así, ese año el kirchnerismo les adjudicó -a través de
Corporate Corp- el suministro, la instalación y la puesta en funcionamiento de
los sistemas audiovisuales y multimedia del "Centro Cultural Néstor
Kirchner".
Sólo por esa tarea, los Cirigliano obtuvieron algo más de $345
millones.
Al mismo tiempo, Claudio y Mario también asumieron el
control de la entrega de computadoras del plan Conectar Igualdad.
En julio de este año, la Unidad de Información Financiera (UIF)
investigó el patrimonio de los hermanos y constató la propiedad de empresas y
bienes raíces en los Estados Unidos.
También detectó transferencias de dinero desde Argentina al
exterior y desde España hacia la Argentina.
Por todos estos antecedentes,
allegados a la causa que lleva adelante Claudio Bonadío anticipan que la
citación de los Cirigliano a tribunales se presume cuanto menos inminente.
Fuente
“iProfesional”, 27.08.2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario