Así afronta la crisis una región con un bajo índice de mortalidad por coronavirus
Ese el total de fallecidos que suma una de las regiones de Europa con menos índice de mortalidad por el coronavirus: los países nórdicos.
Pero pese a un estricto —y prematuro— control de la situación sanitaria y a un robustísimo Estado de bienestar que inyecta dinero a empresas y particulares cuando la economía peligra, en estas sociedades tremendamente igualitarias también ha habido diferencias en la gestión de la pandemia de coronavirus.
Frente a la precaución noruega y danesa —que fueron los primeros en su región en tomar medidas restrictivas—, y a la preparación y contingencia de Finlandia e Islandia, sorprende la estrategia sueca: confiar en la responsabilidad individual, en el civismo de cada uno, para evitar la propagación del virus sin imponer grandes restricciones a los ciudadanos.
¿Resultado?
En Suecia hay más de 2.100 muertos.
En Noruega y Finlandia 201 y 190 respectivamente.
Apertura
El país, de 5,8 millones de habitantes, fue el primero en su región en decretar un estado de emergencia y cerrar escuelas, lugares de culto religioso, negocios y fronteras cuando apenas tenían casos confirmados y la pandemia se cebaba principalmente con Italia y España.
Temeroso de que las imágenes del caos que llegaban del sur de la UE se repitieran en su territorio, Copenhague impuso, junto a Noruega y Finlandia, un límite de reunión de 10 personas y obligó a sus ciudadanos a trabajar desde casa.
Hoy, con 8.643 contagiados (contando con los de las Islas Feroe y Groenlandia) y una curva de casos activos claramente descendente, el país escandinavo ya puede decir que está saliendo del túnel.
Eso sí, con un horario de entrada escalonado y haciendo una rigurosa fila colocándose en unas marcas pintadas en la acera para respetar la distancia de seguridad y limitando sus juegos a un grupo muy reducido de amigos, según las recomendaciones de los centros escolares.
Desde el pasado lunes, los ciudadanos también han podido ir a las peluquerías e incluso hacerse un tatuaje, según las imágenes que mostraban los medios locales.
Incluso parte de la oposición ya pide que en la segunda fase de apertura se priorice la economía abriendo centros comerciales y bares para fomentar el consumo.
“Debemos empezar a devolver [ingresos] al Estado de bienestar”, señaló el liberal Jakob Ellemann-Jensen.
La primera ministra, sin embargo, se apresuró a frenar esas ansias de normalidad y anunció que el Gobierno no entrará en la segunda fase hasta al menos el 10 de mayo.
“Entiendo bien la impaciencia y espero que no se convierta en desánimo (…) Pero si vamos demasiado rápido, corremos el riesgo de perder el control”, dijo Frederiksen, según recoge el diario Jyllands-Posten.
Las autoridades danesas recuerdan que el distanciamiento social perdurará al menos un año.
En definitiva, limitar los movimientos. Finlandia, incluso, fue mas allá cercando la dinámica región de Uusimaa, donde se encuentra Helsinki, por ser el mayor foco de contagio de la covid-19 del país.
Pero así como siguieron la huella del confinamiento danés, están siguiendo la estela del camino a la normalidad.
Sin juguetes ni ‘pack-lunch’
Los niños de primaria volverán al colegio la semana que viene.
Pequeños negocios como las peluquerías, también abrirán esta semana en el país nórdico.
Los bares que sirven alcohol aún permanecen cerrados, pero ya se estudia una apertura paulatina a partir de mediados de mayo.
Las autoridades, sin embargo, no deja de repetir ante los medios que en cualquier momento el Gobierno podría echar marcha atrás.
El 17 de mayo el país se envuelve en la famosa bandera de cruz azul sobre un fondo rojo como símbolo de unión entre todos los noruegos.
Los niños suelen desfilar a ritmo de música tradicional, visten trajes regionales y lucen flores en el pelo.
