También describió el modo con el que, según él, el propio ex ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, le exigió que le traspase de un modo no especificado acciones de IMPSA para poder así empezar a ganar licitaciones de obras públicas.
Pescarmona aseguró que se vio obligado a pagar coimas, entre otras variables, porque la Presidencia de Venezuela le frenó “durante trescientos días” los pagos para poder construir la central hidroeléctrica Macagua I.
Pescarmona confesó que entregó dinero al número dos de De Vido, el recaudador Roberto Baratta, porque desde el Ministerio de Planificación Federal le dijeron que solo a través de una gestión desde Buenos Aires volvería a fluir el dinero en Caracas para Managua I, según fuentes del caso consultadas por Clarín.
En su declaración como arrepentido, Pescarmona habría detallado que Baratta pasó a buscar por su propia casa bolsos con plata.
Y aseguró que mantuvo al menos dos reuniones con el propio ex súper ministro De Vido.
En uno de esos encuentros, afirmó que el ex funcionario, en pleno poder, lo presionó para quedarse con parte de su empresa, lo que le traería entonces beneficios a los dos.
El ex super ministro le respondió con un exabrupto, reproduce el acta de homologación del acuerdo de “arrepentido” de Pescarmona.
La empresa IMPSA ganó, en principio, licitaciones de obras de energía muy relevantes, como la construcción de la represa Cóndor Cliff-La Barrancosa en Santa Cruz.
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