11 feb 2021

MUCHO MÁS QUE… UN JUEGO

 

 

 

 

MUCHO MÁS QUE…

UN JUEGO

 

 


AJEDREZ

EL JUEGO QUE CAMBIA VIDAS

Una innovadora herramienta escolar en los colegios, una terapia para tratar adicciones y trastornos y el mejor gimnasio mental. 

El ajedrez se revela en España

 

05 feb 2021

 

Alba pronto se enganchó y mejoró en matemáticas. 

Pepe recuperó memoria y autocontrol. 

Manuel aprendió a pensar antes de actuar.

Isabel tiene el gusanillo. 

Y a Juan le fascinan las mentes de los maestros.

A todos les ha atrapado el ajedrez, un deporte que vive un momento dulce de expansión e innovadores usos en España. 

Miles de colegios lo usan como herramienta educativa en horario lectivo: su práctica favorece, entre otras cosas, el control de los impulsos, la concentración, la autoestima y la creatividad. 

Crece su aplicación en campos terapéuticos, donde es un complemento en los tratamientos de adicciones y un ejercicio contra el deterioro cognitivo. 

Es también un ingrediente capaz de cambiar la dinámica de un grupo de reclusos. 

Y gracias a ficciones como Gambito de Dama –en la que la joven Beth Harmon destroza rivales mientras lidia con sus demonios interiores– son muchos los hombres, pero sobre todo las mujeres, que se han acercado a este sencillo y a la vez inabarcable deporte. 

Estos son algunos de los beneficiarios del poder del tablero.

 

80.000 alumnos y 5.000 profesores: el ajedrez toma la escuela en Andalucía

 

En el IES Manuel Alcántara (Málaga) se capturan peones en horario escolar

Hasta hace poco, Alba Rodríguez, alumna de 2º de la ESO, de 13 años, solo sabía cómo se movían las piezas. 

Me ayuda con los problemas de matemáticas, con el razonamiento. Los planteo mejor y me concentro más”, explica. 

Manuel Arias, su compañero, sabía jugar desde 3º de Primaria. 

Dice haberse templado gracias al ajedrez: “Soy muy impulsivo y me viene bien para controlarme, darle más vueltas a las cosas antes de hacerlas”, relata. 

“Y a pensar en la mala suerte, en los errores… ¡En la pereza también!”.

 

Alba Rodríguez y Manuel Arias, alumnos de 2º de la ESO del IES Manuel Alcántara (Málaga), uno de los centros adscritos al programa aulaDjaque.  Alba Rodríguez y Manuel Arias, alumnos de 2º de la ESO del IES Manuel Alcántara (Málaga), uno de los centros adscritos al programa aulaDjaque.García-Santos

 

El Manuel Alcántara es uno de los centros adheridos a aulaDjaque, un programa de ajedrez escolar que implica a más de 400 colegios, 5.000 profesores y 80.000 alumnos en Andalucía

Aquí el ajedrez ya no es visto como un juego analógico, aburrido, reservado para unos pocos superdotados. 

“El grado de penetración es tremendo”, afirma Manuel Azuaga, fundador de Ajedrez Social de Andalucía, la asociación que impulsa el programa junto a la Consejería de Educación autonómica. 

Este éxito, dice Azuaga, periodista e incansable divulgador del juego, tiene dos secretos: que cualquier colegio puede empezar de cero, diseñando un plan ajedrecístico a su medida; y que la demanda latente de la comunidad educativa, que acumulaba diversas experiencias prometedoras, se extiende ahora bajo un paraguas institucional. 

“Desde hace cuatro años crece a gran velocidad”, añade.

“Trabajamos el error como elemento clave del aprendizaje. No existe la partida perfecta”

Manuel Azuaga

Pero, ¿qué enseña exactamente el ajedrez? 

El alumno Manuel Arias dice haber aprendido autocontrol, reflexión, cautela

Alba, capacidad de análisis, paciencia, estrategia

Lo corroboran sus profesores, encantados con los resultados del programa. 