Este año, sin embargo, el Gobierno trabaja contra el reloj para que, pese a las medidas de distanciamiento social que aún permanecen —y permanecerán mucho tiempo—, el país esté de fiesta para mediados de mayo.
Una fiesta que será digital, ha avanzado el Ejecutivo sin desvelar más detalles.
Solberg les explicó a los más pequeños que “está bien” que tengan miedo en esta situación.
A esta iniciativa se han sumado también las primeras ministras danesa, Mette Frederiksen, y finlandesa, Sanna Marin, que con sus 34 años dejó en el armario la habitual chaqueta oscura y lució un vestido de colores para contestar las dudas de los más pequeños.
Modelo híbrido
La decisión se tomará a finales de mes, según el Ejecutivo de Marin.
Helsinki, por ejemplo, ya ha avanzado que la prohibición de que se junten en un mismo lugar más de 500 personas permanecerá hasta julio, lo que afectará a los festivales de verano, muy extendidos en el país.
“Tendremos que convivir con estas medidas hasta [que llegue] la vacuna”, advirtió Marin.
De esta forma, el país irá poco a poco disminuyendo las restricciones —aunque las que queden serán más duraderas en el tiempo— mientras aumenta los controles y los test a la población.
Pruebas
La isla atlántica, de 360.000 habitantes —y gobernada por otra mujer, Katrín Jakobsdóttir—, empezó desde el 31 de enero a realizar test de la covid-19 a todo aquel que lo quisiera, tuviera síntomas o no, estuviera en contacto con un positivo o no, fuera personal sanitario o no.
Y lo que ha llamado más la atención: gratis.
Dinamarca ha tomado nota y, como parte de su estrategia de salida del confinamiento, ha anunciado ya la realización de 20.000 test diarios.
En Suecia, como en tantos otros países, las autoridades se limitan a realizar los test a personas con síntomas, personal médico o policías.
La excepción
El Gobierno rojiverde del socialdemócrata Stefan Löfven no ha decretado el estado de alarma, pese a que los muertos superan superan los 2.100, sino que se ha limitado a ampliar sus competencias sin, por ahora, hacer uso de ellas.
El teletrabajo está solo recomendado y la prohibición de aglomeraciones se extiende a un máximo de 50 personas.
Muy por encima de los 10 que estipularon Finlandia, Dinamarca y Noruega, y los 20 que marcó Islandia.
Pero lo que más ha levantado cejas es que los negocios, bares y restaurantes permanecen abiertos.
Eso sí, solo para clientes que se sienten en mesa, y no en barra.
Ahora dirige la Agencia Pública de Salud sueca —independiente del Gobierno aunque este acata sus indicaciones—, y niega las acusaciones de que su estrategia se base en un contagio masivo de la población para generar inmunidad en los ciudadanos, e insiste en que su objetivo es evitar el colapso y el largo plazo: “El enfoque de [contagio de] baja escala es más sostenible en el tiempo”, explica y opina, que la estrategia de cerrar fronteras es “ridícula”.
“La covid-19 ya está instalada en cada país”, dijo el martes a la revista Nature.
La semana pasada, 22 científicos de renombre del país escandinavo escribieron un manifiesto en el Dagens Nyheter, el periódico de mayor tirada en Suecia, en el que instaban al Gobierno a intervenir en las decisiones de la Agencia Pública de Salud, que es independiente, una cualidad sacrosanta en la cultura política nórdica.
La estrategia no solo no ha cambiado, sino que paradójicamente, la popularidad del primer ministro Löfven ha escalado hasta el primer puesto con el 30,4% de simpatía, según una encuesta de Novus para la la Televisión Sueca (SVT). Son 4,8 puntos más que hace dos meses, cuando estalló la crisis.
Adiós al pleno empleo
El Fondo Monetario Internacional (FMI) cree que el desempleo subirá en los cinco países nórdicos, que hasta el inicio de la crisis podían presumir de gozar, si no del pleno empleo, de tener tasas de paro que no superaban el 7%.
El Fondo ahora les augura una subida del paro que oscilará entre el 8% y el 13%
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