Y ASÍ FUE…
COMO NOS PERDIMOS… PARA NOSOTROS
{Una aclaración previa y necesaria. Desde este blog, siempre he intentado sotener y defender la propuesta de una sociedad REPUBLICANA, CON DIVISIÓN DE PODERES, CONTROLES CRUZADOS (Y MUTUOS) ENTRE LOS PODERES, ALTERNANCIA EN LA ADMINISTRACIÓN DE LA GESTIÓN DE LOS INTERESES PÚBLICOS PARA LA CONSECUCIÓN DEL BIEN COMÚN EN BENEFICIO DE TODOS.
Por lo anterior he rechazado y rechazo tanto a los movimiento subersivos de la década del '70, como a los regímenes militares (desgraciadamente frecuentes desde 1930). Igualmente desgraciados han sido para nuestro país las sucesivas oligarquías de "derecha" o de "izquierda" que han intentado e intentan perpetuare y el poder absoluto.
Esta aclaración es necesaria ya que si bien comparto, la mayor parte de los términos del artículo presentado, al chequear sobre su autor advierto que es una persona controvertida por su actuación en los '70. Lo invito a bucar en google la referencias sobre el autor para que Uds. juzguen}
Argentina ¿aceptó la esclavitud?
Hay provincias donde los empleados públicos son más de la mitad de sus habitantes.
Chaco, tiene un 55% de su población como empleados públicos.
En Catamarca 171 agentes públicos por cada cien privados registrados.
A Catamarca le siguen Formosa (167,4), La Rioja (146,9), Jujuy (135,4), Santiago del Estero (117,4) y Chaco (104,5).
Pero no solo es el Norte, en la Patagonia se avanza hacia esos números.
En Neuquén el 31% de quienes tienen empleos registrados son Empleados Públicos y en Santa Cruz este número alcanza al 41%.
Y… ¿de dónde sale todo el dinero para pagar semejante gasto de empleados públicos y 5 millones de planes sociales?
De los trabajadores del sector privado y fundamentalmente de la brutal carga impositiva que significa pagar 165 impuestos de diferentes maneras que caen sobre los bolsillos de todos los argentinos.
O sea, te sacan 6 meses de sueldos por cada año trabajado para redistribuir en más de 20 millones de argentinos que a medida que pasan los años creen que es justo cobrar por su condición de pobres y que así debe ser siempre.
Así, transformaron la emergencia y en algo cotidiano y lo extraordinario en algo ordinario y común.
Poco a poco, el alma del esfuerzo, el estudio, el trabajo y el merito se van desvaneciendo en una suerte de signo conformista que los atrapa en una red perversa en la que el esclavo agradece y hasta pide las cadenas que lo alimentan.
La culpa no la tiene el pueblo pobre sino el fracaso o la perversión de un sistema político y partidario que ha hecho de los pobres, en su condición de tales, la búsqueda de una masa electoral que cree que hacen algo por ellos cuando no hacen otra cosa que anestesiarlos y someterlos a la indignidad de perder la fe en sí mismos, el sentido del esfuerzo y una eventual bolsa de comida que los entretenga en su desesperación, creyendo que si esa política partidaria no está, su situación en el tiempo será peor. Y no estoy diciendo que no les den nada, eso es imposible, inhumano e inmoral, pero, claramente el paradigma debe cambiar.
Alguno podrá pensar y que pasa con el sector privado que no genera empleo.
No es tan difícil la explicación.
El país suma una carga del 106%: de cada 100 dólares que gana un empresario argentino, 106 se le debe pagar al Estado.
El promedio mundial de este ranking es del 40,5%.
O sea.
Ese mismo Estado que dice que el empresario no arriesga y que es prebendario y corrupto (obvio que hay de estos) lo desestimula.
Un empleado es carísimo por las cargas impositivas y laborales que van al Estado y los sueldos podrían ser mucho mejores si el Estado no se quedara con ese 106% y redujera su feroz apetito a un 50% por ejemplo.
Imagínense los lectores si; sin que siquiera haya una paritaria, los salarios subieran un 50% de un día para otro solo porque el Estado –que dice protegerlos- reduce su hambre de dinero para pagar gastos exorbitantes, corrupción, clientelismo esclavo, etc., etc., etc.
