DE “MAPUCHES” Y NAZIS
Priebke y Jones Huala: extradiciones en la tierra de los contrastes
Bariloche vivió dos procesos resonantes
en menos de un cuarto de siglo, resueltos en el Juzgado Federal de la ciudad.
Las similitudes y diferencias entre ambos casos.
22 SEP
2018
Jones Huala llega a los tribunales de Valdivia, para la audiencia de control de cargos. (Foto: Archivo)
Una apelación recurrente al hablar
de Bariloche es señalarla como la ciudad de los
contrastes.
Los barrios del Alto hundidos
en la pobreza y la prosperidad del centro y las zonas acomodadas.
El
mundo del esquí que concentra el turismo de alta gama y la población sin
recursos que nació y creció en la ciudad pero no conoce el cerro.
Las
bellezas naturales que atraen a visitantes de todo el mundo y la contaminación
que vierten a diario las cloacas en el Nahuel Huapi.
Los restaurantes
lujosos y los comedores solidarios.
Podría decirse que asimetrías
de la misma clase –aunque en otro registro– quedaron expuestas también en los
dos procesos de extradición que, si no los únicos, fueron sin duda los
más notables de la historia de Bariloche.
Ambos fueron tramitados
por el juzgado federal local y
terminaron igual, con fallos favorables y el traslado de los presos a los
países requirentes: Italia y Chile. Pero aparecen separados también por
significativas diferencias.
Facundo Jones Huala
fue extraditado el pasado lunes 11 luego
de un proceso que se extendió por algo más de 14 meses.
Había sido detenido
el 27 de junio de 2017 en el puesto Río Villegas de la Ruta 40, acusado de
haber tenido participación de un ataque incendiario contra una vivienda
habitada en un campo de Pisu Pisué (al sur de Chile) y de tenencia ilegal de
arma de fuego, Jones Huala reivindica la autonomía y los derechos
territoriales del pueblo mapuche y forma parte de la Pu Lof en
Resistencia de Cushamen.
Ese grupo, que lo designó lonko, inició en
2015 una ocupación de tierras en el noroeste de Chubut, que afecta una estancia
del grupo Benetton.
Sobre él pesaba un
pedido de captura de Chile desde hacía al menos dos años y que no le impidió moverse con cierta
libertad, hasta que la cuestión atrajo la atención del más alto nivel de
gobierno.
La detención de Jones Huala se produjo horas después de un
encuentro entre los presidentes argentino Mauricio Macri y su par chilena
Michelle Bachelet, en el que habrían acordado aplicar una mayor severidad
con los grupos mapuches que apelan a la violencia.
Jones Huala estuvo
preso en Esquel y fue trasladado a Bariloche para el juicio oral, que se realizó en febrero pasado.
La defensa
argumentó que el líder mapuche era víctima de una persecución política y
que ya había sido juzgado por el mismo hecho.
Pero el juez Gustavo Villanueva
no le hizo lugar y concedió la extradición.
La abogada Sonia Ivanoff apeló ante la
Corte Suprema, que en agosto pasado confirmó la extradición.
Unos días
antes Jones Huala había obtenido el beneficio de la prisión domiciliaria, que
cumplió en casa de su abuela en Esquel.
Pero con la decisión de la Corte debió
volver a la cárcel, hasta que unas pocas semanas después fue trasladado a
Chile.
Con una masacre a
cuestas
Una acusación mucho
más grave fue la que recayó 23 años antes sobre Erich Priebke, cuyo enjuiciamiento dejó rastros perdurables en
la sociedad barilochense, que durante décadas lo había considerado un buen
vecino, sin reparar en su siniestro pasado.
FOTO: ABC News
Priebke nació en 1913
en Alemania, donde se incorporó a las SS –la
policía política de Hitler– y tuvo destino en Roma durante la Segunda Guerra
Mundial.
En 1948 se radicó en Bariloche, nunca se cambió el nombre (salvo
para ingresar al país), fue un activo dirigente de la comunidad alemana y del
colegio Primo Capraro, pero mantuvo un ominoso secreto que recién se hizo
público en 1994, cuando ya era un anciano de 81 años.
El primer indicio fue aportado por el
libro El Pintor de la Suiza Argentina, del escritor barilochense Esteban Büch,
quien desenmascaró la responsabilidad del ex capitán Priebke en la matanza de las
Fosas Ardeatinas, ocurrida en un suburbio romano el 24 de marzo de 1944,
donde en una cruel represalia fueron fusilados 335 prisioneros, entre ellos 75
judíos.
