El paro se pudo levantar pero la interna se recalienta: las pujas de poder detrás del conflicto en Aerolíneas Argentinas
21-09-2016 Las paritarias tensaron las relaciones con las autoridades y reavivaron la pelea por el futuro de la compañía estatal.
Isela Costantini, entre las quejas gremiales por la "liberalización" del sector y la presión oficial para avanzar en un ajuste drástico
Es que la huelga encabezada por los gremios UALA y APLA no solo tensó las relaciones entre los sindicatos y la titular de Aerolíneas, Isela Costantini.
Ese es el telón de fondo de los cruces recurrentes entre el ministro de Hacienda, AlfonsoPrat Gay, y el titular del Banco Central, Federico Sturzeneger, cuando discuten el nivel de las tasas.
Lo que está en juego no es el ajuste, sino el ritmo de la recesión y, asociado a ello, la magnitud de los recortes.
reducido casi en un 40% los fondos destinados a subsidios.
La misiva que rápidamente trascendió apuntaba al vicejefe de gabinete y ex directivo de LAN Argentina, Guillermo Lopetegui.
Ahora el conflicto parece haber tomado mayor vuelo.
El propio Presidente lo hizo evidente: en lugar de utilizar la empresa estatal como estaba previsto, viajó en un avión privado a Nueva York para participar de la asamblea de la ONU. La misma decisión había tomado antes en su visita a Qatar y China.
La Federación Argentina de Personal Aeronáutico (FAPA), que nuclea a los cinco principales gremios de la actividad, se encargó de alimentar la interna al atribuir el fracaso de la paritaria y el paro a los planes más liberales de Lopetegui.
Así, según advierten los gremios, las transportadoras continentales cubren trayectos en los que la compañía estatal no puede competir, acaparando la crema del negocio y sustituyendo empleos, sin siquiera operar aviones matriculados en Argentina.
Costantini, en cambio,aparece en el radar de la FAPA como una aliada, antes que una funcionaria del Gobierno.
"Una cosa es el Estado y otra Aerolíneas Argentinas. Lopetegui implementa una política de competencia desleal, mientras que Isela quiere aumentar las rutas", señaló a iProfesional uno de los cinco dirigentes que encabeza la federación aeronáutica.
Rescatan el diálogo con los sindicalistas pero interpretan la conflictividad gremial en clave política: consideran que la huelga fue "inesperada" ya que la negociación recién vence a fines de septiembre y que apuntó a dividir las aguas dentro del Gobierno.
Así las cosas, la protesta abrió un interrogante sobre el futuro de la alianza entre Costantini y los gremios.
Hasta ahora, la titular de la línea de bandera como su jefe directo, el ministro de Transporte Guillermo Dietrich, se vanagloreaban (sic) de llevar adelante una política de recortes sin despidos.
También se reconoció que, si bien el déficit era de u$s500 millones, se pudieron achicar costos en más del 30% mediante renegociaciones de pasivos.
- El desarrollo de la industria nacional con trabajo argentino
- La conservación del piso de la banda tarifaria para evitar la llegada de empresas low-cost
- El reclamo hacia el grupo LAN para que la compañía chilena realice inversiones en Argentina
- Se reforzó el comrpomiso (sic) de no levantar las rutas al exterior
Si bien se inauguraron cinco frecuencias semanales a Río Cuarto y se mantuvieron los vuelos a Miami, también se dieron de baja viajes a la Patagonia y la ruta a La Habana por ser considerados menos rentables.
A la vez que se intensificaron los guiños a las low-cost.
Con un 78% del presupuesto ya ejecutado a fines de julio, las presiones para achicar el déficit volvieron a poner a prueba la cintura política de Costantini.
La conducción de Aerolíneas dijo que analizaba el financiamiento para alquilar aviones hasta el denominado "sales and lease back", que consiste en la venta de naves para luego alquilarlas.
La principal crítica apunta contra el "cogobierno" con los gremios, al que ven como una traba para implementar un ajuste más drástico que permita reducir costos, achicar planteles y abrir los cielos al resto del mercado.
El otro límite nace de la propia conducción, en donde las cuatro gerencias principales provienen de la gestión de Mariano Recalde.
Ella se ve presionada a responder si la empresa sale o no sale adelante, pero los que se quedaron quieren que le vaya mal", dijo a este medio Franco Rinaldi, experto del sector aeronáutico.
Es que si bien logró ocupar un 75% de sus asientos, todavía por debajo del promedio del 79% en la región y del 80% en el mundo.
Más bien, en el sector lo atribuyen al efecto de la devaluación sobre el costo laboral en dólares y al precio del petróleo, que disminuyó un 30% respecto del que pagaba Recalde en 2015.
Así las cosas, la paritaria aeronáutica amenaza con convertirse en la más dura del segundo semestre.
No sólo porque se trata de gremios con capacidad de fuego, sino también porque los pedidos de aumento de un 50% complican al Gobierno en su rechazo a la reapertura de la discusión salarial en otras actividades, que pactaron subas por mucho menos.
El sindicalista apostaba a convertirse en secretario de Transporte de un eventual gobierno del Frente para la Victoria.
Así, de los 1.000 pilotos afilados, solo 230 votaron en la última huelga, según fuentes gremiales.
En la FAPA, si bien la medida fue apoyada por AAA y la APA, solo los pilotos la llevaron adelante.
"El año pasado se negoció con los cinco gremios juntos y APTA por separado, y este año decidieron quebrar la mesa de negociación y discuten individualmente. Eso te da más bronca", apuntó el viernes pasado Costantini.
En los días previos al paro, los gremios cuestionaron la autorización de rutas a LAN Perú, Sky Airlines, Copa, LATAM Brasil y Air Europa "sin exigir que se cumplan con los requisitos de equidad y reciprocidad para que dichas rutas también sean operadas por empresas nacionales".
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