9 abr 2019

MENDOZA Y SUS JUECES











MENDOZA Y SUS JUECES

Lo volvieron a hacer: las fabulosas licencias de los jueces

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Los jueces mendocinos se tomaron más 6.600 días de licencias extra por afuera de las ferias el año pasado. 

Son 400 días más que en 2017

Los casos especiales. La Corte. Y un sistema al que le cuesta cambiar.


Lunes 08 ABR 2019


No hay caso. Ni las más de 30 leyes que logro aprobar el gobernador Alfredo Cornejo para una justicia más ágil, eficiente, y orientada a la víctima; pudieron contra una realidad tan inquebrantable como la Gran Muralla China: los jueces mendocinos son "faltadores"

En 2018 volvieron a acumular un total de 6.657 días de licencias, contra los 6.237 de 2017, de acuerdo a un informe que la Suprema Corte de Justicia de Mendoza envió a la Cámara de Diputados, documento al que tuvo acceso este diario.

La inmensa mayoría de los jueces no trabaja por la tarde a pesar de que hay una acordada de la Suprema Corte de Justicia de 2016 para que lo hagan. 

Además, se toman todos los días que pueden por encima de los 45 días con los que ya cuentan entre la feria de enero y la de julio. 

Es un sistema de privilegios el de los jueces.  

Y con goce de haberes.

A fines de 2017, y luego de tensas peleas, el Poder Judicial envió a través de la Corte un listado de las licencias de los jueces hasta el 29 de noviembre de ese año. 

Acumulando los días de a uno, tomaron entre todos los magistrados de las cuatro circunscripciones la friolera de 6.239 días libres

Es decir, poco más de 17 años

Este año, según un informe presentado también por el Poder Judicial a la Cámara de Diputados, los días tomados por los jueces (la misma cantidad de funcionarios que en 2017), fueron de 6.657

Es decir, se tomaron el año pasado 418 días más que en 2017

Poco más de 18 años seguidos, si los acomodásemos de a uno en una línea imaginaria.


Aquí, el documento completo con las licencias de los jueces mendocinos.



Hay jueces que ocuparon el podio de licencias por distintas razones en 2017 y que luego disminuyeron sensiblemente sus días de ausencia. 

La ex reina de la Vendimia Marinés Babuggia faltó 199 días en 2017, y bajó a sólo 15 días en 2018. 

El anteaño pasado tuvo licencias por maternidad, y por enfermedad.

El resto de las licencias, se componen de la veintena de razones posibles que los jueces presentaron en sus pedidos.

La Suprema Corte
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¿Cuántos días de licencia tomaron los integrantes de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza el año pasado?

El récord absoluto es el del juez Omar Palermo, muy emparentado con la "armada" kirchnerista judicial. Palermo tomó un total de 192 días de licencia el año pasado. 

Pero 153 fueron sin goce de haberes, por un perfeccionamiento que tomó en Alemania.

Mario Adaro es otro de los jueces de origen peronista del tribunal. 

Tomó 48 días de licencias el año pasado, siempre de acuerdo al informe de la propia Corte. 16 de esos días fueron en compensación por días trabajados en lugar de otro juez. Otros tres días fueron por razones particulares, y luego faltó otros 29 días para hacer la "representación oficial" del Poder Judicial de la Provincia.
El último en ingresar a la Corte, Dalmiro Garay, solo faltó 2 días por "representación oficial". 

Forma parte del alto tribunal desde el 31 de julio del año pasado. José Valerio, el primer juez propuesto por Alfredo Cornejo en la gestión, faltó 11 días el año pasado. 

Tres compensatorios, uno por razones de salud, y 7 en representaciones oficiales. 

Valerio y Garay son los únicos jueces de la Corte que trabajan todas las tardes, igual que Alejandro Gullé, el Procurador de la Corte.

Julio Gómez no había aparecido en el listado de 2017. 

El año pasado, el último juez incorporado por el gobernador Francisco Pérez a la Corte tomó 9 días de licencias. 3 fueron compensaciones, y otros 5, por "representación oficial" y uno por cuestiones de salud.
Entre los más veteranos, Pedro Llorente faltó 33 días, ordenados del siguiente modo: 19 por licencia compensatoria, 2 por razones particulares, y 12 en representación oficial. 

El juez Llorente había sido de los menos faltadores en 2017 con sólo tres ausencias.

