Macristas vs. kirchneristas. Quién pagará con votos la crisis de la economía
Sucede que la sociedad que llegó al poder con la promesa de poner plata en el bolsillo de la gente tiene ahora entre sus logros que el sindicalismo peronista haya aceptado recortes salariales, y la crisis autoinducida a la economía por el miedo a la pandemia durará más que la amenaza del coronavirus.
La Argentina será el país de la región más castigado en 2020, peor que Brasil, Paraguay y Uruguay (Venezuela lidera la lista) y también estará entre los de recuperación más lenta.
Algunos analistas, como Rodolfo Santangelo, dicen que firmarían ya el cheque si les prometieran que en 2023 la economía alcanzará el nivel que perdió por la crisis.
Los números anteriores están abiertos a interpretaciones.
¿Pesará más en la arena electoral la caída este año o la recuperación, si es que ocurre, en los próximos?
La política tiende a ver el vaso medio lleno, pero también a fracasar en el diagnóstico.
El exministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, aseguraba en una conversación privada en 2018 que Mauricio Macri ganaría las elecciones del año siguiente pese a la mala situación económica del país.
Justificaba su pronóstico en que si bien 2019 sería un año, para la población resultaría cada vez mejor en términos de percepción y llegaría a octubre con el mayor nivel de actividad en comparación con los 12 meses anteriores.
Su palabra se cumplió hasta agosto, cuando Fernández sacó una diferencia abultada en las PASO, aceleró la devaluación del peso y le puso fecha a la salida de Macri.
Investigadores latinoamericanos determinaron que el triunfo electoral de los presidentes regionales suele tener correlación con dos factores externos que el votante tiende a desconocer: bajas tasas de interés en EE. UU. y altos precios de las commodities.
Fueron elementos con los que convivió Néstor Kirchner.
Una parte de su magia política se disipa cuando se toma en cuenta que el éxito encadenado de la familia presidencial fue el mismo que se registró en otros países de la región, como Colombia, Brasil, Chile y Uruguay.
Como están dadas las cosas, los argumentos que sostienen o impugnan las aspiraciones del Frente de Todos confluyen en un empate técnico.
La tasa de interés norteamericana está en niveles bajos por las necesidades propias de su economía, pero también los precios de la producción primaria argentina.
Algo similar ocurre en el terreno específico de la política.
La lucha contra la pandemia le dio a Alberto Fernández el empujón ante la opinión pública que no había alcanzado siquiera en el primer día de su gobierno.
Un estudio de la consultora Opinaia muestra que casi todos los votantes del oficialismo están de acuerdo con la manera en que el Gobierno conduce en la dificultad.
Pero más sorprende la aceptación del liderazgo del Presidente entre los votantes de Juntos por el Cambio.
El mismo trabajo, similar a otros estudios difundidos en las últimas semanas, muestra que al menos una de cada dos personas tuvo problemas por falta de dinero o ingresos laborales en este tiempo.
Con la amenaza del cierre de empresas, rebajas acordadas en los salarios y las dificultades para mejorar sueldos en un contexto de inflación, es probable que sea la primera señal de una dificultad que en el futuro se volverá más grande.
En el cruce entre política y economía se cocina el manual operativo de la oposición para los próximos meses: abrazarse al Gobierno en la pandemia y pelearse en la recesión.
Parece una lección aprendida del asesor estrella del PRO, Jaime Durán Barba, quien suele sugerir nunca rivalizar con el que va arriba (ahora, el Presidente), sino con alguien del costado o de abajo.
Es un juego incómodo para ansiosos.
Un diputado opositor de diálogo frecuente con la cúpula del PRO lamentaba esta semana que algunos propios, como el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y otros correliginarios, como Gerardo Morales (Jujuy), convivieran bien con la experiencia del peronismo republicano.
También tienen que dar explicaciones por esa buena sintonía algunos intendentes de Juntos por el Cambio.
Para quienes tienen responsabilidades territoriales, la transferencia de recursos es fundamental.
Una vez más, la economía.
Otra conclusión que arrojan los estudios que vinculan política y economía -los investigadores brasileños Daniela Campello y César Zucco son referencia en el tema- es que los éxitos y las crisis se le facturan al que maneja el gobierno, más allá de sus políticas o del contexto mundial.
El electorado no se puso a pensar si la hiperinflación de Raúl Alfonsín fue en parte responsabilidad del sindicalismo peronista y las bases fangosas que había dejado la dictadura, con Fernando De La Rúa casi nadie recordó que la recesión había comenzado en 1998 y poco importó que en la gestión de Macri la FED haya aumentado varias veces la tasa de interés.
Nadie entre los especialistas piensa que, cuando se pase el fervor por la pandemia, las mismas reglas no pesen sobre la Casa Rosada.
"Preocupa el margen de maniobra que tendrá el gobierno para dar respuesta a una situación económica que ya se vislumbra como extremadamente crítica -resume el investigador Gerardo Scherlis-. Y si bien la actual situación tiene mucho de inédita y genera por eso un marco de incertidumbre mayor al habitual, lo cierto es que a la hora de juzgar a los presidentes en tiempos de crisis aguda la sociedad no suele ser compasiva ni contemplar con detenimiento las causas".
Alberto Fernández tiene dos variables a favor para conjurar esa maldición.
La próxima posta electoral es provincial -no es tan determinante un claro liderazgo nacional- y está lejísimos, algo que le permite trabajar en el rebote de la economía.
Además, la oposición puede cometer errores y el contexto político en general juega su partido.
Son datos que lamentan los más convencidos en Juntos por el Cambio, para quienes la pandemia le dio al oficialismo la posibilidad de mostrar un éxito sanitario cuando, de otra manera, hubiesen chocado, desde su mirada, con el fracaso económico por su propia gestión.
fuente
"LA NACIÓN", 02.05.2020
(facebook, F. Ares, 02.05.2020)
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