Además de saber que esté medio lleno o medio vacío, hay que conocer que contiene. Sócrates
17 jul 2021
EN LA DIRECCIÓN CORRECTA
EN LA DIRECCIÓN
CORRECTA
La Comisión Europea fija para 2035 el fin de la venta de coches de combustión
Bruselas
lanza su gran proyecto climático que veta los turismos de gasolina,
diésel, gas e híbridos e incluye un fondo de 72.000 millones para
compensar el alza de los precios de la energía
Tráfico en la autovía A-49 a la salida de Sevilla, el 1 de julio.PACO PUENTES / EL PAÍS
La Comisión Europea ha lanzado este miércoles un
rotundo mensaje hacia dentro y hacia fuera de sus fronteras: si una
empresa no incluye la lucha contra el cambio climático
entre sus prioridades, tendrá cada vez más complicado acceder y operar
en el mercado europeo, el más poderoso del mundo por población (casi 450
millones de habitantes) y poder adquisitivo.
Una de las señales más
claras está dirigida a la industria del motor.
La Comisión se alinea así con lo que ya estaban proponiendo algunos países —España en su nueva ley de cambio climático había fijado ese veto para 2040—,
con lo que varias firmas europeas, como Volvo o Volkswagen, habían
puesto sobre la mesa y con las preferencias que están mostrando en gran
medida los consumidores.
La medida es un mensaje a los fabricantes
europeos para que aceleren su transformación hacia el coche eléctrico y
una advertencia a las firmas de fuera para que cambien si quieren seguir
haciendo negocio en Europa.
Comparecencia de Ursula Von der Leyen. En vídeo, declaraciones de la presidenta de la Comisión Europea. EFE. foto: "infobae"
Europa fue el primer continente que se marcó el
objetivo de lograr la neutralidad climática (cero emisiones) en 2050 y
ahora se adelanta al resto de la comunidad internacional en la fijación
de las primeras medidas concretas para alcanzarlo.
El plan, bautizado
con el estrambótico nombre en inglés de Fit for 55 (en forma para
el 55, en inglés), incluye también el objetivo de duplicar las energías
renovables hasta alcanzar el 40% de cuota en 2030, la fijación por
primera vez de objetivos obligatorios de eficiencia energética y el
endurecimiento de las condiciones del mercado de emisiones para elevar
el precio de la tonelada de CO₂.
Además, se obliga al sector del
transporte y al de la vivienda a crear su propio mercado de emisiones.
Todo ello se complementa con un mecanismo de ajuste en fronteras que a
partir de 2026 penalizará las importaciones en ciertos sectores de
compañías cuya producción no se ajuste a los estándares europeos de
limpieza.
“La economía de los combustibles fósiles ha llegado a sus
límites”, ha sentenciado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula
von der Leyen, tras la aprobación de toda una batería de propuestas
legislativas.
“Queremos dejar a la próxima generación un planeta
saludable y también buenos empleos y un crecimiento que no dañe a la
naturaleza”, ha añadido la dirigente europea.
“Las metas climáticas ya
no son solo un objetivo político, sino también una obligación legal”, ha
afirmado la presidenta de la Comisión.
A partir de
ahora, en los próximos meses, la Comisión tendrá que pactar con el
Parlamento Europeo y con los gobiernos de los Veintisiete todas estas
medidas en una negociación que se prevé dura.
Y, una vez que esté
acordado todo el paquete normativo, los países tendrán que actualizar
sus planes de energía y clima para ser más ambiciosos.
El
plan incluye la creación de un fondo social de 72.000 millones de euros
en el período 2025-2032 para paliar el impacto que el encarecimiento
del suministro energético puede tener en la vida diaria de millones de
ciudadanos europeos, tanto por los mayores costes en el transporte como
por la mayor factura del consumo energético en los hogares.
Bruselas
espera evitar así que la lucha contra el cambio climático desencadene
protestas como la vivida en Francia con la llamada revuelta de los chalecos amarillos,
que paralizó de manera espontánea y repentina buena parte del país para
protestar contra un aumento en la fiscalidad de los carburantes.
Durante
los dos últimos años, la Comisión y los países han estado negociando un
endurecimiento de las metas de recorte de emisiones en línea con lo que
le exigía Naciones Unidas para cumplir con el Acuerdo de París.
