- Miércoles, 18 de marzo de 2015
Luis Mansilla, de 63 años, sufrió una descompensación mientras esperaba ser atendido. Al parecer iba a averiguar qué trámites hacer para acceder a la jubilación. Ante las quejas por las demoras, el titular del organismo en Mendoza defendió el servicio.
Luis Mansilla, de 63 años de edad, era el hombre que se descompensó y murió en la sede de Anses del departamento sureño según confirmó el subcomisario Víctor Ballejo, de la Comisaría 24. Al parecer, iba a averiguar para comenzar los trámites jubilatorios.
Mansilla esperaba su turno en la delegación de Anses ubicada en Saturnino Torres (E) 25, frente a la plaza central de Malargüe. Sobre lo ocurrido, el jefe de la repartición nacional en el departamento, José Luis Aguilera, comentó que el hombre llegó a la sucursal minutos antes de las 8, se sentó en una de las sillas de espera y comenzó a charlar con otra persona.
En un momento determinado “respiró fuerte dos veces y luego cayó al piso desvanecido”, relató. Ante esta situación, los empleados de Anses llamaron al servicio de emergencia y a los 5 minutos la ambulancia arribó al lugar pero se constató que Mansilla ya no tenía signos vitales.
Aguilera comentó además que ninguno de los empleados había visto antes a Mansilla, por lo que creen que fue a averiguar qué trámite debía hacer para jubilarse, teniendo en cuenta que tenía 63 años de edad y le faltaban dos para recibir su jubilación. Como también se constató que no recibía ningún dinero de otra prestación de Anses.
Las demoras
La oficina de la repartición en Malargüe recibe alrededor de 250 personas por día y el horario de de atención comienza a las 7.30 y se extiende hasta las 13.30. Cuenta con un equipo de trabajo integrado por seis personas que atienden al público y una que se encarga de realizar trámites administrativos.
Allí, en el ingreso, los asistentes sacan un número y a la hora de esperar ya hay alrededor de 30 sillas ocupadas. Sobre la cantidad de tiempo de espera para ser atendidos, Aguilera explicó que eso depende del trámite que se realice.
En esta línea puntualizó: “No es lo mismo una constancia de CUIL, que la hacemos en un par de minutos, a cuando piden información para jubilarse, porque en ese caso tenemos que revisar toda su historia laboral”.
El jefe de la Anses en Malargüe comentó que con la finalidad de acercarles el servicio a los usuarios, un grupo de personas se traslada con frecuencia hasta algunas plazas de barrios y allí realizan algunos trámites. Por ejemplo, en esta época se entregan certificados escolares, teniendo en cuenta la gran demanda. Como así también cuando una persona no puede trasladarse hasta la oficina un empleado de la Anses va hasta el domicilio de la persona.
Al cierre de esta edición se aguardaban los resultados de la necropsia de rigor, que permitirán conocer las causas del deceso de Mansilla.
En cuanto a las demoras en la atención de la gente en las oficinas de Anses en la provincia, ayer el titular de la delegación del ente en Mendoza, Héctor Rasso, las desmintió y aseguró que se ha agilizado el tiempo de espera.
“Antes había colas en la vereda y ya no hay”, aseguró por radio. Sin embargo, Los Andes pudo constatar ayer en la sede de Capital que había una larga fila de personas esperando afuera para ser atendidas.
Largas esperas y mucha bronca en la sede central
En la sede central de Anses, ubicada en calle Eusebio Blanco de Ciudad, hubo ayer incidentes por las largas esperas a las que se somete a la gente, la mayoría ancianos, embarazadas y mamás con recién nacidos.
A las 7 y media de la mañana se cerraron las puertas, cuando había una larga cola en la vereda. Un empleado avisó que solo se atenderían turnos dados previamente -cosa casi imposible de conseguir- y un hombre que esperaba sin turno le dio un puñetazo al empleado.
Mientras que el gremio que nuclea a los empleados (Asociación del Personal de los Organismos de Previsión Social, Apops) salió a reclamar mayor seguridad, la gente se hartó de las esperas. Es que, mientras decenas de ancianos y embarazadas esperan por atención, se ven muchos escritorios para la atención vacíos.
Quien va a las 7.30, con suerte puede ser atendido al mediodía. En el medio hay que soportar el calor y armarse de paciencia.
Alicia Pulo, de Apops, dijo que están “sobrecargados”. Esto a pesar de que, según un informe publicado por el diario La Nación, Anses subió su nómina de personal un 137%. “Están totalmente sobregirados los turnos, no tenemos el personal ni las medidas de seguridad indispensables para atender a la gente”, dijo, aunque en la sede siempre hay al menos tres policías.
“Desde hace tiempo reclamamos esto. La gente que atiende público es gente que mandó la Gerencia Regional o de La Cámpora, que los han mandado de otros lugares para reemplazos, lo cual no nos ayuda en nada. Queremos exigir medidas que nos ayuden a los trabajadores”, se quejó Pulo.
La gremialista dijo que están a punto de tomar medidas de fuerza. En el medio está la gente, que se sienta a esperar y ve decenas de escritorios vacíos. Ayer trascendió que solo en esa oficina hay 11 empleados con licencia por enfermedad.
FUENTE
"LOS ANDES", 18.03.2015
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