ESPAÑA:
REFORMA PREVISIONAL
El Pacto de Toledo
llega a un acuerdo para volver a ligar la revalorización de las pensiones al
IPC
La comisión parlamentaria desatasca el
punto que se había convertido en el principal escollo para una futura reforma
de la Seguridad Social
Un amplio acuerdo en la
comisión parlamentaria del Pacto de Toledo ha salvado un gran escollo para
renovar las recomendaciones del Pacto sobre una futura reforma de pensiones.
El
acuerdo alcanzado implica que los pensionistas mantengan su poder adquisitivo,
que se garantizará “en base al IPC real”.
Este punto se había erigido en un
obstáculo insalvable que, desde marzo, amenazaba con hacer descarrilar las
conversaciones de esta histórica comisión.
Este miércoles finalmente se ha
logrado un principio de acuerdo en torno a un texto muy genérico e, incluso,
algo contradictorio, que permite “un pacto de mínimos”, según el portavoz del PdeCAT,
Carles Campuzano.
Este paso, con ser importante, no es definitivo, ya que solo
es una recomendación de las 22 que componen el Pacto.
Manifestación de pensionistas frente al Congreso de los Diputados, el 19 de septiembre. EUROPA PRESS | ATLAS
El pasado invierno las
movilizaciones de pensionistas le cambiaron el paso al Congreso de los
Diputados.
El Pacto de Toledo, la comisión parlamentaria donde se abordan los
asuntos de pensiones, avanzaba lentamente en sus trabajos para renovar las 22
recomendaciones para una futura reforma de la Seguridad Social, pero avanzaba.
Los miembros de la comisión, conscientes de que la revalorización anual y el
mantenimiento del poder adquisitivo de los jubilados iban a ser un importante
escollo, lo habían orillado.
Pero la dimensión de las manifestaciones forzó el
cambio de planes de los diputados y obligaron al entonces presidente del
Gobierno, Mariano Rajoy, a comparecer en el Congreso.
Y tras ese tiempo se ha llegado a un "acuerdo
de mínimos que, fundamentalmente, pretende salvar la viabilidad del Pacto de
Toledo", ha descrito Carles Campuzano, portavoz del PdeCAT en la comisión
y su miembro más veterano.
Pero esa entente mínima aclara algunas cosas: los
pensionistas deben mantener su poder adquisitivo y el elemento central para
medirlo será "la revalorización anual de las pensiones en base al IPC
real".
Esto quiere decir, ha expuesto el diputado de Compromís, Ignasi
Candela, que las prestaciones no deben perder capacidad de compra respecto a
los precios al acabar el año.
Pero si el principio de acuerdo
es muy amplio —solo ERC está pendiente de darle su visto bueno— la
interpretación del texto que concita ese consenso amplio no lo es tanto.
No es
extraño. Las recomendaciones del Pacto de Toledo son líneas básicas que, una vez
cerradas, dejan mucho margen a diferentes lecturas que el Gobierno debe
concretar: primero en las negociaciones con los agentes sociales y,
posteriormente, otra vez en el Congreso, durante la redacción definitiva del
texto legal.
En esta ocasión las propias palabras del acuerdo abren la puerta a
interpretaciones contradictorias.
Esto último se ha visto, incluso, en la presentación del
texto que han hecho sucesivamente todos los portavoces.
Los partidos a la
izquierda del arco parlamentario ven que cuando se apruebe la futura reforma de
pensiones se volverá exclusivamente a la revalorización anual con el IPC.
“Volvemos recuperar el IPC.
No habla de otro factor ni de ningún indicador”, ha
señalado la portavoz del PSOE, Mercè Perea, quien también ha destacado que,
como dice el texto pactado, “el desarrollo de lo establecido en esta
recomendación deberá ser consultado y debatido en el seno de esta Comisión”.
Varios portavoces interpretan de esta frase que cualquier cambio circunstancial
sobre el mecanismo de revalorización pactado, como la congelación de pensiones
de 2011, debe pasar por el Pacto de Toledo.
“No va
a haber otras variables”, han indicado las portavoces de Podemos, Yolanda Díaz
y Aina Vidal, quienes resaltaron que había que “felicitar a los pensionistas”
porque habían logrado con sus movilizaciones este acuerdo.
Diferentes
criterios
Al otro
lado del espectro parlamentario, Ciudadanos, PP o PDeCAT, veían que los precios
retornaban a ser un “eje central”, en palabras de Sergio del Campo, de
Ciudadanos, pero sin llegar a ser el criterio exclusivo.
Para
hacer esta afirmación, se apoyan en los párrafos que hablan de “recuperar el
consenso de la Recomendación aprobada en 2011”.
Entonces el Congreso acordó un
texto que aconsejaba “estudiar (para su posterior análisis y valoración por la
Comisión) la posibilidad de utilizar otros índices de revalorización basados,
entre otros, en el crecimiento de los salarios, la evolución de la economía o
el comportamiento de las cotizaciones a la Seguridad Social”.
Esta redacción se
parece mucho a lo que había defendido Octavio Granado, secretarios de Estado de
la Seguridad, sobre un futuro índice de revalorización de las pensiones unas
horas antes de anunciarse el acuerdo.
"Ahora
corresponde al Ejecutivo concretar. Estamos antes unas reivindicaciones que
están en la calle", ha señalado el portavoz del PNV, Íñigo Barandiaran.
"Todos los grupos han tenido que ceder algo", ha continuado.
Y si
algún partido ha cedido en estos meses, ese ha sido, sin duda, el Partido
Popular.
La reforma de pensiones que aprobó en solitario en 2013 y que
vinculaba la evolución de las pensiones a los ingresos y los gastos del sistema
de pensiones ha determinado incrementos anuales de las prestaciones de los
jubilados del 0,25% durante los últimos cinco años.
Y eso ha sido constatado y subrayado en la comisión
parlamentaria: "La comisión constata que el vigente índice de
revalorización de las pensiones (IRP) no goza del suficiente consenso político
y social", expone el texto.
“Que
ahora mismo el IRP no goza de consenso político y social es una obviedad. El PP
no podía negarse a ello”, admitió Gerardo Camps, portavoz del PP, que señalaba
que con el acuerdo “el IPC es troncal, fundamental, pero no único”.
Fuente
“EL PAÍS”, España, 24.09.2018
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