La UE
se había comprometido a mediados de la década pasada a reducir sus
emisiones para 2030 un 40% respecto a los niveles de 1990.
Bruselas reconoce que el salto requerirá grandes esfuerzos en todas las
industrias implicadas y un profundo cambio en el modelo de producción y
en el actual patrón de consumo de la mayoría de la población que
pretende impulsar con el paquete normativo presentado este miércoles.
Transporte
Entre
los cambios más visibles figura la prohibición de coches con motor de
combustión a partir de 2035.
Para que no se le tilde de premiar una
tecnología sobre otra, la Comisión utiliza como referencia las emisiones
de CO₂ —el principal gas de efecto invernadero― de los vehículos.
En
2030, los turismos que se vendan deberán emitir un 55% menos de este gas
(tomando como referencia las emisiones actuales).
Para 2035, la
reducción deberá ser del 100%, con lo que ya no podrán venderse coches
nuevos y furgonetas de combustión.
Los vehículos que ya estén en
circulación podrán seguir en activo.
Pero fuentes comunitarias calculan
que el desarrollo de un mercado de segunda mano de vehículos eficientes y
la renovación natural del parque móvil llevará a que en 2050 hayan
desaparecido los turismos que utilizan gasolina o diésel.
La
apuesta por el vehículo eléctrico o con el combustible de hidrógeno
—pensando en camiones y transporte aéreo y marítimo— llega acompañada de
objetivos para desarrollar la imprescindible infraestructura de
repostaje.
El proyecto legislativo fija que a partir de 2035 se disponga
de un puesto de recarga de electricidad cada 60 kilómetros en las
principales vías.
Y cada 150 kilómetros en el caso del hidrógeno.
Cadena de montaje de coches en la fábrica de Volkswagen en Zwickau, Alemania.Jens Schlueter / Getty Images
La apuesta por la electrificación del transporte que
contemplan las normas aprobadas este miércoles están alineadas con los
programas de recuperación que impulsa la UE.
El
transporte y la vivienda, además, se incorporarán a un nuevo mercado de
emisiones, en el que participarán las compañías que suministran energía
a esos sectores.
Bruselas espera que la fijación de un precio de las
emisiones de CO₂ en esas actividades contribuya a su reducción, dado que
las empresas previsiblemente trasladarán el nuevo coste al consumidor
final.
La Comisión considera imprescindible la medida para acelerar la
reducción en sectores de los que proceden gran parte de las emisiones.
Gasolina y diésel más caros
La
fiscalidad también contribuirá a acelerar la introducción del coche
eléctrico.
La Comisión propone reformar la directiva sobre impuestos
energéticos para penalizar los combustibles con más emisiones.
Para
ello, el proyecto prevé cambiar la imposición por volumen por un
gravamen en función de la carga energética de cada combustible.
La
consecuencia es que la gasolina o el diésel soportarán un gravamen de
10,75 euros por gigajulio, mientras que la recarga con electricidad
tendrá una tasa de solo 0,15 euros.
La nueva fiscalidad
también penalizará el queroseno del sector de la aviación, que por
primera vez estará sometido a una imposición, y al sector naviero.
Bruselas propone que la
contribución de esas industrias al objetivo general de reducción de las
emisiones de toda la economía europea pase del 43% actual al 61% en
2030.
Ese incremento de 18 puntos se lograría con un tajo de 117
millones al volumen de títulos en el mercado (para encarecerlos) y a la
reducción progresiva de la entrega gratuita de esos títulos.
Europa aspira a convertirse con las nuevas medidas en la referencia mundial de la lucha contra el cambio climático durante una década que, según los expertos, será crucialpara contener la elevación de la temperatura del planeta y evitar catastróficas consecuencias en los años venideros.
Arancel climático
Bruselas
es consciente de que la UE, por sí sola, no puede evitar esa amenaza
porque los 27 países del club comunitario solo son el origen del 9% de
las emisiones de efecto invernadero planetarias.
Pero la Comisión confía
en el efecto arrastre de unos estándares aplicados a un mercado de 450
millones de habitantes.
Y, por si el ejemplo no cundiera,
Bruselas propone la introducción de un mecanismo de ajuste en fronteras
que, por primera vez, penalizará las importaciones procedentes de los
países donde flaquee la lucha contra el cambio climático.
El arancel
ecológico afectaría a sectores de gran consumo energético, como la
producción de acero o aluminio.
