Impunidad vigente
Como antes, como siempre, la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, considera que nada ni nadie puede ...
lunes, 01 de febrero de 2016
Como antes, como siempre, la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, considera que nada ni nadie puede ponerle límites a sus exabruptos.
Y por ello sigue agraviando con su verba inflamada y sus acusaciones incomprobables.
A principios de la semana, Bonafini fustigó al presidente Mauricio Macri y lo comparó con la última dictadura militar. "Vienen contra todos”, advirtió.
A su criterio, el plan económico del actual Gobierno "es igual al del ex ministro de Economía José Martínez de Hoz”.
La única diferencia, según ella, es que Macri piensa aplicarlo en menos tiempo.
"Nos van a meter a todos presos. Por eso cambian la Policía. Esto sólo cierra con represión. A los milicos les cerró con represión. No van a poder aplicar el plan si no nos pegan y matan”, dijo la titular de Madres.
Pero fue más lejos aún. Aseguró que Macri "no sabe nada”, que es un "cagón” y un "pelotudo”, y agregó: "Vienen por todo, solo que lo hacen de una manera, desgraciadamente, por medio de los votos (sic)”.
Y respecto a los despidos de gente que fue designada en los últimos meses de la gestión kirchnerista, en muchos casos sin concursos ni necesidades objetivas, Bonafini vaticinó que el país tendrá "dos millones de desocupados”. Y que "dejar sin trabajo es una manera de matar”, aseguró.
"Se creen que la vida es una joda y solo quieren farándula y plata. No va a ser una joda. Antes que Macri se agarre con las Madres, yo le prendo fuego”, afirmó.
En diciembre pasado, Bonafini había convocado a una "marcha de la resistencia” en Plaza de Mayo el día en que iba a asumir Macri, a quien calificó de "enemigo”.
Un abogado presentó entonces una denuncia contra ella por considerar que podría haber incurrido en los delitos de incitación a la violencia colectiva, con una pena de 3 a 6 años de prisión, y atentado contra el orden público.
El fiscal federal Carlos Stornelli tomó la denuncia y decidió imputar a la presidenta de Madres de Plaza de Mayo por haber llamado a una marcha para resistir al gobierno de Macri.
Se desconoce en qué instancia se encuentra la causa abierta contra Bonafini, pero si en efecto se ratifican estas expresiones habría que esperar que sea pasible de una sanción legal.
En un país que intenta recuperar la seriedad de sus instituciones, descalificaciones injuriosas como las de esta mujer no pueden pasar inadvertidas.
Es más, también la ciudadanía espera que de una vez Bonafini dé explicaciones por los turbios manejos de fondos en la Fundación Sueños Compartidos, de la cual se benefició en los años de la gestión kirchnerista.
Evidentemente, Bonafini no se siente del todo cómoda con la democracia. Reniega que Macri haya llegado a la Casa Rosada por la decisión de la mayoría de los argentinos, no acepta que nadie piense distinto a ella y no tiene ningún empacho para insultar en público, algunas veces con términos irreproducibles.
Mucho de su prepotencia y de su rencor fue alimentado por un sector político que hizo de los derechos humanos una bandera de campaña, con un sesgo mesiánico, fundacional, y que rodeó de privilegios a los máximos exponentes institucionales de esos derechos en el país.
A Hebe de Bonafini, más que a Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo y quien tiene una imagen más respetable, el poder político le permitió manejarse con absoluta impunidad en la escena pública.
Por ello, ya es tiempo que la Justicia haga su parte en lo que concierne a los delitos denunciados.
Y que la comunidad, por su lado, rechace la reiteración de este tipo de conductas que tanto daño le hacen a la convivencia entre los argentinos.
fuente
"El Ancasti", 01.02.2016
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