"Estamos enfrentando bien la pandemia porque todos hemos acatado las disposiciones de cuidarnos de un modo hasta cierto punto paradójico: si queremos estar juntos, dejemos de vernos. Pero democráticamente hablando, si queremos estar juntos dialoguemos, planteemos preguntas, hagámonos cargo de la respuesta, porque de lo contrario entramos en el terreno de la simulación", agregó.
Sobre el cambio que podría haber en el mundo y particularmente en la Argentina luego del coronavirus, el ensayista dijo: "Nosotros no debemos tener la expectativa de que al salir de esta situación vamos a ingresar a un mundo de redención, a un mundo en el cual estarán ya superados los egoísmos que han hecho posible en buena medida el deterioro de la democracia o la decadencia de la fe social. Tenemos que seguir luchando para que la democracia gane más y más sentido republicano".
Con respecto al orden económico, señaló: "Estamos advirtiendo que la crisis es planetaria por lo tanto la salida ha de ser planetaria. Mientras haya un solo contagiado en el rincón más remoto del mundo, todo el planeta peligra porque así lo han demostrado las circunstancias. Esto indica que la necesidad de una acción orquestada entre todas las naciones de la Tierra se vuelve indispensable".
"¿Es posible que una acción fraternal sinfónica coloque en situación de interdependencia a los poderosos y a los más débiles? ¿Es posible que haya comprensión recíproca de que el prójimo soy yo? Seamos cautos. Es indispensable, pero no es evidente que esto vaya a ocurrir. Es el enorme desafío de la circunstancia, pero de ninguna manera la historia nos indica que debamos ser desmesuradamente optimistas en cuanto a la posibilidad de que la capacidad de convivencia entre los hombres supere las desigualdades que hoy están vigentes", dijo Kovadloff.
Asimismo, reforzó la idea de que la cooperación es indispensable, pero remarcó que "la necesidad de mantener hegemonía por parte de los poderosos siempre existió".
"Estamos expuestos todos a una incertidumbre profunda nacida del hecho de que no sabemos quién es nuestro enemigo , solo lo conocemos por sus efectos, por la estela trágica que va dejando día a día en la condición humana, pero la solidaridad es decisiva. Ser solidario, ser capaces de reconocernos en el prójimo, es condición necesaria para que podamos ganar la templanza que exigen estas circunstancias", concluyó.
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