ODEBRECHT – DE VIDO
Odebrecht: revelan que De Vido acordó coimas por US$ 25 millones
18-06-2017
Así se desprende de documentación de la
investigación y de un testigo delator; fue para destrabar el acceso de la
constructora a una obra gasífera
El
entorno directo del ex ministro de Planificación Federal Julio De
Vido acordó una coima por u$s25
millones y otras
"prácticas no convencionales" a cambio de destrabar el acceso de la
constructora brasileña Odebrecht a un proyecto multimillonario
para la extensión de las redes troncales de gas en el país.
La
información surge de documentos todavía secretos de la investigación internacional Lava
Jato que dice
haber obtenido y analizado durante las últimas semanas el diario La Nación.
Esos
documentos muestran que la negociación delictiva de Odebrecht con el gobierno
kirchnerista abarcó
dos etapas, con dos intermediarios distintos.
La
primera etapa quedó en manos del dueño de Esuco, Carlos Wagner,
quien presidió la Cámara Argentina de la Construcción durante ocho años del
kirchnerismo, entre 2004 y 2012.
La
segunda fase fue con el lobbista Jorge "Corcho" Rodríguez como interlocutor determinante.
Rodríguez
pasó a trabajar para Odebrecht como "consultor" durante años.
Pero
tanto él como Wagner actuaron frente a los representantes de la compañía brasileña como emisarios de De Vido, y
así lo entendieron quienes negociaron con ambos y acordaron
pagar esos u$s25
millones entre
2007 y 2014.
Rodríguez y Wagner
rechazaron las
sospechas. "Eso que dicen es falso", contestó el ex titular de la
Cámara Argentina de la Construcción.
"No facilité ninguna reunión",
abundó.
Rodríguez también
rechazó los dichos de los delatores brasileños.
"Es mentira",
replicó. "¡Me usan para tapar otros temas y otras personas, que sí estuvieron
metidas!", añadió, sin dar nombres.
De Vido siempre
negó cualquier rol en el entramado de coimas de Odebrecht.
"Nunca podrán imputarme nada con seriedad", contestó el
ex ministro en mayo, cuando algunos datos salieron a la luz desde Brasil.
De
Vido se negó a responder preguntas o hacer comentarios, mientras que su vocero
subrayó que el contrato bajo sospecha era para la extensión de las redes
troncales como un acuerdo "entre
privados", indica La Nación.
Pero las
desmentidas de De Vido, Wagner y Rodríguez se contradicen con las confesiones en Brasil.
Allí,
uno de los máximos jerarcas de Odebrecht, Marcio Faria
da Silva, se acogió al régimen de "delación premiada" para reducir su
tiempo en prisión a cambio de contar lo que sabía sobre las coimas que pagó la
compañía durante décadas en varios países.
Y habló sobre los millones que se
pagaron en la Argentina.
El
ministro del Superior Tribunal Federal (STF)
de Justicia brasileño, Edson Fachin, reveló los
primeros y acotados datos sobre ese negociado en un documento de apenas tres
carillas que remitió a la Procuración General de su país.
Faria reconoció
que él mismo se reunió dos veces con De
Vido, quien sin embargo evitó hablar sobre esas coimas.
Por
el contrario, el brasileño detalló que la operatoria ilícita quedó en manos de dos colaboradores.
El primero, su subsecretario de Coordinación, Roberto Baratta,
quien pasó de levantar quinielas a asumir como subsecretario de Coordinación
del Ministerio de Planificación.
El
otro fue Roberto Mandolesi, quien como
director de Nación Fideicomisos destrabó el pago de $1000
millones para la
empresa BTU durante los últimos días en el poder del kirchnerismo, en diciembre
de 2015.
Señalada
desde hace años por una supuesta excelente relación con De Vido, BTU también quedó bajo
la lupa en
Brasil.
Según
detalló el ahora "delator premiado" Faria, esa empresa fue
recomendada por el Ministerio de Planificación Federal.
El rol de Wagner
Condenado a 19 años y 4 meses de prisión
en Brasil por corrupción, lavado de dinero y asociación ilícita, Faria se convirtió en delator para
reducir su paso por la cárcel.
Y
detalló quiénes son los otros ejecutivos de Odebrecht que saben sobre las coimas que se pagaron al entorno directo del entonces ministro y actual
diputado nacional por el Frente para la Victoria (FpV).
Contó
que uno de ellos es Flavio Bento e Faría, por
entonces máximo jefe de la constructora en Argentina.
Flavio Bento e Faría -sin
parentesco alguno con Marcio Faria- fue quien se reunió con Wagner, de Esuco,
quien expuso el pedido de coimas requerido por los funcionarios públicos.