Según explicó el especialista en impuestos Iván Sasovsky a Infobae en este ranking, la Argentina lidera con el 106,3%, seguida por Bolivia con el 83,7%, Venezuela con el 73,3%, Colombia con el 71,3%, Brasil con el 65,1%, México con el 55,1%, Uruguay con el 41,8%, Panamá con el 37,2% y Perú con el 36,9 por ciento.
¿Y con esta avidez tenemos el 50% de la población en la pobreza si el promedio mundial de este ranking es del 40,5%?
O alguien piensa que el resto del mundo es estúpido.
Sabía usted que las así llamadas “Organizaciones Sociales” reciben 600 millones de pesos DIARIOS para sostener Dios sabe qué planes y con qué contraprestaciones.
600 millones diarios.
Multiplíquelos por 365 días y luego imagine cuánto dinero genuino puede ponerse a producir para dar trabajo en obras.
Para poner un ejemplo medido en dólares; las construcciones de nuevas Escuelas de Tiempo Completo.
Según un Programa en Uruguay, a valor dólar tienen un valor promedio de U$S1.500.000; estimando el precio del m2 de construcción en U$S 1400 por m2 y considerando aproximadamente 6 m2 por alumno.
O sea, 2 Escuelas y media POR DIA.
Pero claro… a quien le importa que los chicos se eduquen y puedan salir de la pobreza estructural.
¿Cuántos días al año trabajamos para pagar impuestos?
Según una estimación que realiza el Iaraf (Instituto Argentino de Análisis Fiscal), un asalariado año 2020 que gana en promedio 50 mil pesos mensuales de bolsillo será independiente en términos tributarios a partir de este 28 de junio.
Para decirlo con claridad meridiana, trabajamos 6 meses del año para el Estado.
Así, los argentinos vamos perdiendo la libertad.
Luego una generación tras otra que ya no sabrá que es la libertad y lo que significa.
La sumisión se ha convertido en un hábito.
Los hombres habrán caído en la servidumbre y vuelto complacientes en su condición de cautiverio.
La naturaleza humana es víctima de las circunstancias, las costumbres, la educación y finalmente la propaganda estatal completa este proceso de sujeción.
Con el tiempo, los rastros del conocimiento de la libertad se pierden y lo que queda es solo la experiencia de la servidumbre como si fuera el modo natural de la existencia humana. Con más detalle lo explica el Mises Institute
La segunda razón de la servidumbre es la resignación y la distracción.
Aunque la servidumbre hace que las personas se sientan incómodas, también tranquiliza a las personas en su resignación cuando otras preocupaciones además de la libertad ocupan la mente.
Los gobernantes lo saben y proporcionan las desviaciones de pan y circo, de gula y de distracción.
La euforia que viene con las desviaciones que la cultura de masas ofrece y extingue el desafío y el agotamiento emocional mantiene a la gente en reposo en su renuncia política.
EL ELEFANTE ENCADENADO de Jorge Bucay cuenta que un niño que había visto en el circo un inmenso elefante, le preguntó a su padre como podía ser que ese inmenso elefante que levantaba pesos inmensos y hacia todo tipo de pruebas estuviera quietito con su pata encadenada a un pequeño madero en el piso de tierra del circo.
El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca desde que era muy, muy pequeño.
Cerré los ojos e imaginé al elefante recién nacido sujeto a la estaca.
Seguro que, en aquel momento, el elefantito empujó y sudó tratando de soltarse.
Y, a pesar de sus esfuerzos, no lo consiguió, porque aquella estaca era demasiado dura para él.
Imaginé que se dormía agotado y que al día siguiente lo volvía a intentar, y al otro día, y al otro…
Hasta que, un día, un día terrible para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.
Ese elefante enorme y poderoso que vemos en el circo no escapa porque, pobre, cree que no puede.
Tiene grabado el recuerdo de la impotencia que sintió poco después de nacer.
Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo.
Jamás, jamás intentó volver a poner a prueba su fuerza…
Todos somos un poco como el elefante del circo.
Hicimos entonces lo mismo que el elefante, y grabamos en nuestra memoria este mensaje: No puedo, no puedo y nunca podré.
Hemos crecido llevando ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y por eso nunca más volvimos a intentar liberarnos de la estaca.
No podemos ni debemos resignarnos a que este plan de sometimiento o esta ineptitud brutal para sacarnos de la pobreza, se transforme en una estaca que nos someta a la esclavitud de pensar que el fracaso es una condición indisoluble ligada fatalmente al punto de partida de la pobreza.
fuente
"VOCES POLÍTICAS", 04.02.2021
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