2° ACTO…
¿RESULTADOS?
Día de la Democracia: la plaza del desencuentro y las prioridades equivocadas
OPINIÓN | Ni siquiera se trató de un acto de todo el Frente de Todos, sino de un grupo que se siente identificado principalmente con la vicepresidenta Cristina Kirchner.
La Cámpora ocupo un lugar central.
11 de diciembre 2021
Sergio Berensztein
Cristina Kirchner y Alberto Fernández saludan a la militancia reunida en la plaza de Mayo (foto: Presidencia)
Lo que en teoría se celebraba ayer en la Plaza de Mayo era el “Día de la Democracia”, sin embargo, se terminó convirtiendo en un acto puramente partidario.
Lamentablemente el kirchnerismo se encargó de desvirtuar una fecha que debería servir para unir a todos los argentinos bajo una sola consigna.
De hecho, con una pobreza de casi el 44% (según las últimas cifras de la UCA) y un Estado que no logra proveer los bienes públicos más elementales, la consolidación democrática es uno de los pocos éxitos que tienen para mostrar nuestros dirigentes políticos en estos 38 años.
Este éxito menoscabado (las expectativas en 1983 eran otras:”con la democracia se come, se cura y se educa”), pero que no deja de ser valioso, ha sido resultado de una construcción colectiva, que incluye a todas las fuerzas políticas y a la sociedad civil en su conjunto.
No solo es una pena que el gobierno lo haya convertido en motivo de auto celebración, también implica una nueva oportunidad perdida para la política: Argentina necesita (quizás hoy más que nunca en estos 38 años, por los duros desafíos que debe afrontar) encontrar puntos en común para construir consensos básicos.
Leé también: Festival del Día de la Democracia: el Gobierno celebró en Plaza de Mayo sus dos años de mandato
Para ser estrictos, ni siquiera se trató de un acto de todo el Frente de Todos, sino de un grupo que se siente identificado principalmente con la vicepresidenta Cristina Kirchner.
La Cámpora ocupo un lugar central: de hecho, la convocatoria original fue realizada por Máximo Kirchner el sábado desde Avellaneda, en un acto que compartió junto al ministro Jorge Ferraresi.
“Hay que reventar en serio la Plaza”, había dicho Máximo, en lo que algunos interpretaron como una referencia directa al acto realizado por el presidente Fernández el 17 de noviembre.
Aquella vez La Cámpora llegó tarde, cuando el discurso del mandatario ya había terminado.
Esta vez fue la CGT (figura estelar de aquel acto post electoral) la que directamente decidió no asistir, mostrando la distancia que existe de la agrupación kirchnerista.
Con duras críticas al gobierno, también Hebe de Bonafini anunció que las Madres no irían al acto: “No es un gobierno que se destacó por defender los derechos humanos”.
Por su parte, muchos militantes del Movimiento Evita (liderados por el Chino Navarro, dirigente cercano a Alberto Fernández) fueron los primeros en llegar, pero también los primeros en irse, horas antes de que comenzaran los discursos.
Tampoco se vio una presencia numerosa de gobernadores e intendentes. En síntesis, la celebración por el “Día de la Democracia” no solo no sirvió para unir a los argentinos, ni siquiera pudo escapar a las divisiones facciosas que existen dentro del oficialismo.
Más aún, la conmemoración fue utilizada para acentuar divisiones que hacen a la política exterior de la Argentina.
La presencia de Lula enfrió más la relación con Brasil, en la antesala de la Cumbre del Mercosur que debe realizarse la próxima semana de manera virtual.
Desde que fue liberado, Lula se convirtió en el principal dirigente de oposición a Bolsonaro y posiblemente compitan en las próximas elecciones presidenciales.
