HOTESUR Y LA IGJ
Rigurosamente vigilados: La verdad sobre Cristina Fernández de Kirchner y Amado Boudou, en una bóveda de la IGJ
Por Ignacio Montes de Oca, José M. Stella y Marcos Pavesi
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Nota 34-14, que pide "guarda" de expedientes |
¿Está involucrado el
estado nacional en una maniobra para esconder del escrutinio público a la
empresa Hotesur SA y a otras compañías vinculadas tanto a la familia Kirchner como al
vicepresidente Amado Boudou?
Al parecer, dentro de la Inspección General de
Justicia (IGJ) se produjeron algunos movimientos poco claros para que un grupo
de expedientes relacionados con la empresa de la presidente y su entorno sean colocados
a resguardo de quienes buscan indagar en los detalles de su funcionamiento,
sus números y de sus autoridades.
Y, como si fuera un cuento
borgeano, los documentos que podrían vincular a la familia Kirchner con la
corrupción duermen en el espacio preferido por el patriarca del clan, en una
bóveda vigilada por algunos de sus más fieles seguidores.
Siempre se sospechó
que las empresas vinculadas a los funcionarios de más alto rango gozaban de mucha
protección desde los organismos estatales.
En particular, cuando se trataba
de ocultar datos a jueces y periodistas interesados en revelar el entramado de
actividades ilegales que podrían rodear su creación y funcionamiento.
La Inspección General de Justicia, el órgano que registra
las compañías y su composición societaria, es probablemente el ente estatal más
cuestionado.
Fue el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Julio Alak, quien
reconoció que “en todos los poderes, en el Ejecutivo, en el Legislativo y en
el Judicial, suele extraviarse documentación o suelen sustraerla,
lamentablemente”.
La confesión del ministro sucedió en octubre de 2014, cuando
se conoció que en la IGJ se habían “perdido” los expedientes de las empresas
“Old Fund”, “London Supply” y la “ex Cicccone Calcografica”,
relacionadas
con un oscuro manejo que ligaba al vicepresidente Boudou con la compra
irregular de la imprenta.
Vale aclarar aquí, que Alak dijo que el
expediente de estas empresas pudo luego ser "reconstruído" porque los
archivos estaban digitalizados.
(Eliminando Variables) tuvo
acceso a documentos que prueban que tal protección existe.
Las autoridades de la IGJ dejaron por
escrito su intención de convertir en “material reservado” los expedientes de
Hotesur SA y Austral Construcciones SA, por la parte presidencial, y un grupo de compañías vinculadas a Amado
Boudou, como Habitat Natural SA, Searen SA, Inversiones Inmobiliarias Aspen SA
y Ruta Rentals SA.
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Memorándum 541 del 12 de noviembre del 2014 |
Semejante interés pareciera relacionarse con la importancia
que va adquiriendo la causa Hotesur a medida que se van conociendo nuevos
detalles de su funcionamiento, además de la posible existencia de vinculaciones
financieras cuestionables con el grupo de Lázaro Báez, un empresario de fuerte
cercanía con la familia Kirchner.
Se sospecha que a través de Hotesur SA se estarían lavando
dádivas recibidas a cambio de contratos otorgados a Báez.
El primer magistrado
a cargo de la investigación, el juez federal Claudio Bonadío, logró algunos
avances.
Pero fue sacado de la causa por la Cámara Federal en julio de
2015 por pedido de la defensa.
El argumento a favor del apretamiento fue un
procedimiento realizado por Bonadío en la ciudad de Río Gallegos para lo cual
se utilizó un grupo de la Policía Metropolitana porteña.
Con la salida de
Bonadío, la causa cayó en el juzgado de Daniel Rafecas, célebre por emitir
fallos controversiales a las investigaciones que rozan al poder.
Con Rafecas y su predecible comportamiento judicial,
el peso de las investigaciones quedó casi totalmente a cargo del periodismo.
Pero, para poder horadar el misterio sobre Hotesur SA y sus vínculos societarios,
es preciso conocer su composición accionaria y balances.
Es allí donde entra en
escena nuevamente la IGJ, una repartición que desde hace años es manejada por
el grupo juvenil del Kirchnerimo, La Cámpora.
Pongan todo bajo resguardo
El 14 de noviembre de
2014, el Dr. Carlos Alberto Flores, jefe del Departamento de Asuntos Judiciales
de la IGJ, le envió a la Delegada Administrativa, Lic. Karina Bellizi, la nota
N° 34/14 en la que le ordenaba “poner en guarda las copias certificadas
de los trámites…” y luego citaba a un grupo de seis empresas por su nombre
y número de trámite.
La “puesta en
guarda”, significa quitar del acceso público las carpetas de una sociedad
"sensible" y alojarlos en oficinas de los directivos.
