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EN TIEMPO DE COVID19
#ElPersonaje | Zoé Robledo se nos mareó
Ante su inexperiencia e insensibilidad frente a la tragedia
diaria de miles de personas, el director del IMSS ha optado por la falta
de empatía y la insensibilidad, asegura Lourdes Mendoza.
vie 01 mayo 2020
(Diseño: Expansión)
No cabe duda de que el personaje de esta semana es el director del IMSS,
Zoé Robledo Aburto, y es que con sus actitudes y su modito altanero no
está ayudando.
Pareciera que fue hace muchísimo cuando Eugenio Derbez
leyó la carta de ayuda de un doctor del IMSS en Baja California pidiendo
ayuda porque él y sus colegas no tenían insumos para atender pacientes y
cómo Desirée Sagarnaga, delegada en aquella entidad, se le fue a la
yugular al actor.
Pero además, cuando en Monclova salieron los
profesionales de la salud a denunciar un brote de Covid, este, nuestro
personaje, tuvo el valor de decir, que se habían contagiado fuera del
hospital, NO ahí.
O como en Tabasco, tierra del presidente, donde
también hubo un brote de Covid y lo quisieron esconder y hasta este
momento ya hay un doctor que perdió la vida.
Y ni qué decir de las miles
de protestas de médicos y enfermeras, a lo largo y ancho del país, por
no contar con los insumos y materiales mínimos de protección para
enfrentar la pandemia y podernos atender.
Dicen mis fuentes que el director del IMSS no ha querido
“jalar reflectores” para no quitarle protagonismo al Dr. López Gatell,
pero más bien suena a que quiere nadar de muertito, ¿o será que no
quiere hablar de que el IMSS adjudicó de manera directa y sin concurso
un contrato por 93 millones de dólares a una empresa para comprar 2 mil
500 ventiladores, como lo denunció mi compañero Salvador Camarena?
Porque si no quisiera jalar reflectores y quitarle algo de brilla al nuevo rockstar de la 4T, no hubiera subido a su Twitter una foto en la que, con algunos de sus colegas, posa como si se tratara de la imagen de una serie de acción en la que él fuera el superhéroe.
Más bien, creo, que se nos mareo.
El roadshow que en los últimos días ha desplegado, donde su participación más que aprovecharla para dirigirse a los derechohabientes y ciudadanos preocupados por la situación, ha parecido un oportunismo para decir “¡ey, aquí estoy!”, solo demuestra el control de daños que ha tenido que hacer ante su inexperiencia e insensibilidad ante la tragedia diaria de miles de personas.
Y si de insensibilidad hablamos, ¿qué les parece la falta de solidaridad
y empatía con las decenas de médicos, enfermeras y personal del
Instituto que cree dirigir, a quienes no les ha brindado ni un mensaje
de pésame, ya no digamos la solidaridad, de acompañarlos en los momentos
más difíciles?
Porque si no quisiera jalar reflectores y quitarle algo de brilla al nuevo rockstar de la 4T, no hubiera subido a su Twitter una foto en la que, con algunos de sus colegas, posa como si se tratara de la imagen de una serie de acción en la que él fuera el superhéroe.
Más bien, creo, que se nos mareo.
Oportunismo y nula empatía
Lo que queda claro es que si no jala reflectores para lucir (porque luz propia queda claro que no tiene), sí lo hace para tratar de demostrar, aunque sea en el papel, que sigue existiendo como director del IMSS.El roadshow que en los últimos días ha desplegado, donde su participación más que aprovecharla para dirigirse a los derechohabientes y ciudadanos preocupados por la situación, ha parecido un oportunismo para decir “¡ey, aquí estoy!”, solo demuestra el control de daños que ha tenido que hacer ante su inexperiencia e insensibilidad ante la tragedia diaria de miles de personas.
Las fotos de su presencia en hospitales nunca son al
lado de esos héroes y heroínas que están en la trinchera, peleando
contra el virus desde la primera línea de batalla, sino rodeado de
funcionarios y autoridades estatales que ante su arrogancia y frivolidad
solo pueden decir “sí, señor director; lo que usted diga, señor
director”.
Si en su presentación pública la Jefa Fabiana nos conmovió
por lo auténtico de sus palabras, Zoé no ha provocado sino enojo y
malestar en muchos, empezando por el personal del IMSS, siguiendo por
los beneficiarios del Instituto y terminando con la sociedad.
¿Político bombero?
Zoé Robledo llega al IMSS como resultado de dos tragedias: la primera, la renuncia de Germán Martínez y la segunda, el dedazo presidencial.Robledo llega como alfil del presidente López Obrador más que por su experiencia en la administración pública o en la implementación de políticas públicas exitosas.
El chiapaneco jamás se imaginó que el monstruo burocrático del IMSS iba a verse doblemente en apuros tras el brote del COVID19.
Recordemos que, en su carta de renuncia, Martínez hablaba de “injerencias en Hacienda de esencia neoliberal” que pretendían ahorcar a la institución.
Habrá que preguntarle al hoy director, ¿cómo le hace para hacer compatible la lucha contra el neoliberalismo, la insuficiencia presupuestaria, un título del ITAM y la genuflexión presidencial?
Más linaje que experiencia
Zoé viene de una dinastía familiar que ha estado en la escena política chiapaneca durante 50 años.Todo inicia con su tío abuelo Edgar Robledo Santiago, quien fue normalista y reconocido líder sindical de la SNTE allá a mediados de los cincuenta cuando afianzo su cacicazgo y posteriormente se convertiría en diputado federal y posteriormente senador por el PRI.
¡Y es que el hábito -o el arte dirán algunos– de obedecer al dedo presidencial también es heredado!, porque su tío abuelo tuvo que pedir licencia para desempeñarse como director general del ISSSTE a petición del presidente Luis Echeverría.
Posteriormente, se desempeñó como secretario de Educación de su natal Chiapas.
Por lo que le toca al papá de Zoé, Eduardo Robledo Rincón, fue Gobernador de Chiapas en pleno movimiento zapatista, donde duró apenas 59 días en el encargo.
Más adelante fue nombrado embajador en Argentina y posteriormente secretario de la Reforma Agraria, ambos en la presidencia de Ernesto Zedillo.
De esta manera es como Zoé se consolida como junior de la política, como el niño verde, pero primero tricolor, luego amarillo y al último moreno.
Robledo dio el brinco grande de ser diputado local a senador.
En el Senado fue conocido por su servilismo ni más ni menos que con Miguel Barbosa Huerta y “El Jaguar”, Armando Ríos Piter.
¡Los tres aspiraban a gobernar sus estados, pero solo a uno se le hizo y digamos que no a la buena! (por decirlo suavecito).
También me dicen fuentes que siempre ha tenido muuuy buena relación con la maestra Elba Esther Gordillo, a quien considera “que se le encarceló de manera injusta” y que claro, es amiga de la familia, y si no, pregúntenle a su tía Sonia Rincón Chanona, quien fue secretaria de educación en Chiapas y diputada por Nueva Alianza.
Tenemos que seguirle la pista al director del IMSS, quien lo mismo futurea para gobernar en Chiapas que para ser considerado (los políticos dicen que nunca hay que apagar esa velita) de ser considerado para “la grande”, donde algunos, empezando por su padre, le han dicho que está su destino.
Pero más bien, ¡no vaya a ser que me lo manden a cuarentena y aprenda las mañas de durar poco en los cargos, o como diría León Larregui: “En tu planeta me quedé… fue por un tiempo y nunca fue mi plan…”!
fuente
"EXPANSIÓN POLÍTICA", México, 01.05.2020
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