Las teorías de la conspiración tienen una nueva heroína
Son esos sistemas inmunitarios debilitados, declaró, los que han hecho a la gente susceptible a enfermedades como la COVID-19.
Asimismo, ha convertido a la mujer, Judy Mikovits, una científica desacreditada de 62 años, en una nueva estrella de la desinformación sobre el virus.
En las últimas semanas, se ha convertido en la favorita de las publicaciones de extrema derecha como The Epoch Times y The Gateway Pundit.
Las menciones de ella en las redes sociales y la televisión han aumentado hasta 14.000 al día, según la empresa de información de medios Zignal Labs.
Los teóricos de la conspiración han utilizado la incertidumbre y el miedo en torno a la enfermedad para fabricar muchos villanos.
Entre ellos se encuentran Fauci, tras su aparente gesto de desaire al presidente estadounidense, Donald Trump, y Gates, cofundador de Microsoft, como alguien que inició la enfermedad.
También han impulsado la idea infundada de que las ondas inalámbricas 5G pueden ayudar a causar la enfermedad.
De 1992 a 2001, trabajó en el Instituto Nacional del Cáncer como becaria de postdoctorado, científica de plantilla y directora de laboratorio, y de 2006 a 2011 fue directora de investigación del Instituto Whittemore Peterson para Enfermedades Neuroinmunes.
En 2011, después de que su investigación sobre el síndrome de fatiga crónica fuera desacreditada, fue despedida de Whittemore.
De acuerdo con los datos de Zignal Labs, en febrero se le mencionó muy pocas veces en las plataformas de redes sociales.
Ese mes, Darla Shine, la esposa de Bill Shine, exejecutivo de Fox News y exasesor de Trump, promocionó el libro de Mikovits en un tuit.
Videos de The Epoch Times, una publicación vinculada a Falun Gong, y la entrevista a Mikovits sobre la pandemia del medio conservador The Next News Network, generaron más de 1,5 millones de visitas en las redes sociales.
El video fue producido por Mikki Willis, quien participó en la realización de los videos Bernie or Bust y Never Hillary durante la campaña presidencial de 2016.
No hay pruebas de que llevar una máscara quirúrgica pueda activar los virus y enfermar a la gente.
El 7 de mayo en Sacramento, California, una mujer blandió un letrero frente al Capitolio del estado que decía: “¿Sabes quién es la doctora Judy Mikovits? Entonces, no me digas que necesito una estúpida máscara”.
Pero el video continúa circulando, pues la gente publica nuevas copias.
Twitter añadió una advertencia de “inseguro” en al menos un enlace que presentaba a Mikovits en la red social y bloqueó las etiquetas #PlagueOfCorruption [plaga de la corrupción] y #PlandemicMovie [película Plandemic] de las tendencias y la búsqueda.
Pero sus afirmaciones no ganaron mucha tracción hasta este año, cuando la versión de que Fauci estaba conspirando secretamente para socavar y desacreditar al presidente comenzó a difundirse.
En el video que se está compartiendo, Mikovits alega que Fauci interceptó su investigación sobre el VIH para ganar dinero con las patentes, la amenazó y luego se adjudicó un mérito inmerecido por hacer avanzar el campo del tratamiento del VIH.
En 2009, Mikovits publicó una investigación en la revista Science en la que afirmaba que un retrovirus de ratón causaba el síndrome de fatiga crónica y otras enfermedades.
Esa investigación obtuvo una importante atención de los medios, pero fue desacreditada un par de años después, incluso la revista se retractó.
Mikovits fue encarcelada brevemente en California por cargos de robo presentados por Whittemore.
Los cargos después fueron retirados.
En una declaración al sitio de verificación de hechos Snopes, Fauci negó haber amenazado alguna vez a Mikovits.
“No tengo idea de lo que está diciendo”, escribió.
Fauci llegó en 1968 a los Institutos Nacionales de Salud como un asociado clínico, y fue nombrado director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades infecciosas en 1984.
Él señaló una conferencia de prensa en septiembre de 2012 en la Universidad de Columbia en la que Mikovits admitió que el nexo que su investigación original había establecido entre el retrovirus del ratón y el síndrome de fatiga crónica “simplemente no existía”.
“Y de eso se trata la ciencia”.
"THE NEW YORK TIMES", EE.UU., 11.05.2020
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