7 ago 2020

SINDROME DE HUBRIS ENFERMEDAD DE LOS ELEGIDOS





SINDROME DE HUBRIS
ENFERMEDAD DE LOS ELEGIDOS






El síndrome de Hubris: la adicción al poder del reeleccionismo

Por Héctor Rodríguez Cruz


Esta enfermedad la padecen gobiernos, partidos y candidatos. 

Puede padecerla también cualquier persona que esté en el poder así como quien pretenda ascender al mismo o perpetuarse en un cargo en el gobierno o en un partido político. 

Este “virus” hace mucho que habita en el país.

Conocida también como “intoxicación de poder”, “orgullo que ciega”, “embriaguez de poder”, fue el médico inglés David Owen quien en el 2008 identificó este trastorno que sufren las personas que ejercen el poder, generalmente “líderes” que se consideran poseer cualidades excepcionales, creen saberlo todo, que se valoran por encima de los demás y actúan dejando a un lado la realidad y los principios morales que nutren las conductas individuales y colectivas de una sociedad sana y democrática.

El “síndrome de Hubris” se conoce también como “adicción al poder”. El término “hibris” o “hybris” proviene del griego y “hace referencia al comportamiento arrogante, prepotente y soberbio de quienes ostentan el poder y procuran tener poderes absolutos”

Es sinónimo de desmesura. 

 Suele ir acompañado de una gran dosis de narcisismo, mesianismo y megalomanía.

Quienes padecen este síndrome -dirá Owen- “se creen invencibles y ven enemigos por todas partes, sobre todo, en quienes se atreven a criticarlos o desenmascararlos”.

En el medio político dominicano podemos identificar a los muchos, tanto en el gobierno como en los partidos políticos, que padecen el síndrome de Hubris

El reeleccionismo oficialista, desde el cargo a la presidencia hasta otros los cargos elegibles que han sido otorgados “al dedazo”, constituye una muestra clara de este aferramiento patológico al poder.

El dispendio desaforado de recursos invertidos por el actual gobierno en publicidad electoral disfrazada de testimonio de logros, es tan sólo una muestra palpable de esta “patología”

Lo son también las agigantadas corrupciones, tan conocidas y tantas veces denunciadas por diferentes sectores del país.

La “enfermedad de poder” se observa también en otras esferas políticas no gubernamentales donde impera el “poder hegemónico del jefe” y la violación a la democracia interna para favorecer a “repitentes” incondicionales e ineptos, más allá de la voluntad y decisión de los miembros del partido y de los ciudadanos que a la larga serán afectados por estas “repeticiones y designaciones amañadas”.

En tiempos de campaña electoral bien les hace a los ciudadanos identificar a los gobernantes, partidos y candidatos afectados por esta patología

Resulta conveniente para defender “la salud del voto democrático y la decisión de no votar por aquellos gobernantes y candidatos que convierten a los ciudadanos en víctimas de su enfermedad del poder.

Para identificar a los que padecen el síndrome de Hubris podemos ayudarnos de la lista de criterios propuestos por David Owen y Jonathan David para establecer su diagnóstico:

1) Usan el poder para satisfacer su egoísmo; 

2) Manifiestan una preocupación exagerda por su imagen y presentación; 

3) Pronuncian discursos exaltados en los que asumen y expresan que “ellos son la nación o el país”; 

4) Muestran desprecio por las opiniones de los demás; 

5) Adoptan poses mesiánicas y de “enviados” de Dios; 

6) Sobredimensionan sus cualidades personales; 

7) Pierden contacto con la realidad o simplemente “la inventan”; 

8) Desafían la ley, cambian constituciones y manipulan los poderes del Estado.

Debe llamar la atención que el “embriagado de poder”, el que padece el síndrome de hubris, afecta sensiblemente el bienestar de los ciudadanos y comunidades a los que dice representar

Esta “enfermedad política” termina enfermando la democracia misma y contaminando todos los poderes del Estado.

En las próximas elecciones habremos de adoptar una “actitud y una decisión valientes y terapéuticas” frente a los gobernantes y candidatos que padecen el síndrome de hubris
“alejarnos de ellos, alejarlos de nosotros”

En la mitología griega, la diosa Némesis era la que se encargaba de castigar a los que sufrían de hubris: “causaba su caída por los actos cometidos”

Debemos entender, entonces, que para que los gobernantes y candidatos políticos del país “se curen” de Hubris basta con que pierdan el poder. 

¡Y la medicina está en manos de los votantes!

fuente
"acento", República Dominicana, 17.02.2016

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Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.

La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.

Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.

El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.

Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.

De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.

A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).

¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.

¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?

¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!

El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.

Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio


Mendoza, 11 de noviembre de 2009.