COIMAS/ RICARDO JAIME
CUADERNOS DE
CORRUPCIÓN
Roggio admitió pago de
coimas a Ricardo Jaime y fue aceptado como arrepentido
El empresario elevó el tenor de sus
revelaciones y finalmente fue aceptado por Bonadio bajo la figura de
"imputado colaborador"
16.08.2018
El empresario Aldo Roggio fue finalmente aceptado este
miércoles como "arrepentido" por el juez federal Claudio Bonadio en
la causa por los cuadernos de las coimas.
Según trascendió, el empresario de la construcción y dueño de
Metrovías admitió haberle pagado coimas a Ricardo Jaime, el exsecretario de
Transporte del kirchnerismo.
El
empresario admitió haberle pagado 5% de los subsidios correspondientes al
Ferrocarril Urquiza al ex secretario de Transporte y también por la explotación
del subte.
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La homologación de Roggio como arrepentido llega luego de
varias jornadas de indagatoria.
Ahora será “imputado colaborador”.
El empresario quedó imputado como partícipe necesario de
presunta asociación ilícita por la que los
principales directivos de empresas de primera líneas entregaban coimas
millonarias, principalmente a Roberto Baratta, mano derecha del por entonces
ministro de Planificación, Julio De Vido.
Jaime está detenido desde abril de 2016, cuando fue condenado
como responsable por la tragedia de Once.
El sistema de los retornos fue utilizada para mantener el
esquema de subsidios que daban lugar a los pagos que se exigían, con incluso la
amenaza de rescisión del contrato de no cumplir.
En su
explicación, Roggio dio detalles sobre la situación de rehenes que esto
entrañaba.
Señaló que el procedimiento de subsidios estaba
previsto en el contrato (cláusula 7.4.1.) como modalidad de ajuste, sea a
través de: tarifa, disminución del canon o vía subsidio, a opción del Gobierno.
Según declaró, se determinó un porcentaje del 5% de los pagos recibidos, que se
pagaba en dinero en efectivo, periódicamente y en la persona del Secretario de
Transporte.
La exigencia se afrontó siempre con el margen de rentabilidad de la empresa,
luego de pagar todos los gastos relacionados con la operación segura de los
servicios.
Los subsidios nunca implicaron una mejora contractual ni de ingresos.
“No
tuvimos oportunidad de negarnos a esta exigencia”, dijo el Ingeniero Roggio,
“habiendo soportado la presión hasta el límite de nuestras posibilidades,
máxime teniendo cuenta que se trata de un servicio esencial y la gran
incidencia del rubro personal (70% del total) en los costos de operación del
servicio.” Este esquema duró hasta el año 2011.
“Este debería ser un punto final a esa cultura hostil y adversa en las que
empresas como la que conduzco, en la que trabajamos 15.000 familias, hemos
tenido que desarrollar nuestras actividades” concluyó Roggio.
Fuente
“iProfesional”, 16.08.2018
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