28 jul 2020

ZARDOZ 1974 SOLO UNA PELÍCULA ACTUALMENTE ¿EL FUTURO?








ZARDOZ
1974 SOLO UNA PELÍCULA
ACTUALMENTE... 
¿EL FUTURO?





{Zardoz es una película estadounidense dirigida por John Boorman en 1974, filmada en Irlanda, en los Ardmore Studios en las montañas de Wicklow. Realizada con bajo presupuesto, pero con un alto contenido filosófico, Zardoz es una alegoría situada en un futuro postapocalíptico. Trata temas como la inmortalidad, la oligarquía y la segregación social, haciendo continuas referencias al libro El maravilloso mago de Oz (publicado por primera vez en 1900. Reparto: , , , , ,

 


De modo que me esfuerzo para entender los misterios de la Bolsa de valores, al tiempo que dedico mucho menos esfuerzo a entender las causas del sufrimiento.

En esto los humanos nos asemejamos a otros animales domésticos.

Hemos criado vacas más dóciles que producen cantidades enormes de leche, pero en otros aspectos son muy inferiores a sus antepasados salvajes.

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Son menos ágiles, menos curiosas y menos habilidosas.

Ahora estamos creando humanos mansos que generan cantidades enormes de datos y funcionan como enormes chips muy eficientes en un enorme mecanismo de procesamiento de datos, pero estos datos-vacas en absoluto maximizan el potencial humano.

De hecho, no tenemos ni idea de cuál es el potencial humano completo, porque sabemos poquísimo de la mente humana.

Y sin embargo, apenas invertimos en la investigación de la mente humana y en cambio nos centramos en aumentar la velocidad de nuestras conexiones de internet y la eficiencia de nuestros algoritmos de macrodatos.

Si no somos prudentes, terminaremos con humanos degradados que usarán mal ordenadores mejorados y provocarán el caos en sí mismos y en el mundo.

Las dictaduras digitales no son el único peligro que nos espera.

Junto a la libertad, el orden liberal depositó también muchas esperanzas en el valor de la igualdad.

El liberalismo siempre valoró la igualdad política, y gradualmente llegó al convencimiento de que la igualdad económica tiene casi la misma importancia.

Porque sin un sistema de seguridad social y una igualdad económica mínima, la libertad no tiene sentido.

Pero de la misma manera que los algoritmos de macrodatos podrían acabar con la libertad, podrían al mismo tiempo crear las sociedades más desiguales que jamás hayan existido.

Y si el algoritmo se equivoca, ¿a quién reclamo? - Gente Saludable 


Algoritmo - Wikipedia, la enciclopedia libre

Toda la riqueza y todo el poder podrían estar concentrados en manos de una élite minúscula, mientras que la mayoría de la gente sufriría no la explotación, sino algo mucho peor: la irrelevancia.

Igualdad
Quienes poseen los datos poseen el futuro

En las últimas décadas a la gente de todo el planeta se le ha ido diciendo que la humanidad que la humanidad se halla en la senda hacia la igualdad, y que la globalización y las nuevas tecnologías nos ayudaran a llegar pronto a ella.

En realidad, en el siglo XXI podían surgir la sociedades más desiguales de la historia.

Aunque la globalización e internet salvan la distancia entre países, amenazan con agrandar la brecha entre clases,  y cuando parece que la humanidad está a punto de conseguir la unificación global, la propia especie podría dividirse en diferentes castas biológicas.

La desigualdad se remonta a la Edad de Piedra.

Hace 30.000 años las bandas de cazadores-recolectores enterraban a algunos de sus miembros en tumbas suntuosas repletas de miles de cuentas de marfil, brazaletes, joyas y objetos de arte, mientras que otros miembros tenían que conformarse con un simple agujero en el suelo.

No obstante, las antiguas bandos de cazadores-recolectores eran todavía más igualitarias que cualquier sociedad humana posterior, porque tenían muy pocas propiedades.

La propiedad es un prerrequisito para la desigualdad largo plazo.

Tras la revolución agrícola, la propiedad se multiplicó, y con ella la desigualdad.

A medida que los humanos se hacían con la propiedad de la tierra, de animales, de plantas y utensilios, surgieron rígidas sociedades jerárquicas, que en pequeñas élites monopolizaron la mayor parte de las riquezas y el poder de generación en generación.