Alberto Fernández, Cristina Kirchner, Lula da Silva y José "Pepe" Mujica, compartieron el palco en la plaza de Mayo. (AP Foto/Natacha Pisarenko)
El apoyo categórico del gobierno argentino a Lula (Cristina le pidió ayer a Dios que la escuche para que Lula vuelva a ser presidente) contradice la propia posición que semanas atrás mantenía la Casa Rosada, que ante el encarcelamiento de líderes opositores en Nicaragua prefería no manifestarse, asegurando que debía prevalecer el principio de no injerencia en los asuntos internos de los países (aunque más tarde cambio de parecer, reponiendo al embajador y criticando las elecciones fraudulentas organizadas por Daniel Ortega).
Leé también: Día de la Democracia: las 10 frases más fuertes de Cristina Kirchner durante su discurso
En ese momento, cuando se trataba de una cuestión de derechos humanos, el gobierno argentino prefería moverse con exagerada cautela.
Ahora, que se trata de una cuestión estrictamente política, el gobierno del FDT no duda en apoyar al principal candidato de oposición en Brasil, a pesar de que esto pueda afectar las relaciones diplomáticas.
Difícilmente pueda haber mayor injerencia en los asuntos internos de otro país que el tomar partido por uno de los contendientes electorales solo porque existe afinidad ideológica.
De todos modos, no representa una sorpresa.
Se trata de un gobierno que,desde que llegó al poder, maneja la política internacional de forma errática sin atender a las consecuencias.
De hecho, ayer invitó al festejo a una banda (Orkesta Popular San Bomba) que toca una canción que reivindica a Palestina y ataca a Israel.
Luego de una queja de la DAIA, el gobierno debió comprometerse a que no suene esa canción en particular (llamada “Cumbia Palestina”) durante los festejos.
No solo hubiese resultado escandaloso que en el Día internacional de los Derechos Humanos se hubiese interpretado un tema musical con mensajes antisemitas, sino que además no se atendió a las eventuales consecuencias diplomáticas que este tipo de decisiones (por más pequeñas que parezcan) pueden traer.
Un punto más: no hubo ni una sola mención a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, motivación original para que Alfonsín asuma aquel 10 de diciembre de 1983.
Pase sanitario no corre con el festejo en la plaza
Párrafo aparte merece las contradicciones sanitarias del festejo.
El jueves, Gabriela Cerruti, portavoz de la Casa Rosada, luego de brindar detalles sobre la organización del evento, aseguró que el pase sanitario a nivel nacional será “anunciado seguramente a mitad de la semana que viene” (el gobierno bonaerense lo oficializó ayer mismo, para que comience a regir a partir del 21 de diciembre).
Cerruti aclaró que no se exigiría ningún pase sanitario en los festejos por el día de la democracia porque se trata de “un evento masivo al aire libre que no es controlable”.
Los especialistas ya han advertido en incontables ocasiones que eventos como los de ayer son igual de peligrosos, a pesar de realizarse en espacios abiertos, por su masividad y porque no se respeta la distancia recomendada.
Como si esto fuera poco, las fotos de ayer muestran claramente que la mayoría de los presentes estaba sin barbijo.
Además, referirse a un evento “no controlable” cuando fue convocado por el propio gobierno parece, como mínimo, poco lógico.
El oficialismo organiza actos masivos sin atender los riesgos que puede tener la nueva variante Omicron, de la que poco se sabe, incluso a pesar de que viene advirtiendo sobre sus riesgos.
Las contradicciones acumuladas en el manejo de la pandemia deslegitiman cualquier medida restrictiva que luego pueda ser necesario tomar, incluyendo la próxima aplicación del pase sanitario que preanuncia.
Luego de las bandas, llegó la hora de los discursos.
El primero fue Mujica, que dijo unas pocas palabras para presentar a Lula.
El expresidente de Brasil rememoró el tiempo en el que le tocó gobernar, junto a Néstor y Cristina Kirchner en Argentina, Rafael Correa en Ecuador, Michelle Bachelet en Chile, Fernando Lugo en Paraguay, Evo Morales en Bolivia y Hugo Chávez en Venezuela.
En su discurso cargó contra el libre comercio recordando el “No al ALCA” del 2005 y reconoció en especial a Alberto Fernández por haberlo visitado en la cárcel en 2019.
