4 mar 2015

DON RAÚL RICARDO Y DON JULIO


DON RAÚL RICARDO Y DON JULIO


Siempre sentí que Julio César Strassera nunca tuvo dimensión de lo que su figura representaba para la causa de la justicia universal.

Compartí, en especial desde el año 2000 en adelante, muchos momentos con Julio. Muchas veces se me cruzaba por la cabeza la sensación de estar conversando, cenando, tomando un café, saliendo a fumar a la vereda con parte de la historia.

Sin embargo, el único que no creía ser parte de la (mejor) historia argentina era Strassera.
Su enorme humildad y su sentido (tan olvidado hoy) de que nadie debe ser reconocido por el hecho de cumplir con lo que considera es su deber, hacía que Julio nunca nos haya hablado desde un pedestal. Nunca le gustó ser un “hombre de bronce”. Quizá eso explica que hasta sus últimos días se involucró en la defensa de causas que le parecían correctas, muchas veces incluso frente a esos ganadores que suelen “escribir la historia”. Para Strassera, no había causas victoriosas o causas derrotadas: había causas justas.

Y esas causas justas lo guíaron -junto a sus compañeros de la Cámara Federal y los miembros de la CONADEP, con la decisión del Presidente Alfonsín- a caminar en medio de la tempestad, en la selva, con los leones sueltos, con el poder militar casi intacto- a producir un hecho inédito en la humanidad: la condena de la justicia de una Nación a sus propios verdugos. Nunca antes y nunca después la Argentina fue tan corajuda como durante el Juicio a las Juntas Militares, que puso al máximo en riesgo la democracia al tiempo que la consolidó de la manera más contundente porque nos abrió a los argentinos la puerta al horror y a las atrocidades inhumanas que habíamos sido capaces de tolerar.

Nunca más el golpe de estado y la interrupción del orden constitucional fue la respuesta a los innumerables problemas que los argentinos aún no hemos podido resolver. Y gran parte de ello constituye la deuda de gratitud que la Argentina tiene con un hombre ejemplar como Julio César Strassera.

No lo homenajeamos porque él necesite de nuestras palabras, sino porque –en tiempos de degradación institucional y de injusticias varias- somos los argentinos los que necesitamos de su ejemplo.

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¡BIENVENIDOS, GRACIAS POR ARRIMARSE!

Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.

La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.

Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.

El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.

Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.

De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.

A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).

¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.

¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?

¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!

El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.

Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio


Mendoza, 11 de noviembre de 2009.