EL FUTURO HA LLEGADO
(¿ESTAMOS PREPARADOS?)
Lo que significa la 4ª Revolución Industrial
Desde hace unos cinco años, hemos iniciado una revolución tecnológica que alterará fundamentalmente nuestra manera de vivir, de trabajar y de relacionarnos los unos con los otros.
Tanto en su escala como en su alcance y complejidad, la transformación será diferente a cualquier cambio que la humanidad haya experimentado antes.
Todavía no sabemos cómo se desarrollará, pero una cosa sí que es clara: la respuesta a la 4ª Revolución Industrial deberá ser integral y completa, involucrando a todos los actores que intervienen en la cadena de valor, desde el sector público y privado o empresarial, hasta el sector académico-tecnológico y la sociedad civil.
La 1ª Revolución Industrial utilizó el agua y el vapor para mecanizar la producción.
La 2ª Revolución Industrial utilizó la energía eléctrica para crear la producción en masa.
El(sic) 3ª Revolución Industrial utilizó la electrónica y las tecnologías de la información y la comunicación para automatizar la producción.
Actualmente, la 4ª Revolución Industrial ya iniciada, se está construyendo sobre la 3ª Revolución Industrial, la revolución digital que hemos estado experimentando desde mediados del siglo pasado.
La 4ª Revolución Industrial se caracteriza por ser algo asó(sic) como la fusión de múltiples tecnologías que, de manera sinérgica, actúan de manera conjunta, borrando las líneas de separación entre las tecnologías físicas, digitales y biológicas.
Existen razones por las que se afirma que las transformaciones actuales representan, no sólo una prolongación de la 3ª Revolución Industrial, sino más bien la llegada de la 4ª Revolución Industrial que se distingue por la velocidad como se desarrolla y se integra, por el gran alcance que representa y por el fuerte impacto que representa para los sistemas.
La velocidad con la que se producen los avances actuales no tiene precedentes históricos.
En comparación con las revoluciones industriales anteriores, la 4ª Revolución Industrial está evolucionando a un ritmo exponencial, en lugar de a un ritmo geométrico o lineal como las anteriores.
Por otra parte, está impactando en casi todos los sectores económicos, públicos o privados, de cada país.
Además, la amplitud y profundidad de estos cambios anuncian la transformación de sistemas enteros de producción, de gestión y de gobernanza.
Las posibilidades que nos ofrece esta nueva revolución industrial son lo más extraordinario y maravilloso que nos haya podido suceder.
Solamente pensar en los miles de millones de personas, conectadas por dispositivos móviles, que podrán contar con una capacidad de procesamiento sin precedentes y una capacidad de almacenamiento y de acceso al conocimiento ilimitadas, la percepción que tenemos nuestro propio desarrollo comienza a vislumbrar un futuro hacia el infinito.
A su vez, estas enormes posibilidades se multiplicarán aún mucho más, debido a los avances tecnológicos emergentes en diversos campos científicos como la inteligencia artificial, la robótica, el Internet de los objetos (IoT), los vehículos sin conductor, la impresión tridimensional (3D), la nanotecnología, la biotecnología, la ciencia de los materiales, el almacenamiento de energía y la informática cuántica.
Actualmente, la inteligencia artificial está empezando a meterse en nuestras vidas y en el entorno que las rodea, desde los vehículos sin conductor y drones a los asistentes virtuales y el software utilizados para traducciones y operaciones financieras.
En los últimos años, se ha logrado un progreso impresionante en Inteligencia Artificial, impulsado por aumentos exponenciales de la capacidad informática y por la disponibilidad de grandes cantidades de datos, desde el software utilizado para descubrir nuevos fármacos hasta los algoritmos utilizados para predecir comportamientos y opiniones.
Por su parte, las tecnologías digitales de fabricación están interactuando con el mundo biológico a diario.
