ADUANA Y... EL COLADOR
Mafia de la Aduana de Ezeiza: Auditoría encuentra graves fallas y complicidades
Las falencias fueron develadas por un extenso informe a pedido de la empresa Aeropuertos Argentina 2000
REDACCIÓN NEXOFIN
Domingo 11 de septiembre de 2016
Un informe de la consultora SSI cuya elaboración fue ordenada por Aeropuertos Argentina 2000 expuso graves irregularidades y falencias en los sistemas de inteligencia y control aduanero dentro y alrededor del aeropuerto internacional de Ezeiza.
El trabajo destaca que l (sic) principal obstáculo para combatir el contrabando son los propios empleados de la Dirección General de Aduanas (DGA).
El informe de SSI llegó hasta 2014 y provocó el despido de un grupo de ejecutivos y empleados de la Terminal de Cargas Argentina (TCA).
Además señala a la Aduana de Ezeiza como una zona de alto riesgo, donde se mezclan efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), espías de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), aduaneros que cumplen sus tareas y otros que juegan para el contrabando mientras acumulan fortunas.
La primera “práctica ilícita” que expuso ese informe es “el movimiento de contrabando en cantidad”, o sea, el traslado de la mercadería que bajó de un avión, sea en embalajes o pallets, a otro predio fiscal -“zona primaria aduanera”, en la jerga-, fuera del aeropuerto, para que allí complete los trámites aduaneros.
La mercadería sale así de Ezeiza como “en tránsito” en el sistema informático aduanero y en los registros del depósito fiscal del depósito fiscal TCA, sin pasar por una inspección, a bordo de un camión que lo lleve a otro depósito.
Esa maniobra permite que el paquete que se quiere contrabandear abandone el aeropuerto y se desvíe a otro lugar antes de llegar a las instalaciones de la Aduana, alertaron los antiguos expertos de la CIA y la Customs Agency.
Otra de las prácticas ilícitas más habituales entre los aduaneros es retener mercaderías durante largos períodos hasta que el afectado se aviene a coimear para obtener la “liberación de la carga”.
Durante las últimas semanas, en tanto, la Aduana quedó otra vez bajo la lupa.
Primero por el desplazamiento de su titular, Juan José Gómez Centurión. Segundo, porque el ex funcionario dijo que recibió un anónimo que detallaba dónde se encontraban 12 barriles de pseudoefedrina.
Lo denunció a la Justicia, que logró ubicarlos, calificados como “tránsito retenido” desde 2011 y con solicitud expresa de custodia por parte de la Aduana.
La última práctica ilícita habitual entre los aduaneros es la más grotesca de todas: la desaparición de los paquetes (grandes o pequeños) en los depósitos fiscales.
fuente
"nexofin", 11.09.2016
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