4 nov 2022

POLÍTICOS… EN UNA NUBE DE…

 

 

 

 

 

POLÍTICOS

EN UNA NUBE DE…

 

 

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La desconexión de los políticos con la ciudadanía crece en Argentina 

 

 
Por
Hugo Alconada Mon es abogado, prosecretario de redacción del diario argentino ‘La Nación’ y miembro del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación.

 

October 31, 2022

 

https://www.washingtonpost.com/wp-apps/imrs.php?src=https://arc-anglerfish-washpost-prod-washpost.s3.amazonaws.com/public/MYC7XPPB3SBXEJPLTHWMV7GN3M.JPG&w=540  Un club de trueque en Argentina, que tiene una de las tasas de inflación más altas del mundo (100% este año), en Luján, en las afueras de Buenos Aires, el 5 de octubre de 2022. (Agustin Marcarian/Reuters) 

 

 

Falta un año para las elecciones presidenciales en la Argentina, pero bien podrían ser mañana.

 

O al menos eso parece al leer y escuchar las declaraciones de políticos importantes que inflan y desinflan candidaturas, mientras el gobierno de Alberto Fernández sufre una sangría prematura de funcionarios

 

Durante las últimas semanas se marcharon cuatro ministros, el número dos del área de Comunicación de la Presidencia y el jefe de Gabinete adelantó que lo hará en febrero.

 

El saldo del éxodo oficialista es elocuente: transcurridos tres años de mandato, solo un cuarto del equipo original que designó Fernández sigue en funciones y al presidente le cuesta cada vez más encontrar sustitutos

 

Es un síntoma de su debilidad actual y del pesimismo que lo rodea sobre el futuro de su gestión, aun cuando Fernández sueña con competir y ganar su reelección en 2023.

 

“¿Él quiere, ¿qué duda cabe?”, respondió su ministro de Seguridad cuando le preguntaron si el presidente todavía se ilusiona con buscar su reelección, a pesar de los pésimos índices de imagen y respaldo que cosecha en las encuestas.

 

Lo paradójico es que el funcionario no salió al cruce de las críticas de la oposición ni de versiones callejeras, sino que le respondió a otra figura de la coalición gobernante: Máximo Kirchner, hijo de la vicepresidenta y referente insoslayable de la coalición oficialista Frente de Todos, Cristina Fernández de Kirchner.

 

Máximo Kirchner, quien preside el Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires, el principal bastión peronista, dijo: “Hoy por hoy no tiene candidatos el peronismo. Alberto dijo que sí, (Sergio) Massa dijo que no, y creo que Cristina tampoco va a ser”

 

Y causó un revuelo mayúsculo.

 

Ese es, sin embargo, el punto. 

 

El país tiene 100% de inflación y compite con Zimbabue, Cuba, Venezuela y Ghana por el podio mundial de alza de precios

 

Uno de cada tres argentinos es pobre y es la nación que más empeoró en ese rubro durante la última década en América Latina. 

 

Y tenemos a los dirigentes políticos mirándose el ombligo: hablan de candidaturas, hablan de eliminar las elecciones primarias, hablan de adelantar las generales, pero callan sobre cómo resolver los monumentales desafíos sociales, económicos, fiscales, tributarios, laborales y educativos, entre otros, que afronta el país.

 

Hablan de reforma judicial pero solo porque Fernández de Kirchner quiere solucionar sus problemas en los tribunales y para eso necesita controlar a jueces y fiscales

 

Y hablan de las elecciones presidenciales de Brasil, pero porque creen que el triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva o de Jair Bolsonaro le daría un nuevo aire, un empujón, a las tendencias de uno u otro lado.

 

Hablan, incluso, de fútbol. 

 

Como el expresidente —y acaso candidato en 2023— Mauricio Macri, quien acaba de lanzar un libro cuyo contenido es elocuente. 

 

Dedicó 80 páginas a repasar su paso por la presidencia del club de fútbol más popular del país, Boca Juniors, pero apenas un párrafo de 10 líneas a la educación, a la que él mismo definió en el libro como el tema “más importante de todos”, como bien remarcó el analista Ernesto Tenembaum. 

 

Abordó en diez páginas (sobre un total de 295) todo lo que dijo que hay que hacer y cambiar en el país.

 

Esa desconexión de la clase política no hace más que reforzar la desconexión ciudadana

 

No es casualidad que en las últimas elecciones, en 2021, se registraron los índices más altos de ausentismo desde el retorno de la democracia en 1983. 

 

Solo un 32.2% votantes no fue a las urnas durante las primarias, lo cual se redujo un poco en las elecciones generales (28.6%) que aun así fueron las más bajas en casi cuatro décadas.

 

No es casualidad, tampoco, que figuras más extremas que se presentan como “antipolíticas” o outsiders crezcan en las encuestas, como Javier Milei, quien cosecha simpatías entre los jóvenes, quienes nacieron y crecieron en democracia y dicen estar hartos de los discursos llenos de promesas y la falta de resultados concretos de los políticos “tradicionales”.

 

Lo preocupante es que la clase política en general —y el gobierno, en particular— no reaccionan con la urgencia y fuerza necesarias para afrontar esos desafíos mayúsculos

 

Así, mientras la semana pasada el sindicato de camioneros amenazaba con parar y desabastecer el país si no le daban un aumento salarial de 131% a sus afiliados (obtuvo 107%), y Unicef denunciaba ante el Congreso los problemas que acarreará a la niñez el recorte al presupuesto en 2023, el presidente optó por concentrar sus energías en contestarle a un concursante de Gran Hermano

 

Sí, un jefe de Estado versus un reality show.

 

¿Qué falta para que los políticos reaccionen?

 

¿Una protesta ciudadana de proporciones mayúsculas? 

 

¿El estallido de una crisis económica, social y política como la que ya vivió la Argentina en 2001? 

 

¿La irrupción de un outsider como fue Donald Trump en Estados Unidos? 

 

¿Acaso no comprenden que entonces será demasiado tarde? 

 

Da la sensación de que demasiados políticos no entienden, ni vislumbran, que son vistos como una casta desconectada de la realidad.

 

fuente

"The Washingto Post", EE.UU., 31.10.2022

 


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¡BIENVENIDOS, GRACIAS POR ARRIMARSE!

Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.

La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.

Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.

El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.

Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.

De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.

A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).

¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.

¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?

¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!

El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.

Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio


Mendoza, 11 de noviembre de 2009.