11 dic 2019

VICE... PRESIDENCIALISMO… HIPER















VICE...  PRESIDENCIALISMO…
HIPER


¿Nace el Hiper Vice Presidencialismo?

Para el politólogo Luis Tonelli El primer desafío de Alberto Fernández “será la construcción de una autoridad presidencial”.


"Alberto Fernández deberá cohabitar con el liderazgo político de Cristina Fernández y Cristina Kirchner", analiza Tonelli. 



LUIS TONELLI * - 09/12/2019


Alberto Fernández asumirá la Presidencia de la Nación ante una serie de situaciones institucionales inéditas que van a marcar a fuego su llegada a la Casa Rosada. 

El nuevo Presidente estará acompañado por la personalidad excluyente y polarizante de Cristina Fernández de Kirchner, en su carácter de vicepresidenta (disparando la chanza que, en la Argentina estemos quizás ante un nuevo y exótico sistema de gobierno: el "Hiper Vice Presidencialismo").

La estrategia electoral de presentar un verdadero "caballo de Troya transparente" -ya que se distinguía claramente en su interior a la ex presidenta- igual sirvió para neutralizar el rechazo que ella despertaba en el electorado y reunir así decisivamente a todo el peronismo.

Sin embargo, a partir de su victoria en las urnas, Alberto Fernández se vio sometido a un desgastante proceso de proliferación de rumores en torno a quienes serían sus colaboradores. 

Las supuestas marchas y contramarchas en esos nombramientos dejaron la impresión que el flamante Presidente ha perdido ya a varios ministros aunque todavía ni siquiera se calzó la banda presidencial.





 Por el otro lado, por primera vez en la historia de nuestra democracia reciente, el peronismo asumirá el gobierno en un traspaso de continuidad y no en uno de ruptura, sin un estallido previo como el de 1989 o el de 2001 que lo habilitó para reclamar y ejercer superpoderes de emergencia

De este modo, el Presidente Fernández enfrentará una situación crítica en la economía que está lejos de haber encontrado su piso y que deberá resolver dentro de ese contexto institucional limitante.

El primer desafío, ineludible y decisivo, será entonces el de la construcción de una autoridad presidencial que no deriva de un mandato electoral (ya que la contribución decisiva de los votos ha sido del kirchnerismo y, en menor medida, de los electorados cautivos de los gobernadores e intendentes peronistas). 

En la Argentina, los Presidentes no son meros Jefes de Gobierno, sino que en su carácter de Jefe Supremo de la Nación se espera de ellos un liderazgo simbólico que no puede aparecer, de este modo, como compartido o disputado.







Sin embargo, Alberto Fernández deberá cohabitar con el liderazgo político de Cristina Fernández y la pregunta es si este hecho de la realidad limitará su margen de acción para las decisiones que le impone la grave situación económica y demanda apoyos internacionales que pueden verse dificultados por la postura ideológica del grupo político que lidera la vicepresidenta

El Presidente deberá encontrar consensos y pulsear algunos disensos diferenciadores con Cristina Fernández y los suyos, pero la clave está en la construcción en paralelo de una robusta gestión presidencial.

Seguramente, esa situación lo ha llevado a preferir un gabinete sin figuras de peso políticas -salvo la del del canciller Felipe Solá-, dispersándolo en múltiples mini-ministerios, y un superministerio, el de Producción, que aunque reunirá carteras muy importantes aparece presidido por un cultor del bajo perfil como lo es Matías Kulfas. Esto le da un protagonismo en la gestión no disputado al Presidente e intenta una coordinación mayor del área económica que la atomización decisional del presidencialismo segmentado de Mauricio Macri y Marcos Peña. 

Pero siempre es más fácil coordinar pocos ministerios jerarquizados, y más en tiempos críticos, que muchos y débiles. 

Para ello contará con la asistencia en la Jefatura de Gabinete de Santiago Cafiero y Cecilia Todesca -como controllers político y económico respectivamente-.







La construcción de la autoridad presidencial será directamente proporcional a la gobernabilidad que exhiba Alberto Fernández desde el minuto cero, y en la Argentina, sus indicadores más elocuentes son la estabilidad del dólar y el control del conflicto social. 

Las decisiones iniciales tendrán que asegurar confianza, aunque al frente de la conducción económica se ha nombrado a un joven académico, Martín Guzmán, experto en deuda sin ninguna experiencia de gestión, que tendrá que hacerse cargo del principal problema macroeconómico, que es el del financiamiento externo. 

Por contraste, el Banco Central será presidido por alguien con mucho rodaje como Miguel Pesce, que fue vicepresidente de ese organismo del 2004 al 2015 y Secretario de Hacienda y Finanzas de CABA en las épocas críticas que rodearon el estallido del 2001.

La constitución de ese núcleo de gobernabilidad es el que a Alberto Fernández le permitirá hacer pie para avanzar en la resolución de los graves problemas sociales y económicos que enfrenta la Argentina. 

Seguramente, demande de un dispositivo aceitado de comunicación con la vicepresidenta, quien sentará sus reales sobre el Congreso Nacional y tendrá influencia importante sobre el Gobernador de Buenos Aires, Axel Kicilloff.

Todo esto pondrá a prueba la ideologización que últimamente exhibió el Presidente electo.

Se sabe que en momentos críticos, las palabras prueban su validez casi inmediatamente, ocupándose la realidad misma de dejar en claro su efectividad o el fracaso para dar cuenta de ella. 

El primer desafío, ineludible y decisivo, será entonces el de la construcción de una autoridad presidencial.

(*) Director de la carrera de Ciencia Política de la UBA

Fuente
“CLARÍN”, 09.12.2019


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Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.

La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.

Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.

El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.

Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.

De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.

A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).

¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.

¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?

¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!

El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.

Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio


Mendoza, 11 de noviembre de 2009.