OTRO SINDICALISTA
Quién es "Lucho"
Giménez, el sindicalista de Télam acusado de corrupción y acoso sexual
Responde a Hugo Moyano.
Es
subgerente de la agencia de noticias y titular del gremio Sitrapren.
Está
acusado de aprietes, extorsión, cobro de retornos y acoso sexual
27 de diciembre de 2018
“Lucho”, durante una visita al papa Francisco en abril de 2014 (@luchogimenez7)
Luis Omar
Giménez, alias "Lucho", es subgerente de Télam.
Tiene un
sueldo de $120.000 mensuales –uno de los más más altos después de los
integrantes del directorio–.
Al mismo tiempo, es secretario general
del gremio de los trabajadores de la empresa estatal, Sitrapren, que tiene
cerca de 200 afiliados entre los 700 empleados de la agencia de noticias.
Giménez,
de 61 años, entró a Télam en enero de 1980 y fue escalando posiciones, tanto en
la empresa como en el sindicalismo, pero sus roles se confunden y se mezclan
sugestivamente (está de los dos lados del mostrador: como funcionario público y
como dirigente gremial) hasta tal punto que designó a un empleado de la agencia
como chofer de uno de sus tres autos, un Audi patente IUX 273.
Ahora, Giménez está suspendido por orden de la Justicia y no puede
entrar a Télam.
Pero mantiene el cargo de subgerente del departamento de
Logística e Ingresos, con oficina en el 5° piso de la sede de Bolívar al 500,
la que utilizó –hasta el fallo judicial– para las reuniones sindicales y como
depósito de los bombos, pancartas y papelería de su gremio.
Desde 2005, cuando gracias
a su jefe político Hugo Moyano logró el aval del ex presidente Néstor Kirchner
para destituir a Alberto Dearriba de la presidencia de Télam, ejerció un poder
casi permanente en la agencia estatal, extorsionando a las autoridades de
turno para lograr que le concedieran, además de beneficios para "empleados
amigos", negociados de todo tipo con distintos proveedores.
En la
práctica, mantenía una relación irregular con la cooperativa CLC –que está
integrada por monotributistas y que manejó la seguridad de los edificios
durante tres años– y con una empresa de limpieza, cuya extensión de los
contratos con la agencia defendió –aseguran– con más esmero que a cualquier
trabajador de Télam.
Hay
indicios sobre los beneficios económicos que recibían los dirigentes de
Sitrapren por esos contratos.
Hasta tal punto, que el abogado Daniel Llermanos,
apoderado del sindicato, se entrevistó con un gerente de Télam para expresarle
su temor por el futuro laboral de los integrantes de la cooperativa CLC si,
como finalmente ocurrió, la licitación derivaba en un cambio de la empresa de
seguridad.
El directorio de Télam que encabeza Rodolfo Pousá presentó una
denuncia judicial –que se tramita ante el juzgado de
Canicoba Corral– para que se investigue la presunta comisión de delitos por el
contrato con CLC.
Ya se descubrió que un ex directivo de Sitrapren, en su
carácter de jefe de Mantenimiento, aprobaba las prestaciones mensuales de la
cooperativa sin exigirle la documentación estipulada en el contrato y, además,
avalaba el aumento de las horas trabajadas por los vigiladores sin la
autorización del gerente general.
El jefe
de Mantenimiento y ex directivo de Sitrapren se llama Maximiliano Suárez y en
noviembre de 2017 fue uno de los cinco empleados que se presentaron voluntaria
y espontáneamente en la Gerencia de Legales de Télam y luego ante la Justicia
para efectuar graves acusaciones que involucran al líder de Sitrapren.
En el
caso de Suárez, admitió que él fue parte de una maniobra por la cual se
pactaron sobreprecios con la cooperativa de seguridad CLC y confesó que,
presionado por Giménez, tuvo que aprobar el pago de horas extras de vigilancia
que nunca se hicieron, hecho que le permitió al titular de Sitrapren obtener de
esta forma unos 130.000 pesos mensuales.
Y que por "su mala relación con
La Cámpora" no podía acceder al libro de actas donde se registraban las
novedades y los nombres de los vigiladores.
En la misma línea, Ernesto
Olagüe, ex secretario adjunto de Sitrapren y empleado del área Logística de la
agencia, confirmó la maniobra acordada con la cooperativa CLC y reveló que le
llevaba a Giménez sobres con dinero que eran de proveedores de Télam como X
Salud, Euro Comunicaciones y Prensa Satelital.
También contó que en una oportunidad Giménez le dio un portafolio
con 2 millones de pesos para que los cambiara a dólares en una
"cueva" de la avenida Corrientes y San Martín.
E incluso, habló de
$20.000 mensuales que le pagaba a Giménez la anterior empresa de limpieza,
Uadel, para que le agilizaran los pagos.
