Dañaron a propósito un tomógrafo del Hospital Posadas
Un resonador magnético apareció dañado con una silla de ruedas en el centro médico de El Palomar; la nueva gestión cree que se trata de trabajadores que temen despidos
La imagen del tomógrafo destruido circuló ayer por las redes sociales y causó indignación.
El director ejecutivo del centro de salud, Alberto Díaz Legaspe, informó que el delito se produjo el domingo en el marco de una serie de sabotajes contra los ascensores, los equipos de refrigeración de medicamentos y de aires acondicionados.
"Estoy indignado y triste. Pensar que hay gente dentro del hospital que puede romperlo por cuestiones políticas me parece triste. Hay gente que trabaja todos los días entregando su tiempo al hospital", dijo.
Como informó LA NACION, el Gobierno investiga 1500 designaciones en el año último en el hospital Posadas.
La mayoría de los casos serían militantes de Nuevo Encuentro, de Martín Sabbatella.
La pesquisa del Ministerio de Modernización rige en varias dependencias públicas.
En sus primeros dos meses, la gestión del presidente Mauricio Macri resolvió 6200 desvinculaciones de contratos temporarios en distintas áreas del Estado.
fuente
"La Nación", 16.02.2016
Reparar el resonador magnético del Posadas cuesta más de 45 mil dólares
Una silla de ruedas terminó incrustada dentro del aparato y por el momento no puede ser usado.
Calculan que el arreglo tardaría al menos dos semanas.
En el lugar se practican 30 resonancias por día.
Creen que fue un sabotaje
Miles de personas en el oeste del conurbano bonaerense se vieron seriamente afectadas por un lamentable episodio ocurrido en el Hospital Posadas: una silla de ruedas se incrustó en el único resonador magnético que tiene el sanatorio y por ahora, los 30 estudios que se practican por día en ese lugar tuvieron que ser suspendidos.
Lo cierto es que mientras se investiga internamente qué fue lo que ocurrió para determinar las responsabilidades, lo más urgente es arreglar el daño.
Díaz Legaspe dijo que el hecho ocurrió el domingo pasado.
Se trata de un supuesto accidente que se suma a una serie de "casuales" daños: roturas simultáneas de ascensores, de refrigeración de medicamentos, de aires acondicionados.
Cualquiera que se ha hecho una resonancia sabe que no puede entrar con metales, ni siquiera con un anillo.
Además hay un cartel en la puerta que lo advierte.
Encima, la silla de ruedas tiene que estar a menos de un metro para que sea absorbida y nadie la paró ni la sacó", afirmó.
Los médicos residentes no tienen nada que ver en el resonador.
Ahí hay un técnico responsable y un médico radiólogo", aseguró.
"Esto difícilmente pueda pasar por causas de uso normal", explicó el director.
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