“Trabajamos mucho el error como elemento clave del aprendizaje. No existe la partida perfecta”, detalla Azuaga. 

“O la iniciativa: cuándo es preferible tomarla y cuándo soltarla. O la mala suerte: explicamos que no es más que un eufemismo de la excusa. Son maneras de reforzar su autoestima, de valorar sus logros”

Su práctica favorece capacidades como la memoria, el razonamiento lógico-matemático y la visión espacial

Acciones como dar la mano al rival o esperar el turno enseñan paciencia y reflexión

Un movimiento inesperado del oponente pone a prueba nuestra resiliencia

Lo que se aprende en el tablero sirve en la vida real

“Eso sí, no es una pócima mágica”, matiza Azuaga. 

“Pero el ajedrez favorece todas estas capacidades”.

 

Manuel Azuaga, fundador de la Asociacion Ajedrez Social de Andalucia y coordinardor del programa aulaDjaque, junto a los alumnos Manuel y Alba, de 13 años, en el malagueño IES Manuel Alcántara (Málaga).

 Manuel Azuaga, fundador de la Asociacion Ajedrez Social de Andalucia y coordinardor del programa aulaDjaque, junto a los alumnos Manuel y Alba, de 13 años, en el malagueño IES Manuel Alcántara (Málaga).GARCÍA-SANTOS

 

Lo ha comprobado la profesora Lourdes Giraldo, que lleva 25 años usando el ajedrez como recurso en alumnos de tres a cinco años.

“La aplicación, a estas edades, tiene que ser lúdica”, explica. 

“Jugar con piezas como si fueran marionetas, escenificar un ajedrez viviente sobre un tablero gigante, cantar y bailar, llevar un cuaderno de ajedrez a lo largo del curso…”

Giraldo es maestra de Educación Infantil en el CEIP Enríquez Barrios (Córdoba) y autora de varios métodos educativos que combinan ajedrez y tecnología, entre ellos un cuento interactivo llamado En el País del Tablero o un pequeño robot que los niños tienen que dirigir para superar pequeños retos, como capturar un peón en el menor número de movimientos. 

“Los resultados nos permiten afirmar que el ajedrez está revolucionando la manera de enseñar de los docentes”, resume.

Pero el tablero engancha a cualquiera porque es divertido. 

La emoción al hacer un movimiento letal o comprobar cómo se materializa el plan que tenemos en la cabeza no entiende de edades ni condiciones. 

“El factor juego crea un vínculo. Nos da ventaja. Por eso es tan transversal y funciona tan bien como recurso pedagógico”, dice Azuaga. 

En los colegios en nómina de aulaDjaque hay alumnado con necesidades especiales, chicos con trastornos graves de conducta o menores derivados de los servicios sociales

“Centros muy específicos que también lo están usando”, apostilla.

  

España, vanguardia del ajedrez educativo

El ajedrez como herramienta educativa en España es uno de los pocos asuntos que ha despertado consenso político en los últimos tiempos. 

“España se sitúa a la vanguardia junto a Armenia, Hungría, Argentina, Uruguay y Andorra”, explica Leontxo García, periodista especializado en ajedrez, divulgador y maestro.

“Andalucía es de las diez Comunidades Autónomas -Cataluña, Aragón, Canarias, Baleares, Galicia, Murcia, Navarra, Madrid y Cantabria- que han introducido el ajedrez en horario lectivo, sin contar los miles de colegios que lo tienen como extraescolar”

Entre las más avanzadas, además de Andalucía, se cuentan Cataluña y Canarias, ambas con grados de satisfacción que superan el 80% entre la comunidad educativa; y Aragón, con 60.000 alumnos y casi 200 centros inscritos en el programa Ajedrez a la Escuela.

Además de su trabajo en el mundo escolar, Ajedrez Social de Andalucía lleva a cabo proyectos de integración en torno a colectivos de ancianos o menores tutelados por los servicios sociales

Azuaga siente predilección por Ajedrez e igualdad, una iniciativa dirigida a mujeres en riesgo de exclusión del distrito malagueño de Palma-Palmilla cuyo éxito le llevó a viajar a Morelos (México) para dar una conferencia frente a 200 mujeres reclusas. 