A
diferencia de los expedientes comunes a los que se llega con el mero pago de
una tasa, los trámites bajo guarda son algo más difíciles de acceder.
En otras palabras -de acuerdo a dos fuentes de la IGJ
consultadas por los autores de este blog-, quien
acude por la ventanilla del público a buscar los trámites que están en esa
condición, van a recibir como respuesta que dichas carpetas no están
disponibles.
Deberán por lo tanto reiniciar su pedido para que quienes
tienen la custodia les permitan acceder a ellos.
Pero ese proceso, además, implica saber si pedirlos al Inspector
General, a la oficina de judiciales u otra oficina.
Mientras hacen ese trámite alertan a las autoridades de la IGJ la
procedencia de la solicitud, un asunto crucial si se trata de un periodista o
un miembro de la oposición.
Y, todavía, les queda afrontar la instancia de
ver denegada su respuesta, que puede tardar meses en llegar.
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Nota de cumplimiento de pedido por parte de Bellizi |
Ahora bien: la nota
34/14 no fundamenta el pedido ni describe el criterio para pedir que ese grupo
de empresas sean enviadas a resguardo.
El denominador común de estas seis
compañías es que todas ellas forman parte de la fórmula presidencial que
ganó en las elecciones del año 2011.
En la nota se pide
expresamente la protección burocrática de las empresas Hotesur SA,
Habitat Natural SA, Austral Construcciones SA, Searen SA, Inversiones
Inmobiliarias Aspen SA y Ruta Rentals SA.
En cada caso, se
adjunta una serie de números de trámite para cada empresa que, a menos
que los expedientes sufran de “pérdidas” como sucedió con la carpeta de la ex
Ciccone, se refieren en su mayoría a la designación de autoridades y reformas
del estatuto.
El procedimiento de "guarda" implicó sacar las
copias del archivo para su revisión jurídica, de manera que toda constancia documental quedó sujeta a que la oficina a cargo no
alterara de manera alguna el contenido de las carpetas.
Para Hotesur SA, se
sacó del archivo todos los datos de constitución societaria y un cambio de
domicilio, la mayoría de ellos anteriores al año 2010, cuando la muerte de
Néstor Kirchner cambió la estructura de propiedad de Hotesur.
Curiosamente, los
pedidos de resguardo son anteriores al allanamiento realizado por el juzgado de
Bonadío, sucedido un mes después, en diciembre de 2014.
Casi como si
actuaran de manera premonitoria, el asunto terminó justo antes que llegaron los
oficiales de Justicia.
Las fuentes consultadas
dentro de la IGJ confirmaron a (Eliminando Variables) que los expedientes de
este grupo de empresas no están disponibles al público y que los originales están
en posesión de las autoridades del organismo.
La nota 34/14, fue
originada precisamente en el avance de la causa judicial y el interés
periodístico por conocer su detalle.
En el folio 15 del sumario abierto por la Inspección
General de Justicia a raíz de la causa judicial, se observa que dicho
expediente es solicitado mediante el memorándum 541 del 12 de noviembre de 2014,
para que se realice “una copia certificada del trámite N°1732049/2843515 y
el resguardo de la misma en su despacho”.
Ese número de expediente corresponde a la firma Hotesur SA.
Lo curioso del caso,
es que el memo contenido en el sumario pide por un documento específico (N| de
Trámite 2.843.515) referido una sanción por la mora en la presentación de los
documentos societarios de parte de Hotesur SA, como si esa sanción debiera
ser sacada del escrutinio general.
El segundo pedido es
realizado por la Dirección de Sociedades Comerciales a la Dirección
Administrativa que, como se dijo, era administrada por Karina Bellizi.
Esta
funcionaria fue luego desplazada por Joaquín Velázquez Coccia, un
militante de La Cámpora.
Dos días después de hacer su pedido, Bellizi recibió el mismo requerimiento de parte de la oficina de
judiciales con el listado de las seis empresas previamente mencionadas.
Es
decir, que luego que le fuera remitido a Bellizi, se le ordenó que las copias
fueran puestas a resguardo por sus colegas de judiciales.
Y el 17 de
noviembre, la delegada administrativa
incorpora al expediente una nota en donde informa que el trámite de guarda ya
fue completado.
Desde entonces, ni siquiera los empleados rasos de mayor
confianza pueden acercarse a los expedientes que custodian los directivos de la
IGJ.
Como se dice dentro de la
Inspección, “los trámites están en la caja fuerte”.
Es un modo de
resumir cuando un documento descansa en las bóvedas de los jerarcas, donde por
ahora nadie fuera del círculo de confianza de la dirigencia camporista de la
IGJ ha logrado llegar.
Quedará también por dilucidar la ayuda oficial hacia el
vicepresidente Amado Boudou, “poniendo a resguardo” de ojos ajenos, la documentación de esas empresas.
fuente
"elimimando variables", 01.11.2015
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