Quizás Lula haya hecho más que el resto de los dirigentes del FDT por buscar la unidad dentro de la coalición oficialista, al reconocer en partes iguales tanto a Cristina como a Alberto.
Leé también: La furia del radicalismo con Cristina Kirchner: “El kirchnerismo es lo peor que le pasó a la democracia”
Luego del expresidente brasileño fue el turno de Cristina, que se refirió especialmente a los festejos del Bicentenario de mayo de 2010, en un intento por recuperar cierta mística kirchnerista y de las presidencias latinoamericanas mencionadas por Lula antes.
Buena parte de su discurso lo utilizó para hablar de su presidencia y la de su marido (prácticamente no se mencionó ningún “logro” de la gestión actual) y nuevamente la cuestión del lawfare ocupó un lugar central, pero esta vez dándole una escala latinoamericana, aprovechando la presencia de Lula, que hasta hace poco estuvo preso en Brasil.
La acusación de lawfare esta vez fue mucho más allá: Cristina comparó a los medios de comunicación y a los jueces con las dictaduras militares. Para ella, lo que antes era la desaparición física se convirtió ahora en un intento por lograr la desaparición política.
Luego de criticar en duros términos a la oposición, la vicepresidenta llamó a un Gran Acuerdo Nacional Argentino (“un GANA” dijo Cristina, poniéndole nombre a su convocatoria).
Es imposible no interpretar el llamado de la vicepresidenta como una contradicción en sí mismo: por obvias razones el dialogo no llegará nunca a buen puerto en un contexto de ataques cruzados entre oficialismo y oposición como el que ella se encarga de plantear.
También le dedicó duras críticas al FMI (debido a que “ha vivido condicionando a la democracia argentina”), poniendo el entendimiento con el organismo que conduce Georgieva bajo un manto de dudas.
Cerró el Presidente, pero la centralidad la tuvo Cristina
Por último, fue el turno de Alberto Fernández.
Los propios militantes que ayer fueron a la Plaza aseguraron que cuando la vicepresidenta terminó de hablar y empezó el discurso de Alberto Fernández, mucha gente comenzó a marcharse, confirmando lo que de todos modos ya sabíamos: la centralidad política la tuvo Cristina y no Alberto Fernández.
El presidente intentó reivindicar su gestión (eludida por su vicepresidenta).
Aseguró que trabajará para que “el crecimiento que tuvimos no se detenga”: ¿De qué crecimiento habla el presidente? ¿Sabe que el PBI sigue por debajo de los valores de 2019, cuando asumió la presidencia? De hecho, el mensaje de las urnas hace tan solo un mes se lo manifestó.
Alberto Fernández buscó también responderle a su vice: le pidió que se quede tranquila porque el acuerdo con el FMI que él busca negociar no comprometerá el desarrollo y aseguró que la Argentina del ajuste es historia.
¿Cómo pretende el gobierno llegar a un acuerdo con el Fondo sin reducir, por ejemplo, los subsidios energéticos o del transporte?
Es este un problema que arrastra hace tiempo la Argentina, pero que el gobierno del FDT profundizó, prácticamente congelando por completo las tarifas en los últimos dos años. Si estas semanas fueron de incertidumbre, después de los discursos de ayer esta se ha acrecentado.
¿Para esto fue el acto del día de la democracia que el FDT transformó en partidario? Hoy hay más dudas respecto al acuerdo con el FMI, las tensiones dentro del oficialismo permanecen y han quedado expuestas nuevamente, la relación con el gobierno de Brasil probablemente se haya deteriorado y el “GANA” al que llamó Cristina nació destinado al fracaso.
Sorprende como un gobierno abrumado por problemas que no logra resolver pierde el tiempo organizando actosde auto celebración en vez de esforzarse en lo que verderamente importa: la gestión.
Después de todo, en los discursos de Alberto y Cristina tantas cosas nuevas no se dijeron, quizás por eso Mujica se quedó dormido en buena parte de ellos.
fuente
"TN", 11.12.2021
No hay comentarios:
Publicar un comentario