NAVIDAD DEL…
SOCIALISMO DEL SIGLO XXI
Sin aguinaldos y sin Navidad
Más de uno debe estar recordando que por esta época del año ya tenía invertido el aguinaldo que repartían a los empleados públicos o las utilidades de los privados.
Ahora solo se trata del pasado, pues si se reparte algo no alcanza ni siquiera para hacer mercado.
Es cierto que el venezolano siempre consigue la manera de celebrar y demostrar su alegría.
Esa es una característica que mal que bien lo ha ayudado a pasar los tiempos tan oscuros que está viviendo.
Pero cada vez se pone más difícil hacer de tripas corazón.
Los que trabajan en las pocas empresas privadas que mantienen su nómina con mucho sacrificio recibirán algún monto en divisas para no perder la costumbre.
Pero cualquier cosa que les den se lo devorará la inflación, que crece todos los días.
Es inútil que el Banco Central de Venezuela siga inyectando divisas al mercado para tratar de amarrar el precio del dólar, porque este es el único país en el que los precios suben aunque sean en divisas.
La gente se pregunta por qué ocurre esto, pero no se han puesto a pensar que, aunque los aranceles para los productos importados siguen suspendidos, lo que se va dejando en las “alcabalas” que aparecen a diestra y siniestra en las aduanas es lo que encarece los productos.
No hay reglas claras para los importadores y eso a veces les beneficia, pero muchas otras veces los perjudica.
Mejor dicho, a ellos no, a los consumidores.
Así que esos bonos navideños no se usarán ya para pintar la casa, comprar los ingredientes de las hallacas, los estrenos para el 24 y el 31.
Están tan disminuidos que seguramente servirán para cubrir gastos corrientes como la canasta alimentaria o pagar algún servicio, porque hasta el aseo se lleva unos cuantos bolívares.
Esperemos que el espíritu alegre del venezolano lo anime para pasar una Navidad más sin poder honrar las tradiciones.
Ni siquiera hay anuncio de que repartirán pedazos de pernil, así estará la cosa en Miraflores.
Todo el dinero que tiene el gobierno chavista lo usa para mantenerse atornillado en el poder.
Ni siquiera podrá hacer magia el Niño Jesús, porque si decide comprar los regalos en Venezuela, va a ser víctima de la inflación desatada por un sistema económico que devora todo a su paso.
Eso sí, no olviden que en Miraflores ya encendieron las luces de Navidad y seguramente ya están comiendo hallacas y pan de jamón, y ni hablar del escocés y demás bebidas espirituosas que regarán las comidas decembrinas de la cúpula chavista.
Mientras tanto, lo único que puede hacer el venezolano es pedirle un milagro al Niño Dios.
fuente
"EL NACIONAL", Venezuela, 09.12.2021
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