“Son experiencias reales y participativas. Te podría hablar de mujeres como Magdalena, de 87 años, que aprendió a jugar con su marido Diego. O de María, que es analfabeta. O de Sergio, invidente de nacimiento, que quiso jugar y juega. Quién diría que un juego como el ajedrez, con etiqueta casi de élite, impactaría en estas personas”, termina.

El día en que recordé 25 piezas en un tablero

 

Es un ejercicio sencillo. 

Se sitúan varias piezas sobre el tablero, al poco tiempo se quitan y hay que ser capaz de colocarlas en la misma posición. 

A José Antonio Paredes Pepe, de 29 años, paciente de un centro de rehabilitación de adicciones en La Garrovilla (Mérida), el primer día se le hizo un mundo. 

Le bailaban las figuras en el tablero. 

Pero unas semanas más tarde alcanzó diez. 

Al mes llegó a las 25. 

Y luego aprendió a jugar partidas. 

“Venía de memoria fatal”, relata Pepe, que ingresó hace tres meses en el centro para tratarse de una adicción. 

Al tiempo noté mucha mejoría. También me ha ayudado a aprender a escuchar. Nunca he escuchado, me cuesta. Estoy trabajando la espera. Si no, no te escuchan a ti. Y mi familia lo ha notado”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Este taller de ajedrez terapéutico, un complemento en el camino de rehabilitación, lo imparten miembros del Club Magic, una asociación deportiva y social nacida en 2001 en Extremadura que trabaja, entre otras, con personas con síndrome de Down, trastornos mentales graves, reclusos, pacientes de ictus, mayores o adictos en rehabilitación. 

“Vimos que el ajedrez nos funcionaba demasiado bien”, afirma riendo Juan Antonio Montero, psicólogo y presidente de la asociación. 

El club trabaja con unos 25 centros de ámbito social y terapéutico y calcula que unas 600 personas se benefician de sus talleres. 

Sin descuidar la faceta competitiva: en 2019 volvieron a ser campeones de España, con el gran maestro Manuel Pérez Candelario al frente (de Zafra, Badajoz), uno de los integrantes de la Selección Nacional de Ajedrez.

“Me gustaría jugar más. Mientras estás concentrado evitas pensar en el exterior, en la familia, en el equipo de fútbol…”

Pepe Paredes 

 

Todo el trabajo que desarrollan lo han plasmado en recursos y cursos en línea de ajedrez social y terapéutico, reconocidos de interés sanitario por la Junta de Extremadura, en los que han participado más de 600 alumnos de España y Latinoamérica. 

“No solo ajedrecistas, sino psicólogos, psiquiatras, médicos o docentes”, detalla Montero.

“Intentamos actuar a gran escala y con validación oficial”

El Club Magic forma a directores de centros de mayores, cuidadores de residencias, asistentes sociales, terapeutas. 

Recientemente, Montero y su equipo viajaron a la Universidad de Heidelberg (Alemania) para instruir a varios investigadores en su método de entrenamiento cognitivo, patentado como ECAM.

“En la parte de ajedrez social trasladamos valores como el respeto y la cortesía a la vida cotidiana”, explica Montero, que recuerda cómo esta receta caló en un centro de reclusos menores: “Cuando llegamos tenían bronca, hacían un ajedrez de pelea. Introducimos cosas tan simples como esperar en silencio el turno del rival. Cuando tiempo después volvimos, un chaval me dijo: ‘Aquí lo primero es dar la mano”

Otro detalle: el mate pastor, una jugada rápida, es usada como metáfora de la ganancia fácil. “Aunque algunos se enfadan se entiende bien”, ríe.

Pepe Paredes junto a su mascota en Torremejía (Badajoz). Pepe Paredes junto a su mascota en Torremejía (Badajoz).Roberto Palomo

 

La parte terapéutica apunta a rehabilitar las funciones cognitivas mediante un instrumento simple, un tablero mural de ajedrez, casillas gigante pintadas en una pared. 

