7 ago 2017

VENEZUELA: EL GENERALATO







VENEZUELA: 
EL GENERALATO





Un ejército con 2.000 generales, frente a los 900 de EE.UU.

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Las prebendas de la cúpula militar de Venezuela, frente a las bajas pagas de la tropa, son una fuente de quejas internas

FRANCISCO DE ANDRÉS 

Cuando Nicolás Maduro presentó en mayo sus planes para la nueva Constitución –que pretende hacer tábula rasa de la oposición democrática– pidió en un momento determinado de la ceremonia que el público se levantara para aplaudir a doce generales, presentes en el acto con su plétora de condecoraciones. «Estos son mis poderes» fue el mensaje que quiso transmitir el dirigente venezolano.
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La sangrienta y dosificada represión en las calles, durante los cuatro meses de protestas ininterrumpidas, está liderada por la policía militarizada del régimen –la Guardia Nacional Bolivariana– y por colectivos de matones, no por el Ejército.
El presidente Maduro sabe que la clave de su supervivencia en el poder reside en las Fuerzas Armadas. 
Y las cuida con esmero desde el primer día para evitar que puedan derribarle con un golpe; o, si lo dan, que sea una chispa de artificio sin resultado.
El chavismo mantiene una relación estrecha con el Ejército venezolano desde sus mismos orígenes. Hugo Chávez fue, al fin y al cabo, un militar gallito con carisma popular, autor de un fallido golpe contra la democracia en 1992, seis años antes de ser elegido en las urnas. 
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Nicolás Maduro, su sucesor, es, en cambio, un conductor de autobuses con una trayectoria de lucha sindical, que sabe desde el primer momento cómo contentar y tener bajo control a la jerarquía militar venezolana.
De entrada, el generalato es un universo y un galimatías para sus propios miembros, lo que dificulta las conspiraciones cuartelarias al más alto nivel. 
El año pasado, Nicolás Maduro promocionó a ese rango en un solo día a 195 oficiales. 
Se calcula que Venezuela tiene en estos momentos unos 2,000 generales
Estados Unidos, la superpotencia, se las arregla con alrededor de 900.
La jerarquía de las Fuerzas Armadas venezolanas goza de unas prebendas oficiales inéditas en ningún otro país del globo. 
Militares o exmilitares ocupan 11 de los 32 ministerios, encabezan 11 de los 23 gobiernos estatales, dirigen la importación y la distribución de la comida, y tienen una participación en el control de las fronteras, las rutas y los puertos. 
Los generales tienen acceso a los dólares, al ridículo cambio oficial con los bolívares, y los servicios de inteligencia extranjeros tienen bien documentada su relación con el narcotráfico. 
Son demasiadas ventajas como para soñar en una aventura golpista bien elaborada... mientras el régimen chavista no trate de implicarles de modo directo en la represión sangrienta del pueblo.

Rompan filas

La oposición democrática no cuenta, por supuesto, para sus cálculos con el golpismo, el endémico mal latinoamericano, pero sí pide a las Fuerzar Armadas venezolanas que se impliquen de algún modo en la presión al régimen. 
Está, además, el descontento de la tropa. 
Como manifestó a ABC el dirigente opositor Henrique Capriles, los soldados venezolanos cobran poco más que el ridículo salario básico del país, mientras son conscientes del tren de vida de sus mandos, especialmente a partir de cierto rango. 
El patriotismo y el creciente desafecto interno en las Fuerzas Armadas es y seguirá siendo una fuente de inquietud para el régimen de Nicolás Maduro.
En abril pasado, tres tenientes coroneles colgaron en YouTube un vídeo en el que criticaban a Maduro y pedían al Ejército ponerse «en el lado correcto de la Historia». 
Raúl Baduel, ex comandante de las Fuerzas Armadas y exministro de Defensa, y actualmente en libertad condicional –como Leopoldo López y Antonio Ledezma– es para muchos un icono de la disidencia interna en el Ejército. 
Un vídeo suyo en el que se refiere a los «sinvergüenzas y criminales» que dan órdenes, ha sido viral entre las tropas, pero solo serviría de fuente de inspiración para algún loco, que pretenda la asonada a la caribeña.

fuente
"ABC.es", España, 07.08.2017

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¡BIENVENIDOS, GRACIAS POR ARRIMARSE!

Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.

La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.

Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.

El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.

Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.

De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.

A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).

¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.

¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?

¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!

El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.

Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio


Mendoza, 11 de noviembre de 2009.