Macri logró foto amable con el sindicalismo peronista y señales de moderación, a cambio de paquete extra salarial y fondos
12-02-2016 En lugar de arrojar porcentajes superiores al 30%, los dirigentes gremiales se mostraron conformes y pidieron "prudencia".
El Presidente les anunció el envío del proyecto de Ganancias, prometió fondos para las obras sociales y se mostró preocupado por los despidos en el sector privado
Luego de los fuertes cruces con los sindicatos por su rechazo a un "techo" del 25%, Maurició Macri compartió abrazos y sonrisas con los titulares de las centrales obreras, Hugo Moyano, Antonio Caló y Luis Barrionuevo, durante la reunión que se prolongó por una hora.
Junto al jefe de gabinete, Marcos Peña y el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, también se sentaron en la mesa el mercantil Armando Cavalieri, el albañil Gerardo Martínez, el peón rural Gerónimo Venegas y el líder de los gremios del transporte, Juan Carlos Schmid.
Más allá del clima de cordialidad, el mayor logro del jefe de Estado quedó plasmado en la señal de moderación que emitió el sindicalismo peronista casi de manera inmediata a la salida del encuentro.
Esto, a cambio del paquete de mejoras extrasalariales que ratificó Macri.
Como estaba previsto, el mandatario les trasmitió su preocupación por la inflación, se comprometió a enviar en los próximos días el proyecto para modificar Ganancias y a suministrar fondos a las obras sociales más adelante, cuando resuelva el frente externo.
También mencionó la promesa de reducir el IVA a la canasta básica.
La respuesta sindical no se hizo esperar. En lugar de hacer referencia a porcentajes superiores al 30% como semanas atrás, los dirigentes gremiales hicieron un balance optimista de la reunión, si bien se negaron a hablar de cifras a la hora de abordar las paritarias.
"La reunión fue positiva", aseguró Caló al término del encuentro en la Casa Rosada, al tiempo que pidió "prudencia" a los trabajadores y reveló que Macri "prometió que va a tratar por todos sus medios de mantener los puestos de trabajo".
"No voy a decir el incremento hasta que llegue el momento. Sería un error de mi parte que fije un aumento hoy y me quede corto", se excusó el metalúrgico.
La misma postura adoptó Barrionuevo quien, tras amenazar con un pedido del 50%, dijo que "no se habló del tema del porcentaje".
El sindicalista adelantó que se va a empezar a trabajar con los cambios en Ganancias y que el Gobierno reconoció una deuda de 26.000 millones con las obras sociales.
Se trata de un guiño clave para el Ejecutivo, que había comenzado a gestarse en la reunión secreta que mantuvo Macri con Moyano a fines de enero pero que se materializó recién este jueves, en momentos que el oficialismo enfrenta serios obstáculos para avanzar en su plan anti inflacionario.
En efecto, pocas horas antes de la reunión, no había certezas de cuál sería el resultado.
Un ladero del camionero, Omar Plaini, le metió presión a la puja por los salarios al sostener que la CGT Azopardo había fijado un piso del 32% para las paritarias.
Sin embargo, luego del encuentro el Gobierno ratificó sus metas de inflación.
En conferencia de prensa, Marcos Peña sostuvo que la suba de precios esperada es de "entre el 20 y el 25%", aunque precisó que las paritarias se discutirán por sectores dando a entender que la cifra no será igual para todos.
El "cambio" gremial
Acompañado de Triaca, el jefe de Gabinete destacó que comparten la "preocupación" sobre los precios y sostuvo que se van a "controlar los abusos", un reclamo común entre los gremialistas y que el Presidente reconoció este jueves al advertir que "la inflación está en niveles inaceptables".
Entre las pocas pistas que brindaron sobre la negociación, los funcionarios adelantaron que se tendrán en cuenta las condiciones de cada rubro, la evolución del empleo y el momento de renovación de los convenios.
La expectativa oficial es que en el segundo semestre el índice inflacionario baje. Por ello, una de las opciones que barajan en la Rosada es desdoblar la discusión en dos tramos.
En este caso, seria con un porcentaje en torno a la pauta oficial y una suma fija.
Ese es el esquema sobre el que avanzan Cavalieri y las cámaras de Comercio, con aval del Gobierno, y que replica el modelo de discusión adoptado en el sector bancario.
En este último caso, el gremio aceptó un bono de $5.500 y tres cuotas de $3.000 hasta marzo, cuando reinicien la paritaria.
De ese modo, los acuerdos ya no tendrían un 3 adelante y el Gobierno se garantizaría además la posibilidad de que los gremios reduzcan sus demandas más adelante.
"Subieron los precios, pero cuando se normalice van a bajar", estimó Venegas, uno de los sindicalistas más adeptos al PRO y miembro de la CGT Azopardo.
El dirigente aseguró que en la reunión se acordó que "las paritarias son libres", aunque precisó que cada sector discutirá en torno a sus posibilidades y a la rentabilidad, un criterio que antes había despertado la reacción gremial luego de que lo deslizara Triaca en noviembre pasado.
Por otra parte, Macri prometió que tratará de mantener "por todos los medios" el empleo, según revelaron los sindicalistas.
En medio de la ola de despidos en el Estado, el mensaje pareció estar más dirigido al sector privado y, en particular, a Moyano.
La decisión del Banco Central de eliminar los resúmenes bancarios en papel casi desata el miércoles un paro de caudales de los camioneros en rechazo a la posible pérdida de 4.000 fuentes laborales. Y el líder del sindicato casi pega el portazo a Macri.
Sin embargo, la foto de este jueves con una cúpula gremial "conforme" evidencia que el sindicalismo sabe mejor que nadie adaptarse al cambio y garantizar la gobernabilidad, aún en un contexto en el que, como reconocen, la gran mayoría de las medidas oficiales favorecen al sector empresario.
fuente
"iProfesional", 12.02.2016
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