No hace falta ser un experto jugador. 

“Tenemos más de 400 baterías de ejercicios”, continúa Montero. 

“Los aplicamos en adicciones para recuperar atención focal, memoria y capacidad de planificación. También en personas con párkinson y TDAH”.

Un gimnasio mental y social

 

Isabel Fortuño, una jubilada de 69 años que en su trabajo pasó por Praga, Nueva York y Washington, afirma que nunca había tenido una afición especial por los juegos. 

Solo algo de mah-jong y parchís. 

“Me impactó mucho la pérdida de identidad de mi madre, que falleció de alzhéimer. Me pareció tremendo perder tus recuerdos emocionales, quién has sido. Entonces quise hacer algo. Ejercitar mi mente. Al principio el ajedrez me pareció árido, pero según avanzo lo encuentro fascinante”, narra.

 

Juan Avilés, de 65 años, e Isabel Fortuño, de 69, en Liceum, un gimnasio mental abierto hace un par de años en Madrid. Juan Avilés, de 65 años, e Isabel Fortuño, de 69, en Liceum, un gimnasio mental abierto hace un par de años en Madrid.Jacobo Medrano

 

A su lado, Juan Avilés, de 65 años y una vida dedicada a las artes gráficas, admira las mentes de genios como Spassky o Fischer. 

“Cuando dejamos de trabajar creo que parar es un problema para el cuerpo y la mente”, opina.

“Esto ayuda a mantener la mente abierta y activa. ¡Mejor que ver la tele en casa!”.

Ambos cuentan su historia en una de las salas de Liceum, un gimnasio mental que abrió a finales de 2018 en Madrid y al que acuden aficionados de todas las edades. 

Con niños de tres años en adelante trabajan con tableros gigantes y relacionan el juego con la psicomotricidad; con jóvenes y adultos dan clases para profundizar y con los mayores, mujeres en su mayoría de hasta 90 años, trabajan la prevención del deterioro cognitivo.

“Hay que fomentar la parte cultural del ajedrez. Es una historia fascinante de 15 siglos de antigüedad”

Pedro López

Avilés y Fortuño buscan en el ajedrez ejercitar sus facultades mentales, mantenerse lúcidos, aprender algo nuevo y confraternizar. 

Fortuño destaca lo caro que se pagan ciertos movimientos: el juego conduce al autocontrol y obliga a analizar al oponente

“En una partida reflejas tu personalidad en las estrategias. Tienes que intuir las intenciones de otro. Y es algo que viene bien en la vida”, reflexiona. 

Avilés es contundente: “No entiendo a esos que les da vergüenza aprender nuevas cosas de mayor. Yo jugando me noto más feliz”.

 

Juan Avilés e Isabel Fortuño jugando una partida de ajedrez. Juan Avilés e Isabel Fortuño jugando una partida de ajedrez.Jacobo Medrano 

 

Aparte del estímulo de las capacidades intelectuales, como puede ser el cálculo o la inteligencia visoespacial, Pedro López, psicólogo y fundador del Liceum, subraya la parte cultural del ajedrez, algo que tradicionalmente no se ha cuidado mucho. 

“Tiene 15 siglos de historia muy atractiva. Desde la leyenda india de Sisa y los granos de arroz hasta las grandes partidas de Karpov y Kasparov”, enumera. 

Eso y la sencilla diversión de jugar con un desconocido. 

“Aquí antes de la pandemia teníamos 50 personas jugando. Es importante venir, verse, conversar y empatizar. Es algo tan bueno como jugar”, cierra López.

 

fuente

"EL PAÍS", España, 05.02.2021

 


 

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¡BIENVENIDOS, GRACIAS POR ARRIMARSE!

Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.

La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.

Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.

El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.

Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.

De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.

A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).

¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.

¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?

¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!

El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.

Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio


Mendoza, 11 de noviembre de 2009.