ESPAÑA Y…
TEMA PENDIENTE
El Gobierno alega
motivos de seguridad para prohibir la inhumación de Franco en La Almudena
El Ejecutivo no podría evitar
enfrentamientos en la cripta y la zona se colapsaría con riesgos para el orden
público
Cripta de la catedral de La Almudena donde está enterrada la hija de Franco. SANTI BURGOS / VÍDEO:ATLAS
Un informe de 12 páginas de la delegación de Gobierno de
Madrid concluye que los restos no deberían bajo ningún concepto enterrarse en
la cripta de la catedral de La Almudena por motivos de orden público, de riesgo
de amenazas terroristas, de colapso de la zona en fechas señaladas o de
enfrentamiento entre partidarios y detractores dentro de la cripta, donde la
policía no puede entrar por ser un lugar sagrado.
El expediente está pues listo
para las alegaciones finales de la familia y la decisión del Consejo de Ministros.
Cuando comprobó que no podrían
evitar la exhumación, la familia Franco buscó otra manera de complicarle la
vida al Ejecutivo al reclamar que la inhumación se produzca en la cripta de la
catedral de La Almudena, en pleno de centro de Madrid, donde los Franco tienen
comprado un espacio y está enterrada Carmen, la hija del dictador.
Después de las
dudas iniciales, el Gobierno decidió que bajo ningún concepto se enterraría
allí, algo que sería inédito porque ningún dictador europeo reposa en una
catedral.
La vicepresidenta, Carmen Calvo, viajó incluso a Roma para tratar el
asunto en el Vaticano con Pietro Parolin, mano derecha del Papa, y promovió una
reforma de la Ley de Memoria Histórica para impedir que los restos vayan a La
Almudena.
Pero el PP y Ciudadanos han bloqueado la tramitación de esa reforma,
así que el Ejecutivo ha optado por otra vía directa que apela a la defensa de
derechos fundamentales de los ciudadanos como los de integridad física y moral,
libertad religiosa, libertad y seguridad y manifestación y reunión para impedir
que los restos vayan a La Almudena.
En el expediente
aún no figura el lugar de enterramiento alternativo.
El Ejecutivo querría que
fuera la familia quien lo planteara, pero si no lo hace, algo que en este
momento es lo más probable, el Gobierno podría imponer otro y el que más
posibilidades tiene es el cementerio de Mingorrubio (El Pardo, Madrid), donde
está enterrada la esposa del dictador.
En cualquier caso el expediente está
llegando a su fin.
Ahora se trasladará a la familia y a otras partes los
informes y tendrán 10 días para hacer alegaciones desde el momento en que les
lleguen.
Después, el Consejo de Ministros tomará la decisión y Franco será
exhumado si el Tribunal Supremo no lo impide, algo que el Ejecutivo, que ha
cuidado todos los aspectos legales, ve altamente improbable.
El informe de la
Delegación del Gobierno, que se incorpora al expediente con otros dos de la
Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial que no
ponen objeciones a la exhumación en el Valle de los Caídos, es muy claro y
alega varios problemas, alguno de ellos muy grave.
Primero, el riesgo
terrorista.
En 2018 visitaron la tumba de Franco en el Valle de los Caídos
366.000 personas.
El Gobierno cree que el número aumentaría por la facilidad de
acceder a un lugar en el centro de Madrid, y no a 60 kilómetros como el Valle
de los Caídos.
“La ubicación plantea evidentes problemas desde la perspectiva
de la eventual actividad terrorista. Nos encontramos desde hace años en un
nivel de alto riesgo terrorista, el 4, que obliga a prestar singular atención a
centros o instalaciones emblemáticas o lugares en los que se prevea la
existencia de especiales concentraciones de ciudadanos”, señala el informe.
Segundo, el de colapso de la zona, especialmente la calle Bailén, sobre todo en
fechas señaladas como el 20 de noviembre.
“Según reiterada jurisprudencia del
Tribunal Constitucional, este tipo de situaciones representan una amenaza
importante para el orden público”, señala el informe.
Otro riesgo importante que
alega el texto para desaconsejar la inhumación en la cripta de La Almudena es
“que se produzcan episodios de conflictividad política y desórdenes públicos”.
“La ubicación de los restos de Francisco Franco en un lugar emblemático como la
catedral podría espolear a la extrema derecha al tiempo que ofendería a sus
víctimas y a muchos sectores sociales y políticos”.
El texto recuerda un
episodio reciente, el del enfrentamiento el 18 de noviembre entre falangistas y
un grupo de mujeres de Femen.
“La inhumación en La Almudena aumenta la
probabilidad de que se produzcan provocaciones, conflictos, agresiones, en
suma, violencia”, explica el informe.
Riesgo de enfrentamientos
El texto apela a una sentencia
de 2018 del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que avaló la decisión de prohibir la exhibición de esteladas (banderas
independentistas) en la final de la Copa del Rey en 2016 por el riesgo de
enfrentamientos.
Y cree que en el caso de los restos de Franco ese riesgo sería
muy superior y permanente, prácticamente imposible de controlar, con el
agravante de que la policía no puede entrar en la cripta ni en la catedral por
tratarse de un lugar sagrado, con lo cual no podría ni prevenir ni resolver episodios
de violencia frente a la tumba.
El informe concluye que si se
inhumara allí, algo que ni siquiera la Iglesia ve con buenos ojos, se estarían
violando los derechos de las personas que quieran acudir a la catedral no para
visitar la tumba sino con fines religiosos, porque tendría que cerrarse en
varias ocasiones para garantizar la seguridad.
Se estaría limitando así la
libertad religiosa.
También se verían limitados los derechos de las personas
que viven o trabajan en la zona, que se vería afectada por estas aglomeraciones
y problemas de seguridad.
Por todo ello, el Gobierno entiende que el derecho de
los familiares a enterrar a Franco donde ellos consideren oportuno “no puede
entenderse en modo alguno como un derecho fundamental reconocido constitucionalmente,
sino, a lo sumo, como un derecho subjetivo que puede ceder proporcionadamente
cuando lo exijan razones de interés general basadas en derechos fundamentales
más poderosos como es el caso".
Este es el punto clave.
Los Franco apelan
a su derecho a enterrar donde quieran a su abuelo, pero el Gobierno apela a los
derechos superiores de miles de ciudadanos que circulan por la zona.
Nadie se anima a dar
plazos precisos porque ya se han incumplido demasiadas veces y ahora empieza el
lento proceso de comunicar a todas las partes las novedades para que puedan
hacer alegaciones.
Pero ya no puede retrasarse mucho más.
En unas pocas
semanas, los restos de Franco saldrán de la “tumba de Estado”, según palabras
de Calvo, en la que lleva 43 años, algo insólito entre los dictadores del
planeta, para reposar en un lugar más discreto y similar al del portugués
Antonio de Oliveira Salazar o el italiano Benito Mussolini.
Fuente
“EL PAÍS”,
España, 28.12.2018
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