Los indios pierden frente a Benetton en la Patagonia
Un juez argentino obliga a una familia de mapuches a abandonar las tierras de la multinacional
David contra Goliat.
Fue sólo un sueño.
Un juez de la ciudad de Esquel, a 2.000 kilómetros de Buenos Aires, ha dictado sentencia y ha ordenado la restitución de las tierras a la compañía.
De momento, un contencioso local y alejado de la capital ha acaparado la atención de la prensa y ha traspasado las fronteras provinciales.
La Compañía de Tierras Sud Argentino, propiedad de los hermanos Benetton, denunció a la familia mapuche por "usurpación" y presentó títulos sobre aquellas tierras que se remontan a más de cien años, cuando los pueblos aborígenes ya habían sido prácticamente exterminados en la llamada campaña del desierto del general Julio Argentino Roca.
Hasta que Benetton desembarcó en Argentina.
"Nosotros compramos las acciones en 1991. Tenemos las escrituras y los peritajes de topógrafos", dice Alberto Mazzucchelli, portavoz de la compañía.
Frente a los documentos y escrituras, cuyo origen cuestionan, los mapuches apelan al derecho ancestral y comunitario de la tierra.
"Atilio Curiñanco nació a poco metros de ese lugar, el predio que actualmente es Santa Rosa. Son lugares que históricamente funcionaron como reservas. Para nosotros, un espacio así no tiene dueños, porque todos tenemos el derecho de utilizar esa tierra. El Gobierno permitía el uso de esas tierras con fines comunitarios. Después, poco a poco, la gente fue desalojada", explica Mauro Millán, portavoz de la organización de comunidades mapuche tehuelche 11 de Octubre.
"No nos avisaron nada. Incluso después de una semana de estar instalados, la policía concurrió al lugar y vio los trámites que teníamos. Me dijeron que todo estaba bien, que podíamos seguir trabajando", dice Atilio Curiñanco.
Treinta y ocho días después de ocupar aquellas tierras, el juez instructor de la causa, José Colabelli, ordenó el desalojo y la restitución de las tierras a la compañía.
Pero la acción judicial siguió su curso.
El matrimonio de Atilio y Rosa fue absuelto del delito de usurpación en un primer juicio celebrado el 26 de mayo pasado.
"Nunca quisimos una sanción penal contra la familia. Sólo queríamos la restitución de las tierras. Sabemos que esta gente no actuó de mala fe", señala el portavoz de la empresa, que afirma que un buen número de los 600 empleados que trabajan para los Benetton en la Patagonia son de origen mapuche.
David no derrotó a Goliat.
Sólo fue un sueño.
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