Y en las condiciones actuales del
mercado golpearía sobre todo a Rusia, Turquía, China, el Reino Unido y
Ucrania, según un informe del gabinete de estudios Centre for European
Reform.
Bruselas confía, sin embargo, en que los principales socios
comerciales de la UE adapten sus modelos de producción y que el nuevo
mecanismo de fronteras, cuya compatibilidad con las normas de la OMC
ponen en duda algunos analistas, no tenga que aplicarse o solo en casos
excepcionales.
Fuentes comunitarias precisan que el
arancel se introducirá de forma progresiva, durante una década, a partir
de 2026, y de momento afectará solo a las importaciones de acero,
aluminio, cemento, fertilizantes y electricidad. La UE comprobará la
huella de CO₂ de la producción de los exportadores.
Y en caso de que en
sus países no estén penalizadas esas emisiones, impondrá un gravamen
equivalente al que habrían pagado si produjera dentro del territorio
comunitario.
La introducción de ese recargo avanzará en paralelo con la
retirada de la concesión gratuita de derechos de emisión a las compañías
de los mismos sectores que producen en Europa.
De
momento, la amenaza de imponer este arancel ya ha despertado los recelos
de la Administración de Estados Unidos, que ha pedido públicamente a
Europa que aparque esta medida.
En la reunión de los ministros de
Finanzas del G-20 que se celebró el pasado fin de semana en Venecia
(Italia), se incluyó en el comunicado final una mención a la fijación de
un precio de carbono —algún tipo de gravamen que penalice las emisiones
de CO₂— como uno de los instrumentos para luchar contra el cambio
climático.
Europa se queja desde hace años de que, mientras la UE cuenta
con su mercado de emisiones que ya penaliza el dióxido de carbono,
otras grandes economías no lo tengan y compitan en mejores condiciones.
Multimillonarias ayudas
Fuentes
de la Comisión admiten que la aplicación de los nuevos objetivos
“requerirá una inversión masiva”.
Pero subrayan que la UE desplegará
multimillonarias ayudas para garantizar que las empresas europeas pueden
adaptarse sin sucumbir al peso de las nuevas obligaciones o a una
competencia internacional con estándares más relajados.
“El objetivo no
es desindustrializar Europa, todo lo contrario”, apunta un alto cargo de
la Comisión.
Bruselas propone ampliar en casi un 50% el fondo de
innovación, que en la actualidad espera movilizar unos 20.000 millones
de euros entre 2020 y 2030.
El fondo se financia con la subasta de 450
millones de derechos de emisión de dióxido de carbono, a los que se
añadirían otros 200 millones como mínimo.
La ampliación también
llegaría al fondo de modernización, financiado con el 2% de los ingresos
del mercado de emisiones y destinado ayudar a una decena de países de
Europa central y del Este (Polonia, Rumania, Bulgaria, Hungría,
República Checa, Eslovaquia, Estonia, Letonia, Lituania y Croacia).
Los
ingresos esperados para ese fondo ascendían a 14.000 millones en esta
década, una cifra que podría doblarse con la propuesta, que eleva al
4,5% la partida procedente de la subasta de derechos.
La lista de
beneficiarios se amplía para añadir a Grecia y Portugal.
Bruselas
recuerda, además, que en el marco presupuestario de la UE para
2021-2027 (casi dos billones de euros entre los presupuestos ordinarios y
el fondo de recuperación) prevé que hasta un 30% de la financiación de
los programas se destine a la transición verde.
En el caso del fondo de
recuperación, hasta el 37%.
Las ayudas también alcanzarán a los hogares
más vulnerables a través de los 72.000 millones de euros del nuevo fondo
social.
Las estimaciones de Bruselas apuntan que ya en la actualidad
unos 34 millones de europeos tienen dificultades económicas para pagar
el gasto de calefacción, un riesgo de pobreza energética que podría
aumentar con medidas que encarecerán el precio de algunos combustibles.
Para
acceder al fondo social, los Estados miembros deberán establecer
programas de apoyo para los hogares más vulnerables, para políticas de
renovación de vivienda o aislamiento.
El presupuesto europeo podrá
sufragar hasta el 50% de esos programas.
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Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.
La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.
Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.
El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.
Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.
De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.
A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).
¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.
¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?
¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!
El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.
Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio
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