Con ese dato en la mochila un
reportero de la cadena estadounidense ABC llegó en 1994 a Bariloche para
indagar sobre la presencia de excriminales nazis.
Priebke fue abordado en
plena calle por el equipo de la tevé extranjera y en la breve entrevista reconoció
su participación en la masacre y dijo incluso que había matado a una de las
víctimas con sus propias manos.
La repercusión
mundial fue inmediata e Italia pidió la extradición.
Priebke fue detenido por la Justicia Federal y
comenzó el proceso que, apelaciones y recursos mediante, se extendió por casi
20 meses.
El juez Leónidas Moldes otorgó en primera instancia la
extradición, pero la Cámara de Apelaciones de Roca revocó ese fallo y
rechazó el pedido italiano.
Esa decisión generó un gran revuelo y
preocupó al gobierno del presidente Carlos Menem, especialmente interesado
en que la Argentina deje de ser considerada como un refugio de nazis.
Finalmente la Corte
Suprema concedió la extradición en un fallo de seis votos contra tres.
El fundamento principal del fallo la
calificación del delito atribuido a Priebke como un crimen de lesa humanidad, y
por lo tanto imprescriptible.
Las formas y el fondo
A pesar de que el tiempo transcurrido
impuso cambios en las formas y prácticas judiciales y también en los protocolos
que siguen las fuerzas de seguridad, basta con revisar ambas historias
para encontrar notorias disparidades.
Priebke, por su edad, gozó de
la prisión domiciliaria desde el primer día.
Un derecho que hoy no se
concede con tanta facilidad a los exrepresores de la última dictadura
autóctona.
El exSS vivió durante más de un año y
medio en su departamento de la calle 24 de Septiembre frente a la plaza
Belgrano, vigilado por custodios de Policía Federal y Prefectura, con los que
llegó a entablar una clara familiaridad.
Jones Huala estuvo
detenido en el penal federal de Esquel,
su defensa solicitó varias veces la prisión domiciliaria y el juez Villanueva
sólo se la concedió por unos pocos días, antes del fallo definitivo.
Ambos
dieron varias entrevistas bajo detención y Jones Huala llegó a
realizar una huelga de hambre cuando se negaba el ingreso a la cárcel de varios
miembros de su comunidad para celebrar el wiñoy xipantu (año nuevo mapuche).
Priebke fue llevado
varias veces a declarar pero nunca estuvo esposado, al menos en público.
El día de la
extradición subió la escalerilla del avión con la actitud de un diplomático que
parte de viaje después de saludar con afecto a sus custodios.
Esa despedida
generó un escándalo y varios policías fueron sumariados y pasados a
disponibilidad por la demostración.
“También somos personas”, dijo en su
defensa uno de los federales al explicar por qué habían saludado con abrazos al
exjerarca nazi.
En cambio Jones
Huala, el día elegido para efectivizar la extradición, fue subido a un
helicóptero con esposas, casco y chaleco antibalas, rodeado de policías que le dieron trato de reo y
con los que, por obvias razones, nunca tuvo ninguna afinidad.
La extradición de
Jones Huala no fue anticipada, se realizó sin presencia de la prensa, y las fotos y escasos detalles fueron
difundidos después por el gobierno nacional.
El día y hora del
vuelo de Priebke –quien fue acompañado por efectivos de Interpol Italia– se
sabía de antes.
De hecho varios familiares
llegaron especialmente a la ciudad para despedirlo y el propio detenido dio una
entrevista a este diario en el que se preocupó por mostrarse magnánimo.
“Quiero
saludar a todos los vecinos, incluso a aquellos que no me han querido”, dijo
Priebke.
También entregó un documento en el que volvió a argumentar que
participó en la confección de la lista y los preparativos de la matanza de las
Fosas Ardeatinas “en cumplimiento de órdenes” y que si no lo hacía él también
hubiera sido asesinado.
El juez Leónidas Moldes, que dio la extradición a
Priebke, sigue en su cargo, aunque de licencia porque integra el Consejo de la
Magistratura.
Contexto y repercusiones.
La detención de Priebke en Bariloche
provocó una conmoción de alcance internacional, atrajo la atención de numerosas
ONG de derechos humanos, entidades judías como el centro Simón Wiesenthal e
incluso de una organización de familiares de víctimas de las Fosas Ardeatinas.
Periodistas de las principales cadenas
extranjeras también llegaron para conocer detalles de la vida de quien hasta
entonces llevaba una vida apacible en Bariloche.
