Coronavirus: la Argentina vive una "infectadura", la dura carta de científicos e intelectuales
29 de mayo de 2020
Una dura carta, que fue impulsada por la investigadora del Conicet, Sandra Pitta, y que recibió el aval de unos 300 científicos, intelectuales y periodistas, plantea que en el país, como consecuencia del aislamiento obligatorio, se vive una " infectadura " y critica al gobierno de Alberto Fernández por la extensión de la cuarentena y el modo en la que se aplicó.
E insta a la población a mirar con sentido crítico las acciones del Estado en relación a la pandemia.
Titulada, "La democracia está en peligro", en la carta se lee: "Si bien ningún país estaba preparado para esto [la pandemia], la primera reacción del Estado argentino fue negar la existencia del problema, a pesar de las advertencias desde un sector independiente de la comunidad científica y de la política".A continuación, se lee: "A cambio, el presidente Fernández anunció que comenzaba 'la hora del Estado'. La frase que recuerda al Leopoldo Lugones de los años veinte, describe un fenomenal avance en la concentración del poder para eludir cualquier tipo de control institucional".
El texto también lleva la firma de los ensayistas Santiago Kovadloff, Juan José Sebreli; del actor Luis Brandoni, del escritor Federico Andahazzi, del abogado constitucionalista Daniel Sabsay y del exministro de Cultura de la ciudad, Darío Lopérfido, entre otros referentes.
"En nombre de la salud pública, una versión aggiornada de la 'seguridad nacional', el gobierno encontró en la 'infectadura' un eficaz relato legitimado en expertos, seguramente acostumbrados a lidiar con situaciones de laboratorio y ratones de experimentación, pero ignorantes de las consecuencias sociales de sus decisiones", cuestionan los referentes en el documento.
"En dos meses, hubo decenas de miles de detenidos y millones de sancionados en nombre de su propia salud. La detención, seguida de muerte, de Magali Morales y Luis Espinoza se convierte en responsabilidad del gobierno nacional, que ha creado las condiciones para que esto suceda. Miles de argentinos quedaron varados en el exterior y en el interior, mientras provincias y ciudades se han cerrado como condados medievales. Clases suspendidas, enfermos que no pueden seguir sus tratamientos, familias separadas, muertos sin funerales y, ahora, la militarización de los barrios populares", se lee en otro fragmento del documento, que también firmaron periodistas como Fanny Maldelbaum, Jorge Sigal, Néstor Sclauzero, Rosario Agostini, Eduardo Antín (Quintín) y Marcelo Panozzo, entre otros.
"El desdén por el mundo productivo no tiene antecedente y su consecuencia es la pérdida de empleos, el cierre de comercios minoristas, empresas y el aumento de la pobreza. Los créditos para monotributistas y autónomos y la asistencia a las Pymes fueron tácticas publicitarias con requisitos casi inalcanzables para la mayoría de los afectados", se cuestiona.
Según el documento, "La democracia está en peligro. Posiblemente como no lo estuvo desde 1983. El equilibrio entre los poderes ha sido desmantelado. El Congreso funciona discontinuado y la Justicia ha decidido una insólita extensión de la feria, autoexcluyéndose de la coyuntura que vive el país".
"Nosotros, ciudadanos que pertenecemos a varias áreas de la ciencia, al mundo académico, profesional y la cultura general, manifestamos nuestra preocupación y llamamos a grupos y organizaciones de la sociedad civil, partidos, sindicatos, formadores de opinión y medios de comunicación independientes a redoblar una actitud crítica y vigilante hacia al poder gubernamental, aumentando la deliberación y la conversación social sobre las consecuencias del aislamiento obligatorio y exigiendo la presentación de un plan de salida para esta situación anormal", piden en el texto que también firman Ricardo Benedetti, Rogelio Alaniz, Pablo Ciarlero, Leonardo D'Espósito, Sandra de la Fuente, Rodolfo Pousá, Emilio Laferriere y José Ignacio Sbrocco.
"La sociedad argentina ha mostrado ser responsable a la hora de enfrentar la amenaza de la pandemia. Acató las normas, cumplió los consejos sanitarios y se mostró respetuosa de la ley y sus representantes. Es hora que el presidente haga lo mismo", se concluye.
fuente
"LA NACIÓN", 29.05.2020
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