Finalmente, el presidente de la Corte Jorge Nanclares faltó 25 días. 

Cuatro compensaciones, una falta más por razones particulares y el resto, veinte ausencias por "representación".

Es llamativo el orden que los jueces dan a sus licencias, para aprovechar feriados largos, o fines de semana. 

De modo de "pegar" compensatorios, razones particulares, y hasta algún perfeccionamiento.

Nada ilegal. Simplemente, el sistema lo permite.

A pesar de que hay una acordada para trabajar por la tarde, de inicios de 2016, casi nadie la cumple

Rara vez las audiencias penales son luego de las 14:00 horas. 

El dato surge de una minuciosa consulta de la agenda de audiencias, que ahora es pública. 

La mayoría de las audiencias están "apretadas" entre las 9:00 y las 13:00. 

La mora judicial bajó, pero por cambios en los procedimientos. 

Claramente, los jueces no trabajan más

Lo hacen menos, ya que pidieron más día de licencias en 2018, que en 2017.

La oralidad también bajó los tiempos de mora judicial en los juicios civiles. 

Fue por el cambio del Código Procesal, y no por la mayor contracción al trabajo de los jueces.

Las licencias que tomaron los jueces fueron en su inmensa mayoría a cuenta de todos los mendocinos. 

Sólo tres jueces en 2018 tomaron licencia sin goce de haberes. 

Uno fue Omar Palermo (153 días) y la jueza Erica Deblasi -del Tribunal de Gestión Asociada número 4- pidió tres días de licencia sin goce de sueldo. 

La jueza María Verónica Vacas, en tanto, pidió un día sin goce de haberes.

Sólo dos jueces se casaron (Rafael Escot y Sergio Simo) y tres juezas fueron madres.
Siete jueces faltaron más de 120 días a sus tribunales, además de las ferias judiciales.

Hubo otros 20 pedidos de por lo menos 30 días de licencias por "junta médica", algunas de ellas, de un solo juez en períodos alternados.

La actividad académica y de capacitación de los jueces mendocinos es importante. 

Suman 667 días de licencias por exámenes o por cursos de perfeccionamiento. 

Ojalá esa inversión de tiempo redunde en una mejor justicia año a año.

El pedido de la Legislatura a los jueces fue realizado el 28 de noviembre del año pasado.

Los legisladores oficialistas querían conocer las licencias de noviembre de 2017 hasta 2018, por tribunal, por causa, y si fue con goce de haberes, o no. 

La justicia contestó pocos días después.

Recursos Humanos confeccionó las planillas ordenadas por fecha, lo que dificultó el análisis "por tribunal", por juez, y por razones de las ausencias

De hecho, en Mendoza POST debimos escribir por completo la planilla en Excel, luego chequear y comprobar con las planillas originales, para luego sí, hacer el análisis.

Fueron semanas de traspaso de datos.

Conocida la información, la única conclusión posible es que los jueces mendocinos toman cada vez más días de licencia

Y que a pesar de que hubo en 2018 menos jueces enfermos, faltaron mucho más por "razones particulares", lo que terminó generando en 2018 más ausencias que en 2017.

Se ve que el control de la Legislatura no hizo ninguna mella en el ánimo de los jueces.

Entre el 28 de noviembre de 2017 y el 5 de diciembre del año pasado, hubo 17 feriados, 104 días de fines de semana, y 247 días laborables, a los que hay que quitarles 45 días de feria de los jueces. 

Es decir, del año transcurrido, debieron trabajar 202 días

La mayor parte del tiempo lo hicieron por la mañana

Las cuentas indican casi el 13,5 % de ausentismo por diversas razones. 

El triple que en un día normal de cualquier actividad privada

Hubo jueces, además, que trabajaron menos de 40 días en todo el año.

Y además, no pagan Impuesto a las Ganancias.

Finalmente, las cifras que ya se pueden comparar entre 2018 y 2017, arrojan que los jueces mendocinos faltan a sus tribunales cada año un poco más, por las más diversas razones. 

Todo legal, y todo permitido. 

Pero a contramano de la mayoría de la población.

Fuente
“MENDOZA Post”, 08.04.2019

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Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.

La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.

Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.

El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.

Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.

De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.

A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).

¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.

¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?

¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!

El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.

Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio


Mendoza, 11 de noviembre de 2009.