Los ingenieros, diseñadores y arquitectos están combinando el diseño informático, con la fabricación aditiva, la ingeniería de materiales y la biología sintética para impulsar una simbiosis entre los microorganismos, incluso nuestros cuerpos, con los productos que consumimos e, incluso, con los edificios donde habitamos.
fuente
"El Blog de Juanjo Gabiña", 27.06.2017
Tanto en su escala como en su alcance y complejidad, la transformación será diferente a cualquier cambio que la humanidad haya experimentado antes.
Todavía no sabemos cómo se desarrollará, pero una cosa sí que es clara: la respuesta a la 4ª Revolución Industrial deberá ser integral y completa, involucrando a todos los actores que intervienen en la cadena de valor, desde el sector público y privado o empresarial, hasta el sector académico-tecnológico y la sociedad civil.
La 2ª Revolución Industrial utilizó la energía eléctrica para crear la producción en masa.
El(sic) 3ª Revolución Industrial utilizó la electrónica y las tecnologías de la información y la comunicación para automatizar la producción.
Actualmente, la 4ª Revolución Industrial ya iniciada, se está construyendo sobre la 3ª Revolución Industrial, la revolución digital que hemos estado experimentando desde mediados del siglo pasado.
La 4ª Revolución Industrial se caracteriza por ser algo asó(sic) como la fusión de múltiples tecnologías que, de manera sinérgica, actúan de manera conjunta, borrando las líneas de separación entre las tecnologías físicas, digitales y biológicas.
Existen razones por las que se afirma que las transformaciones actuales representan, no sólo una prolongación de la 3ª Revolución Industrial, sino más bien la llegada de la 4ª Revolución Industrial que se distingue por la velocidad como se desarrolla y se integra, por el gran alcance que representa y por el fuerte impacto que representa para los sistemas.
La velocidad con la que se producen los avances actuales no tiene precedentes históricos.
En comparación con las revoluciones industriales anteriores, la 4ª Revolución Industrial está evolucionando a un ritmo exponencial, en lugar de a un ritmo geométrico o lineal como las anteriores.
Por otra parte, está impactando en casi todos los sectores económicos, públicos o privados, de cada país.
Además, la amplitud y profundidad de estos cambios anuncian la transformación de sistemas enteros de producción, de gestión y de gobernanza.
Las posibilidades que nos ofrece esta nueva revolución industrial son lo más extraordinario y maravilloso que nos haya podido suceder.
Solamente pensar en los miles de millones de personas, conectadas por dispositivos móviles, que podrán contar con una capacidad de procesamiento sin precedentes y una capacidad de almacenamiento y de acceso al conocimiento ilimitadas, la percepción que tenemos nuestro propio desarrollo comienza a vislumbrar un futuro hacia el infinito.
A su vez, estas enormes posibilidades se multiplicarán aún mucho más, debido a los avances tecnológicos emergentes en diversos campos científicos como la inteligencia artificial, la robótica, el Internet de los objetos (IoT), los vehículos sin conductor, la impresión tridimensional (3D), la nanotecnología, la biotecnología, la ciencia de los materiales, el almacenamiento de energía y la informática cuántica.
Actualmente, la inteligencia artificial está empezando a meterse en nuestras vidas y en el entorno que las rodea, desde los vehículos sin conductor y drones a los asistentes virtuales y el software utilizados para traducciones y operaciones financieras.
En los últimos años, se ha logrado un progreso impresionante en Inteligencia Artificial, impulsado por aumentos exponenciales de la capacidad informática y por la disponibilidad de grandes cantidades de datos, desde el software utilizado para descubrir nuevos fármacos hasta los algoritmos utilizados para predecir comportamientos y opiniones.
Por su parte, las tecnologías digitales de fabricación están interactuando con el mundo biológico a diario.
Los ingenieros, diseñadores y arquitectos están combinando el diseño informático, con la fabricación aditiva, la ingeniería de materiales y la biología sintética para impulsar una simbiosis entre los microorganismos, incluso nuestros cuerpos, con los productos que consumimos e, incluso, con los edificios donde habitamos.
fuente
"El Blog de Juanjo Gabiña", 27.06.2017
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