REFORMA ELECTORAL: NO PUDO SER.... EL MIEDO NO ES TONTO
El bofetón de la reforma electoral
Los gobernadores peronistas traicionaron a un gobierno que pecó de ingenuidad al creer que apoyarían un cambio tan profundo.
La desazón que provocó en el gobierno de Mauricio Macri la falta de tratamiento en el Senado por parte del bloque del Frente para la Victoria del proyecto de reforma electoral, puso sobre la mesa una combinación de cierta ingenuidad política oficialista con el puro ADN peronista.
En efecto las promesas incumplidas por el gobernador de San Juan y la gobernadora de Santiago del Estero (en realidad de su esposo, quien gobierna detrás de escena), de confirmar el apoyo de sus senadores nacionales a la iniciativa, fueron un balde de agua fría que empapó las ilusiones de Macri, Frigerio y el equipo del Ministerio del Interior.
En igual sentido desilusionaron los gobernadores de La Pampa y La Rioja.
¿Pura ingenuidad en confiar frente al comportamiento de los gobernadores incumplidores peronistas? Y, sí.
En el "toma y daca", los gobernadores de ese signo terminan tomando más que lo que les dan. Y hay veces que como en la perinola, "llevan todo". Todo, pese a lo acordado.
Igualmente, el ADN peronista está más cómodo cuando se vota con boleta sábana de papel.
Años de experiencia, cadena de votos, feudalismo clientelar, combis y taxis trasladando votantes, rotura de boletas y demás delicias, son familiares y afines a la historia justicialista.
En el medio y como siempre, una cantidad importante de argentinos que ven frustradas sus expectativas de elecciones acorde a los avances tecnológicos.
Y si había objeciones a la seguridad del voto electrónico por parte del peronismo, lo razonable hubiera sido proponer mejoras y variantes que tiendan a la máxima seguridad .
Pero no el paso extremo de voltear una demanda deseada por una gran cantidad de ciudadanos democráticos.
Ingenuidad macrista y reafirmación del espíritu feudalista de gobernadores peronistas, que fieles a su vieja costumbre, van y vienen.
El espíritu democrático consiste en aceptar la derrota e insistir en lo que se cree con más y mejores argumentos. Y es un deber del gobierno y un reclamo de importante cantidad de ciudadanos.
fuente
"mdz", 25.11.2016
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