Indicó
que si querían hacer negocios en la Argentina,
debían pasar por él, lo que Wagner negó de manera tajante a La Nación.
Sin
embargo, Marcio Faria también señaló a otro ejecutivo de Odebrecht como negociador directo de esa
coima por u$s25 millones.
Dijo
que fue Hilberto Mascarenhas da Silva,
quien también se acogió al régimen de la delación premiada y contó ante los
investigadores brasileños que la empresa pagó cerca de u$s3.340
millones en coimas y aportes ilegales a campañas
electorales, tanto en Brasil como en otros países entre 2006 y 2016.
Es
decir, lo que en Brasil se conoce bajo el paraguas de "Caixa 2".
¿Cómo
fue la negociación delictiva?
Cuando Odebrecht comenzó a moverse para pujar, desde 2007, en la licitación
para la ampliación la capacidad del transporte de gas a lo largo de 15 provincias
argentinas, su entonces superintendente en el país, Flavio
Bento e Faria, fue contactado por Wagner.
Wagner
se presentó como dueño de Esuco y presidente de la Cámara
Argentina de la Construcción, pero expresó su verdadera misión en cuanto vislumbró la oportunidad.
Con
su nombre en la "ruta
del dinero K" -causa en la que está imputado- y en al
menos seis sociedades offshore que aparecen en los Panamá
Papers, Wagner fue directo.
Según
Marcio Faria, "le pidió coimas" a
Bento e Faria, pero se cuidó de darles los nombres de los destinatarios, aunque
a los brasileños les quedó muy claro quiénes eran.
Fue
entonces cuando uno de los máximos responsables de la División de Operaciones
Estructuradas de Odebrecht -es decir, el área dedicada a
las coimas de la empresa-, Hilberto Mascarenhas ajustó los detalles para el
pago de los sobornos.
A
partir de allí, el camino de los negocios con el Estado argentino se simplificó
para Odebrecht, que sólo recibió elogios de De Vido durante dos reuniones que mantuvo con
el ahora delator premiado.
Sin
embargo, el entendimiento ilícito se quebró en octubre de 2010.
Con la muerte del
ex presidente Néstor Kirchner, el pacto se quebró, y Odebrecht comenzó a padecer todo tipo de problemas con la ejecución y cobro del multimillonario
contrato.
Esos
problemas sólo se solucionaron con la aparición del lobbista Jorge "Corcho" Rodríguez,
quien reabrió las negociaciones ilícitas con los representantes de la
constructora brasileña, acordó nuevos pagos y hasta les aportó los números de
las cuentas bancarias offshore donde debían depositar el dinero de las coimas.
Sin
embargo, Rodríguez actuó más como emisario de De
Vido ante
Odebrecht que como lobbista de la constructora brasileña ante el entonces
ministro, plantea La Nación.
Y
los datos públicos que se conocen sobre él como operador alientan la confusión.
Así,
como lobbista de Odebrecht, el "Corcho" recibió a varios empresarios
en las oficinas de la compañía, pero al mismo tiempo viajó
a China con De
Vido.
Lo
hizo como operador de la empresa brasileña, aunque también produjo los discos del hijo guitarrista del
entonces ministro.
Rodríguez rechazó
las sospechas. "Nunca
estuve en
ninguna negociación de ninguna obra", replicó.
"Hasta por una
cuestión de tiempos no es posible. Ese
contrato se negoció años antes. Mi relación con la empresa comenzó en
2011", retrucó.
Ahora,
el acuerdo para desembolsar coimas por u$s25 millones se encuentra bajo investigación en
Brasil y en la Argentina.
Allá
llegó a las manos de Edson Fachin, ministro del
Superior Tribunal Federal de Justicia -el equivalente a la Corte
Suprema.
A
cargo de supervisar todas las investigaciones derivadas del Lava Jato, Fachin
analizó los dichos de Faria y emitió la "Petición N° 6712".
Dirigida
a la Procuración General, le pidió que evalúe si el Poder Judicial brasileño
tiene jurisdicción para juzgar este tipo de actos de corrupción cometidos por empresas de su
país en el extranjero.
En
la Argentina, en tanto, la
operatoria que ahora sale a la luz ya había quedado bajo la lupa del fiscal federal Carlos Stornelli,
quien desarrolló una investigación preliminar.
Encontró indicios y radicó una denuncia,
que quedó en manos del fiscal federal Federico Delgado y el juez Ariel Lijo,
para luego recaer en el juzgado de Daniel Rafecas.
Fuente
“iProfesional”,
18.06.2017
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