Lo humanos acabaron por aceptar esta organización como algo natural e incluso ordenado por la divinidad.

La jerarquía no solo era la norma, sino también el ideal.

¿Cómo puede haber orden sin una clara jerarquía entre los aristócratas y los plebeyos, entre hombres y mujeres, o entre padres e hijos?

Sacerdotes, filósofos y poetas en todo el mundo explicaban con paciencia que de la misma manera que en el cuerpo humano no todos los miembros son iguales (los pies han de obedecer a la cabeza), así en la sociedad humana la igualdad no acarrearía más que caos.

Sin embargo, a finales de la era moderna la igualdad se convirtió en un ideal en casi todas las sociedades humanas.

etiqueta engomada de la revolución francesa set- liberté, egalité ...

Ello se debió en parte al auge delas nuevas ideologías del comunismo y el liberalismo.

Pero se debió también a la revolución industrial, que hizo que las masas fueran más importantes de lo nunca habían sido.

Las economías industriales se basaban en masas de obreros comunes, mientras que los ejércitos industriales se basaban en masas de soldados comunes.

Los gobiernos tanto de las democracias como de las dictaduras invertían mucho en salud, la educación y el bienestar de las masas, porque necesitaban millones de obreros sanos que trabajaran en las líneas de producción y millones de soldados leales que lucharan en las trincheras.

En consecuencia, la historia del siglo XX se centró en gran medida en la reducción de la desigualdad entre clases, razas y géneros.

Aunque el mundo de año 2000 tenía todavía su cuota de jerarquías, era un lugar mucho más igualitario que el mundo de 1900.

En los primeros años del siglo XXI la gente esperaba que el proceso igualitario continuara e incluso se acelerara.

En particular, esperaban que la globalización llevara la prosperidad económica a todo el planeta, y como resultado en la India y en Egipto la gente llegara a disfrutar de las mismas oportunidades y los mismos privilegios que en Finlandia y Canadá.

Toda una generación creció con esta promesa.

Ahora parece que esa promesa podría no cumplirse.

Ciertamente, la globalización ha beneficiado a grande segmentos de la humanidad, pero hay indicios de una desigualdad creciente tanto entre las sociedades como en el interior de las mismas.

Algunos grupos monopolizan de forma creciente los frutos de la globalización, al tiempo que miles de millones de persona e quedan atrás.

Ya hoy en día, el 1 por ciento más rico posee la mitad de las riquezas del mundo.

Y lo que es aún más alarmantes: las 100 personas más ricas poseen más en su conjunto que los 4.000 millones de personas más pobres.

Eso aún podría empeorar mucho.

Como se ha visto en capítulos anteriores, el auge de la IA podría eliminar el valor económico y político de la mayoría de los humanos.

Al mismo tiempo, la mejoras en biotecnología tal vez posibiliten que la desigualdad económica se traduzca en desigualdad biológica.

Los superricos tendrán por fin algo que hacer que valga la pena con su extraordinaria riqueza.

Mientras que hasta ahora podían comprar poco más que símbolos de estatus, pronto podrán comprar la vida misma.

Si los nuevos tratamientos para alargar la vida y mejorar las condiciones físicas y cognitivas acaban siendo caros, la humanidad podría dividirse en castas biológicas.

A lo largo de la historia, lo ricos y la aristocracia siempre pensaron que sus capacidades eran superiores a la de todos los demás, y por ese motivo tenían el control.

Por lo que sabemos, eso no era cierto.

El duque medio no estaba más dotado que el campesino medio, sino que debía su superioridad solo a una discriminación legal y económica injusta.

Sin embargo hacia 2100 lo ricos podrían estar realmente más dotados, ser más creativo y más inteligentes que la gente que habita en los suburbios.

Una vez que se abra una brecha real en la capacidad entre los ricos y los pobres, resultara casi imposible salvarla.

Si los ricos emplean sus capacidades superiores para enriquecerse todavía más, y si con más dinero pueden comprarse un cuerpo y un cerebro mejorado, con el tiempo la brecha no hará más que agrandarse.

