“No estaremos a salvo hasta que todos estén a salvo”
Hay esperanza en la carrera por una vacuna contra el coronavirus
Los científicos son cada vez más optimistas de que se pueda producir una vacuna en tiempo récord.
Pero conseguir que se fabrique y distribuya planteará desafíos enormes.
Por Carl Zimmer, Knvul Sheikh y
Los investigadores de la Universidad de Oxford en Inglaterra también están probando vacunas en seres humanos, y dicen que podrían tener una lista para su uso de emergencia posiblemente en septiembre.
No hubo datos publicados, pero la noticia por sí sola hizo que las esperanzas se dispararan.
Los investigadores del Centro Médico Beth Israel Deaconess publicaron el miércoles un estudio que muestra que un prototipo de vacuna protegió a los monos del contagio del virus.
Ya se han asociado con Janssen, una división de Johnson & Johnson.
Es tan grande la urgencia que están combinando fases de prueba y acortando un proceso que normalmente lleva años, a veces incluso más de una década.
La inmunidad generalizada permitiría que regresáramos a la vida sin distanciamiento social y mascarillas.
“Y, por lo tanto, tratar de comprimir todo el proceso de la vacuna en de 12 a 18 meses es realmente inaudito. Si eso sucede, será el programa de desarrollo de vacunas más rápido de la historia”.
El objetivo es que las células empiecen a fabricar una proteína viral que el sistema inmunitario reconozca como extraña.
El cuerpo construiría defensas contra esa proteína, preparándose para atacar si el coronavirus invade.
Moderna fue criticada por hacer predicciones optimistas, basadas en tan solo un puñado de pacientes, sin proporcionar ningún dato científico.
CanSino Biologics, una empresa de China, ha comenzado a probar en humanos una vacuna contra el coronavirus que se basa en este enfoque, al igual que el equipo de la Universidad de Oxford.
En China, tales vacunas ya han sido sometidas a pruebas con humanos.
Mientras más personas sean inoculadas, algunas candidatas no podrán protegerlas contra el virus, y los efectos secundarios se harán más evidentes.
Pero de lo que los científicos están aprendiendo sobre el coronavirus, debería ser un objetivo relativamente fácil.
El sistema inmune aprende fácilmente a reconocer estas proteínas, al parecer, y a atacarlas, matando al virus.
Afortunadamente, el nuevo coronavirus parece ser un mutador lento, y una vacuna que se pruebe efectiva en los ensayos puede funcionar en cualquier parte del mundo.
Pero en los primeros estudios no han surgido riesgos graves.
Aumentar las cantidades
Si de esos ensayos surgen vacunas exitosas, alguien tendrá que hacer un montón de ellas.
Cada persona puede necesitar dos dosis de una nueva vacuna para recibir inmunidad protectora.
Eso equivale a 16.000 millones de dosis.
“Dudo que estén hablando de distribuciones globales de miles de millones de dosis”.
Las vacunas suelen requerir grandes depósitos en los que se cultivan sus ingredientes, y estos tienen que mantenerse en condiciones estériles.
Además, ninguna fábrica ha producido millones de dosis de vacunas aprobadas que se fabriquen con la tecnología de vanguardia que están probando compañías como Inovio y Moderna.
Pero satisfacer la demanda de la pandemia sería un enorme desafío.
Los fabricantes tienen más experiencia en la producción masiva de vacunas inactivas, hechas con virus muertos, por lo que este tipo puede ser el más fácil de producir en grandes cantidades.
Si eso ocurriera, la compañía que la fabricara no tendría ninguna posibilidad de satisfacer la demanda mundial.
Para hacerlo, Trump confía en el Departamento de Defensa para administrar la logística de fabricación relacionada con el desarrollo de vacunas.
“Necesito tener toallitas, ¿verdad? Necesito tener curitas. Necesito tener la vacuna”.
“Son las pequeñas cosas, como las jeringas, las agujas, los viales de vidrio. Hay que pensar en todo eso. No quieres que algo que parece tan simple sea el cuello de botella de tu programa de vacunación”.
“No estaremos a salvo hasta que todos estén a salvo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario