24 jun 2021

CUANTO MÁS SE AGACHA…

 

 

 

 

CUANTO MÁS SE AGACHA…

 

 

 

¿Por qué Alberto no puede parar de 

meter la pata?

OPINIÓN. Hasta aquí, irremplazable vocero de su gobierno, el presidente consume lo que le queda de credibilidad y complica la difícil tarea del FdT de encontrar candidatos que no estén quemados ante la opinión pública. 

 

22 de Junio 2021

Por  

Novaro: "El problema que tiene Alberto es que no advierte que la varita ya no le funciona" (Foto: Presidencia). Novaro: "El problema que tiene Alberto es que no advierte que la varita ya no le funciona" (Foto: Presidencia).

El farsante que ha logrado engañar durante un tiempo a su audiencia, y de pronto comete un desliz, que desnuda sus trucos, se apura con toda lógica a emparchar la ilusión, tapar los resquicios por donde se le escapa la fe del público, usando lo que tenga a la mano, por ejemplo, dosis redobladas de artificios y simulación.

Si tiene suerte, quienes asisten al espectáculo dejarán pasar el momento de zozobra. 

Depende de lo rápido que el artista reaccione para frenar la bola de nieve del desencanto. 

Y de las ganas de creer que haya en la audiencia, su disposición a dejar pasar los defectos de montaje, para disfrutar del espectáculo.

No es esto lo que está sucediendo en estos días en la audiencia local frente a nuestro presidente.

Así que él insiste, redobla la apuesta, se apura a mostrar otro truco, manotea palomas, galeras, globos y conejos. 

Pero lo único que consigue es que el abismo de la desilusión se ahonde aún más.

Una de las frases polémicas de Alberto Fernández.

 

Convengamos, también influye que desde el comienzo, Alberto demostró ser un ilusionista bastante del montón. 

 Con trucos que hacían agua por los cuatro costados. 

Lo probó suficientemente con sus profesorales exposiciones para justificar la cuarentena eterna, en esos “meses de oro” de su presidencia en que parecía disfrutar del monopolio de la palabra y la autoridad sobre nuestras vidas. 

Y lo usó para tratar de volverlo aún más monopólico, cameleando con filminas alevosamente trucadas, con comparaciones absurdas y pronósticos delirantes, mientras nos metía en una doble crisis, sanitaria y económica, aún más aguda de la que soportábamos.

 

Lo único que consigue el presidente es que el abismo de la desilusión se ahonde aún más.

 

Ya entonces, Alberto mandaba fruta, decía cualquier cosa, y nos dejaba en ridículo cada dos por tres, generando conflictos con gobiernos extranjeros que habían sido despreocupadamente agredidos en sus exposiciones, y como se trataba de la pandemia, de contagios y muertes, no estaban de humor para dejársela pasar. 

Un comportamiento patológico, en suma, no solo un show político berreta, que si nuestras instituciones sí dejaron pasar, y permitieron que siguiera avanzando, impune, fue porque muchos reflejos que digamos para frenarlo no tienen, lamentablemente.

 

 

A lo que estamos asistiendo en estos días es, finalmente, a los últimos coletazos de ese penoso espectáculo. 

Que algunos compraron o toleraron por desesperación y miedo. 

Y otros porque en serio creyeron que él era, además de un buen profesor y expositor, un gobernante auténticamente atento a criterios técnicos para tomar decisiones.

Como nada de eso se reveló cierto, sus fórmulas comenzaron a cansar bastante pronto: “como siempre digo”, “soy de los que piensan”, “busqué a los que saben”, “no llegué al gobierno para algo así” y tantas otras muletillas que usa hasta el cansancio se volvieron estímulos para el hartazgo y la incredulidad ya hace demasiado tiempo como para que sea mínimamente justificado que las siga usando.

El problema que tiene Alberto a este respecto es que no advierte que la varita ya no le funciona.

Y el problema del oficialismo, que carece de alguien capaz de reemplazar a Alberto

No hay nadie que pueda hacer siquiera parcialmente el rol de vocero e ilusionista: en el gabinete son todos comparsa, y fuera de él, salvando a Cristina, Kicillof y Massa, todos con muy alta imagen negativa, nadie destaca.

Y este drama se contagia, lógicamente, a la búsqueda de candidatos para los comicios que se acercan: de allí que la única virtud que realmente ostentan los aspirantes que parecen tener más chances en estos días sea que son casi por completo desconocidos.

Es lo que sucede con Victoria Tolosa Paz y con Leandro Santoro, posibles cabezas de lista en provincia y ciudad.

Han pasado por algunos programas de televisión y dan bien, pero sobre todo tienen el mérito de que nadie sabe muy bien quiénes son, porque nunca han estado en roles destacados, no han sido legisladores ni funcionarios que dejaran alguna huella. 

No son, en suma, Sciolis, Lammens, Volnovichs, ni parecidos a ninguna otra de las muchísimas figuras que pueblan el oficialismo y, sean jóvenes o viejos, ya están quemadas, la gente los conoce demasiado bien.

 

fuente

"TN", 22.06.2021

 


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¡BIENVENIDOS, GRACIAS POR ARRIMARSE!

Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.

La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.

Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.

El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.

Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.

De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.

A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).

¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.

¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?

¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!

El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.

Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio


Mendoza, 11 de noviembre de 2009.