Hacia 2100, el 1 por ciento más rico podría poseer no solo la mayor parte de la riqueza de mundo, sino también la mayor parte de la belleza, la creatividad y la salud del mundo.

Los dos procesos juntos, la bioingeniería unida al auge de la IA, podrían por tanto acabar separando a la humanidad en una pequeña clase de superhumanos y una clase enorme de Homo spiens inútiles.

Para empeorar todavía más una situación agorera, al perder las masas su importancia económica y su poder político, el Estado podría a su vez perder algunos de los incentivos para invertir en su salud, u educación y su bienestar.

Es muy peligroso no ser necesario.

Así pues, el futuro de las masas dependerá de la buena voluntad de una pequeña élite.

Quizá haya buena voluntad durante unas cuantas décadas.

Pero en una época de crisis (como una catástrofe climática) resultará muy tentador y fácil echar por la borda a la gente no necesaria.

En países como Francia y Nueva Zelanda, con una larga tradición de creencias liberales y prácticas del estado de bienestar, quizá la élite siga haciéndose cargo de la masa aunque no la necesite.

Sin embargo, en Estados Unidos, más capitalista, la élite podría usar la primera ocasión que se le presente para desmantelar lo que quede del estado de bienestar.

Un problema mayor todavía acecha en grandes países en vías de desarrollo, como la India, China, Sudáfrica y Brasil.

Allí a la vez que la gente pierde su valor económico, la desigualdad podría dispararse.

En consecuencia, la globalización, en vez de generar la unidad global, podría llevar a una “especiación”: la división de la humanidad en diferentes catas biológicas o incluso diferentes especies.

La globalización unirá al mundo horizontalmente al borrar fronteras nacionales, pero de manera simultánea dividirá a la humanidad verticalmente.

Las oligarquías dominantes en países tan diversos como Estados Unidos y Rusia podrán fusionarse y hacer causa común contra la masa de sapiens ordinarios.

Vladimir Putin llamó a Donald Trump para agradecerle el envío de ...

Desde esa perspectiva, el resentimiento populista actual hacia “las élites” está bien fundado.

SI no vamos con cuidado los nietos de los magnates de Silicon Valley y de los multimillonarios de Moscú podrán convertirse en una especie superior para los nietos de lo palurdos de Appalachia y los campesinos siberianos.

A la larga, una situación hipotética de este tipo sería capaz incluso de desglobalizar el mundo, pues la casta superior podría congregarse dentro de una autoproclamada “civilización” y construir muro y fosos que la separaran de las hordas de “bárbaros” del exterior.

En el siglo XX, la civilización industrial dependía de los “bárbaros” para el trabajo barato, las materias primeras y los mercados.

Pero en siglo XXI, una civilización postindustrial que se base en la IA, la bioingeniería y la nano tecnología podría ser mucho más independiente y autosuficiente.

No solo clases enteras, sino países y continentes enteros podrían resultar irrelevantes.

Fortificaciones custodiadas por drones y robots podrían separar la zona autoproclamada civilizada, en la que los ciborgs lucharan entre sí con bombas lógicas, de las tierras bárbaras en que los humanos asilvestrados lucharán entre sí con machetes y kaláhnikovs.

A lo largo de este libro suelo usar la primera persona de plural para hablar del futuro de la humanidad.

Digo lo que “nosotros” necesitamos hacer acerca de “nuestros” problemas.

Pero quizá no haya “nosotros”.

Quizá uno de “nuestros” mayores problemas sea que diferentes grupos humanos tengan futuros completamente distintos.

Quizá en algunas partes del mundo se deba enseñar a los niños a diseñar programas informáticos, mientras que en otros sea mejor enseñarles a desenfundar de prisa y a disparar de inmediato.

Fuente
Yuval Noah Harari
“21 lecciones para el siglo XXI”
(Parte I, El desafío tecnológico, Igualdad)



Sean Connery in Zardoz (1974)
https://media.gettyimages.com/photos/century-vortex-in-a-scene-from-the-20th-century-fox-movie-zardoz-picture-id505632317?s=2048x2048






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¡BIENVENIDOS, GRACIAS POR ARRIMARSE!

Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.

La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.

Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.

El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.

Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.

De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.

A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).

¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.

¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?

¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!

El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.

Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio


Mendoza, 11 de noviembre de 2009.