13 ene 2017

MAPUCHES VS. BENETTON - I -






MAPUCHES VS. BENETTON - I -






Los indios pierden frente a Benetton en la Patagonia



Un juez argentino obliga a una familia de mapuches a abandonar las tierras de la multinacional



Buenos Aires 

Una batalla desigual ante la justicia ha tenido lugar estos días en la Patagonia argentina. 

Los protagonistas son una familia india mapuche que se instaló ilegalmente en un predio de 300 hectáreas, y la multinacional textil Benetton, propietaria en aquella zona de 900.000 hectáreas (superficie equivalente a la Comunidad de Madrid) y 250.000 ovejas para la producción de lana. 


David contra Goliat.
Por unos días, la familia Curiñanco albergó el sueño de recuperar una porción de la tierra de sus ancestros donde vivió el pueblo mapuche. 


Fue sólo un sueño. 

Un juez de la ciudad de Esquel, a 2.000 kilómetros de Buenos Aires, ha dictado sentencia y ha ordenado la restitución de las tierras a la compañía.
"Seguiremos peleando", advierten las comunidades mapuches, que, según el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, agrupan a 80.000 personas en las provincias de Chubut, Neuquén y Río Negro. 

De momento, un contencioso local y alejado de la capital ha acaparado la atención de la prensa y ha traspasado las fronteras provinciales.
Todo empezó el 23 de agosto de 2002, cuando Atilio Curiñanco y su esposa, Rosa Rúa Nahuelquir, decidieron ocupar la tierra de sus antepasados y se instalaron con sus hijos y nietos en el predio Santa Rosa, en un paraje llamado Leleque (Chubut). 


Aseguran que el Instituto Autárquico de Colonización y Fomento les había informado de que eran tierras fiscales, por lo que no había ningún impedimento para que se instalaran en Santa Rosa. 

La compañía niega este punto. 


Los Curiñanco sólo hicieron uso efectivo de unas 25 hectáreas, levantaron una vivienda precaria de chapa, trasladaron unas pocas cabras y ovejas, y empezaron a trabajar la tierra.
La aventura duró poco porque el Goliat de este caso reaccionó con rapidez. 

La Compañía de Tierras Sud Argentino, propiedad de los hermanos Benetton, denunció a la familia mapuche por "usurpación" y presentó títulos sobre aquellas tierras que se remontan a más de cien años, cuando los pueblos aborígenes ya habían sido prácticamente exterminados en la llamada campaña del desierto del general Julio Argentino Roca.
El Estado entregó en 1896 el primer título de propiedad de aquellas tierras a la compañía británica Southern Land Argentinian Company, que posteriormente vendió a un grupo de familias argentinas: Menéndez, Hume, Paz y Ochoa. 


Hasta que Benetton desembarcó en Argentina. 


"Nosotros compramos las acciones en 1991. Tenemos las escrituras y los peritajes de topógrafos", dice Alberto Mazzucchelli, portavoz de la compañía.

Frente a los documentos y escrituras, cuyo origen cuestionan, los mapuches apelan al derecho ancestral y comunitario de la tierra. 


"Atilio Curiñanco nació a poco metros de ese lugar, el predio que actualmente es Santa Rosa. Son lugares que históricamente funcionaron como reservas. Para nosotros, un espacio así no tiene dueños, porque todos tenemos el derecho de utilizar esa tierra. El Gobierno permitía el uso de esas tierras con fines comunitarios. Después, poco a poco, la gente fue desalojada", explica Mauro Millán, portavoz de la organización de comunidades mapuche tehuelche 11 de Octubre.

El matrimonio desalojado asegura que obtuvieron una autorización verbal de los tribunales y que dieron parte a la policía de sus intenciones de instalarse en tierras que hoy son propiedad de los Benetton. 


"No nos avisaron nada. Incluso después de una semana de estar instalados, la policía concurrió al lugar y vio los trámites que teníamos. Me dijeron que todo estaba bien, que podíamos seguir trabajando", dice Atilio Curiñanco.

Treinta y ocho días después de ocupar aquellas tierras, el juez instructor de la causa, José Colabelli, ordenó el desalojo y la restitución de las tierras a la compañía. 


Pero la acción judicial siguió su curso. 


El matrimonio de Atilio y Rosa fue absuelto del delito de usurpación en un primer juicio celebrado el 26 de mayo pasado. 


"Nunca quisimos una sanción penal contra la familia. Sólo queríamos la restitución de las tierras. Sabemos que esta gente no actuó de mala fe", señala el portavoz de la empresa, que afirma que un buen número de los 600 empleados que trabajan para los Benetton en la Patagonia son de origen mapuche.

Después del fallo judicial difundido el lunes por la noche en una sala repleta de pobladores mapuches, Rosa Nahuelquir decía: "La justicia sólo es para los poderosos". 


David no derrotó a Goliat. 

Sólo fue un sueño.

LA LUCHA POR LA TIERRA


Las comunidades indígenas no sólo reclaman las tierras que consideran les pertenecen. Reprochan también a Benetton el hecho de que se lleva toda la producción a Europa y no crea puestos de trabajo. La multinacional cerró la fábrica que tenía en Luján en 1993 "después de perder 13 millones de dólares", según el portavoz de la empresa, Alberto Mazzucchelli. La última tienda de venta al público se cerró en 2001. Sin embargo, la compañía dice confiar en Argentina y haber invertido 25 millones de dólares en un lavadero de lana en la zona de Trelew y en un frigorífico ovino y una curtiembre, en fase de proyecto. El portavoz sostiene que entregar tierras a los indígenas "sería violar el principio de propiedad privada" y traslada al Estado la responsabilidad de resolver el derecho a la tierra.
* Este articulo apareció en la edición impresa del Miércoles, 2 de junio de 2004

fuente
"El País", España, 02.06.2004


No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡BIENVENIDOS, GRACIAS POR ARRIMARSE!

Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.

La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.

Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.

El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.

Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.

De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.

A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).

¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.

¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?

¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!

El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.

Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio


Mendoza, 11 de noviembre de 2009.