Los otros
empleados que denunciaron a Giménez ante la Justicia son los siguientes:
Nahuel Cruz Amarilla, jefe de división de la sección
Cobranzas, denunció que Giménez lo había "obligado" a poner tres
propiedades a su nombre y lo forzó a firmar un poder amplio de administración y
disposición por el cual le cedió al sindicalista la potestad de vender,
alquilar o disponer de esos bienes (presentó las escrituras correspondientes).
Contó incluso que él mismo, y no Giménez, debió hacerse cargo del pago de los
gastos del contador y de las obligaciones ante la AFIP.
También dijo que,
cuando existía el cepo cambiario, Giménez enviaba a empleados de Télam que
trabajaban a sus órdenes a diversos bancos para que compraran dólares para él.
Julio César Valcarcel, que trabaja en la sección
Automotores como chofer, denunció que Giménez lo hacía sentir su
"sirviente personal": bajo amenazas de despedirlo si no cumplía con
sus órdenes, el dirigente lo utilizaba como su chofer personal para buscarlo o
llevarlo a su casa o para que hiciera lo mismo con su hijo, Federico Giménez,
dentro del horario de trabajo.
Habló incluso de dos oportunidades en que fue a
buscar paquetes y sobres de contenido sospechoso.
Leonor Lamberto, empleada del comedor de Télam,
dijo que el líder de Sitrapren le hizo insinuaciones sexuales por
teléfono, delante de un testigo, en agradecimiento a una
recategorización que aquél le habría conseguido (Olagüe confirmó que fue
testigo de esa charla).
Además, denunció que en el comedor de la empresa, que
estaba bajo el control de Giménez, había visto facturas vinculadas a la compra
de mercadería que "venían en blanco y sin importe" (tema que se está
investigando en la agencia).
Los testimonios de los
cinco empleados contra Giménez llevaron a las autoridades de Télam a pedir su
desafuero ante la justicia laboral, algo concedido en marzo pasado por el juez
Ricardo Jorge Tatarsky, titular del juzgado nacional del Trabajo N° 52, que
dispuso la suspensión de la prestación laboral al considerar que su presencia
"constituye un peligro para la seguridad de los bienes y del personal de
Télam".
Este
fallo fue ratificado por la Cámara de Apelaciones del Trabajo hasta el dictado
de una sentencia definitiva que permitiría el quite del fuero sindical y su
despido de la empresa.
En la
sentencia, firmada por los camaristas Luis Alberto Catardo y Víctor A. Pesino,
se destaca que los testimonios de cinco empleados de Télam que efectuaron
distintas acusaciones contra Giménez ante la Justicia "se muestran como
concordantes y uniformes respecto de inconductas de extrema gravedad que no
pueden soslayarse".
Catardo y
Pesino consideraron "correcto" el análisis efectuado por Tatarsky en
su sentencia cuando menciona que los denunciantes de Giménez "se refieren
al trato despectivo y con notas de acoso que ejercía sobre las mujeres, la
actitud intimidatoria y el pedido de favores personales, las anomalías en la
facturación del servicio de seguridad y el pedido de un porcentajes para que se
le facturen rápido los servicios prestados; el cobro por caja de los aportes de
la empresa que luego eran entregados en mano a Giménez y que luego éste llevaba
a su domicilio, y la denuncia de pedido de sobornos a la firma UADEL , que
proveía servicios de limpieza a Télam, a cambio de una facturación
rápida".
Y agregaron: "Es relevante también lo dichos de un empleado
en cuanto a que el demandado le puso tres departamentos a su nombre".
Investigado
por enriquecimiento ilícito
En el mes
de abril, luego de investigarlo a partir de varias denuncias, la Oficina
Anticorrupción (OA) que encabeza Laura Alonso, denunció a Giménez ante
la Justicia por enriquecimiento ilícito y omisión maliciosa de bienes en su
declaración jurada, causa que está en manos del juez federal
Sergio Ramos.
En la
presentación de la OA se afirma que el sindicalista tiene tres autos a su
nombre y varias propiedades, algunas de las cuales no fueron declaradas.
También
aparecen presuntos pedidos de coimas a dueños de medios para cumplimentar el
pago de la pauta publicitaria oficial, el cobro en una cuenta personal de
Giménez de la cuota sindical del gremio que lidera, la utilización de un
empleado de la agencia como su chofer y la insinuación sexual a una empleada a
cambio de un ascenso de categoría.
En el
informe de la OA figura que, según datos de la Dirección Nacional de
Migraciones, Giménez registró 30 salidas del país entre 2007 y 2017 a destinos
como Panamá, Francia, Italia, Gran Bretaña, Venezuela, Ecuador, España, Brasil,
Estados Unidos y Paraguay.
Fuente
“infobae”, 27.12.2018
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