No faltaron los informes en
los que la ciudad fue retratada como un santuario de nazis y muchos se
empeñaron en buscar casos parecidos.
Más allá de que sobraban las razones
jurídicas, el presidente Menem propició que la extradición se resolviera en
forma favorable y quedara en claro que la Argentina no protegía a nadie
vinculado con fascismo italiano ni con el exrégimen nazi.
Ese interés quedó demostrado con la
posición adoptada en la Corte por los jueces que él había promovido y con el
inmediato sumario iniciado contra los policías federales que se abrazaron con
Priebke en forma pública el día de su extradición.
El caso de Jones Huala también generó
polémica y fue seguido con especial atención por los medios de prensa,
especialmente de Argentina y Chile.
Varios informes periodísticos publicaron
entrevistas y lo asociaron con varias ocupaciones de tierra y atentados
cometidos por grupos mapuche a ambos lados de la cordillera.
Entre las repercusiones a nivel mundial
se destacó la intervención del comité de Derechos Humanos de la ONU, que días
antes pidió suspender cualquier decisión sobre la extradición hasta que su
cuerpo de juristas determine si se habían violado los tratados internacionales
sobre derecho indígena.
El planteo fue desoído y desde el
gobierno nacional dejaron en claro que la opinión no era vinculante.
Los pronunciamientos de la Corte
Suprema
En ambos casos los fallos de última
instancia emitidos por el máximo tribunal fueron objeto de variadas
especulaciones y estuvieron rodeados de fuerte presión política.
En la causa Priebke la Corte tenía nueve
jueces y constituyeron mayoría a favor de la extradición los votos de Julio
Nazareno, Eduardo Moliné, Carlos Fayt, Guillermo López, Gustavo Bossert y
Antonio Boggiano. En contra se pronunciaron Ricardo Levenne, Augusto Belluscio
y Enrique Petracci.
Más de dos décadas después la Corte ya
había quedado reducida a cinco miembros y en la extradición de Jones Huala
resolvió por unanimidad. Ricardo Lorenzetti, Elena Highton y Juan Carlos
Maqueda rechazaron los planteos de la defensa en un voto compartido, mientras
que Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti también avalaron la extradición, con
argumentos propios.
Punto x punto
Priebke
9/5/1994: el juez Moldes detiene al excapitán nazi
Erich Priebke, a pedido de la Justicia italiana.
10/5/1994: después de una revisión médica que
comprueba “agudo cuadro de hipertensión”, Priebke recibe el beneficio de la
prisión domiciliaria.
10/6/94: ingresa al juzgado el pedido de
extradición de Italia, con imputación por “homicidio múltiple” y autoría
directa en la muerte de prisioneros.
4/5/1995: luego de recibir y evaluar la prueba
presentada, Moldes hace lugar a la extradición.
19/7/1995: Alemania también pide la extradición de
Priebke.
8/8/1995: el fiscal italiano Antonio Intelisano
llegó a Bariloche para interrogar al exnazi.
23/8/1995: la Cámara Federal de Roca anula el fallo
de Moldes y rechaza la extradición. La fiscalía apela.
2/11/1995: la Corte Suprema de Justicia, en un
fallo dividido, revocó lo resuelto por la Cámara Federal de Roca y otorgó la
extradición en forma definitiva.
20/11/1995: Priebke fue enviado a Italia en un
vuelo directo desde Bariloche, con custodia de efectivos de Interpol.
Punto x punto
Jones Huala
27/6/2017: Jones Huala fue detenido en un control
de Gendarmería sobre la Ruta 40, en Río Villegas.
30/6/2017: el juez Villanueva dispuso su traslado a
la cárcel de Roca, pero a pedido de la defensa aceptó alojarlo en el Penal Nº
14 de Esquel.
14/2/2018: luego de meses de demora para elegir un
lugar y planificar el operativo de seguridad, se inició el juicio oral de
extradición, en el gimnasio 3 de Bariloche.
5/3/2018: el juez Villanueva falló a favor de la
extradición. Hubo serios incidentes en la puerta del juzgado.
12/3/2018: la defensora Sonia Ivanoff presentó la
apelación ante la Corte.
13/7/2018: la Cámara de Casación Penal ordenó
otorgarle la prisión domiciliaria a Jones Huala.
23/8/2018: la Corte Suprema de Justicia confirmó la
extradición a Chile.
11/9/2018: en cumplimiento del fallo, Jones Huala
fue trasladado en avión al país vecino.
Bariloche
Fuente
“RÍO NEGRO”, 22.09.2018
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